La bici con las dos manos, ya
Mientras Madrazo ha descubierto la piedra filosofal, Ibarretxe lanza otra pedrada. Todo sucede el mismo d¨ªa de la precampa?a. Madrazo descubre por fin el origen de la falta de libertad en Euskadi, al anunciar que estos comicios no ser¨¢n libres por culpa de TVE. Vamos, que valdr¨ªa la pena intentar que esa cadena televisiva dejara de enviar corresponsales al Pa¨ªs Vasco y dejase de hablar de nosotros, los vascos, para que existiera libertad. Pues no se ve por qu¨¦ lo que vale durante el largo plazo de la campa?a no debiera de valer tambi¨¦n para el resto del a?o. Lo malo de Euskadi, seg¨²n Madrazo, es que se hable de lo mal que algunos lo pasamos en Euskadi; la analog¨ªa es perfecta con el Gulag, cuyo mal estrib¨® en hablar de ello. Y uno sospecha que el joven Madrazo trata de ser inteligente al imitar a sus sagaces asesores intelectuales, quienes hace tiempo condenaron ya el mal que hacen los que hablan de lo mal que se vive en muchos otros lugares, como en Cuba, por ejemplo. Madrazo sabe que Euskal Telebista es la garant¨ªa de la libertad durante estos comicios y el resto del a?o.
Mientras filosofa Madrazo se est¨¢ cerrando definitivamente la Casa del Pueblo de Renter¨ªa, tras haber sido atacada 23 veces por los muchachos de la gasolina y sin disponer ya de militancia capaz de aguantar otro ataque m¨¢s. Televisi¨®n Espa?ola dio, al menos una vez, im¨¢genes de una quema de ese local socialista, pero ahora ya sabemos que nos jug¨® una mala pasada al informarnos de la falta de libertad en Euskadi. Pero a¨²n nos queda algo de esperanza, porque Ibarretxe va a Renter¨ªa ese mismo d¨ªa de Madrazo. Fue una l¨¢stima que se personara all¨ª solamente para instarles a los de Renter¨ªa a dialogar; una l¨¢stima que no se pasara por la Casa del Pueblo, un lugar donde s¨®lo se ha dialogado y hablado, por cierto. Ibarretxe jam¨¢s ha ido a ninguna localidad vasca a decirle a su gente que defienda los locales quemados, las casas atacadas y las gentes con pintadas en la puerta de su casa o en el despacho de la facultad. Ibarretxe no ha exigido nunca a sus emakumes que saquen a pasear a los ni?os de los cargos electos amenazados del PP o del PSOE, ni ha puesto al servicio de ¨¦stos su propia militancia, para que los acompa?en y muestren su solidaridad. Pero c¨®mo le vamos a pedir eso a Ibarretxe, si jam¨¢s ha dicho, tras un asesinato de ETA, que ¨¦l va a perseguir a los asesinos y que va a hacer justicia con ellos.
Ibarretxe, el del di¨¢logo en Renter¨ªa, dijo al d¨ªa siguiente que el gobierno alternativo al suyo es 'de los de fuera'. Es el estilo Ibarretxe de di¨¢logo, es la moda Estella: yo dialogo con ETA, t¨² dialogas conmigo y EH dialoga con nosotros. Y todos los dem¨¢s que no quieren dialogar son de fuera. Queden, pues, excluidos, ?afuera con ellos!, porque Ibarretxe conoce la firma de su jefe en la que acuerda con los comandantes excluir pol¨ªticamente de las instituciones vascas a los de fuera; es decir, al PSOE y al PP. Y al d¨ªa siguiente del abrazo de los dialogantes en Estella, ETA saca un manifiesto que todos ellos aplauden y loan por la generosidad del comandante. Gracias a nosotros hay una tregua, dicen, pero no condenan lo que ETA anuncia, a saber, que pese a la tregua van a acosar y perseguir (jazarpena, textualmente) a los enemigos del eusquera y de Euskal Herria. Y los del di¨¢logo estell¨¦s no se quieren enterar del acoso, le restan importancia a que personas sufran persecuci¨®n o entidades sean destruidas; brindan al sol y dicen qu¨¦ gran esperanza existe en Euskadi. He ah¨ª la v¨ªa de Estella que iba derechita al exterminio, a excluirnos diciendo di¨¢logo, a perseguirnos diciendo qu¨¦ gran esperanza. En tiempos de persecuci¨®n y exclusi¨®n, guiados por la astucia del comandante, sacaron aquel tan h¨¢bil como vergonzoso pacifismo del Bakea behar dugu: ped¨ªan la paz y el armisticio con Espa?a y Francia, exigi¨¦ndoles la soberan¨ªa del comandante. Jam¨¢s pidieron libertad ni la destrucci¨®n inmediata de todas las condiciones que generan miedo. Pero ?para qu¨¦ quiere ya la paz la familia del asesinado o del que va a serlo? ?Qu¨¦ otra paz necesita el perseguido y el excluido que el respeto a decidir de su vida y de sus ideas como quiera? Estella represent¨® la v¨ªa bosnia de futuro. La paz estellesa era la paz bosnia y el di¨¢logo estell¨¦s se constituy¨® como cementerio o como huida. Todos los vascos no nacionalistas que vivimos ya hemos huido, o muy lejos o muy al fondo de nosotros mismos, hacia ese silencio que teme hablar y contiene ya toda la destrucci¨®n de la vida.
Nadie daba ya un duro por el pacifismo de las v¨ªctimas, pues todo presagiaba que el pacifismo de los verdugos (con Elkarri a la cabeza) iba a aupar al comandante estell¨¦s, reci¨¦n entronizado, por cierto, en una comisi¨®n del Parlamento como experto en derechos humanos. Pero, como en los grandes misterios de la qu¨ªmica de la vida, el silencio se troc¨® en grito y enseguida en munici¨®n. ?Basta ya! Y los pacifistas del lazo azul aceptaron que las generaciones de viejos antifascistas traspasaran el l¨ªmite generacional y el ideol¨®gico: militantes del PSOE, del PP, antiguos comunistas, viejos sindicalistas, j¨®venes sin formaci¨®n pol¨ªtica, familiares de v¨ªctimas, todos unidos convergiendo en una acci¨®n contra la dictadura de ETA impuesta en Estella. Los dos grandes partidos espa?oles han estado a la altura y han sabido recoger esa urdimbre de anudamientos consociativos en la calle para unirse contra el terror y por la libertad, oponiendo al Frente de Estella un consenso m¨ªnimo e inapelable sobre la b¨²squeda de las condiciones de posibilidad de una vida democr¨¢tica en el Pa¨ªs Vasco. No se aparcan para nada las discordias entre PP y PSOE, pero se comprende que no es posible discordia alguna sin la concordia esencial de la ley, una y la misma para todos, la que constituya la igualdad de todos para ser lo que cada cual decida libremente. Es el momento de privilegiar el fundamento de la concordia discors: de abolir la actual situaci¨®n de miedo generalizado que despelleja al ciudadano de su protecci¨®n jur¨ªdica convirti¨¦ndolo en lobo. La cuesti¨®n no es todav¨ªa qui¨¦n gobernar¨¢, sino c¨®mo gobernar y para qu¨¦ gobernar, pues se trata de si se constituir¨¢ la voluntad general de integraci¨®n social. Es decir, estamos en el momento de cambio estructural de la pol¨ªtica vasca, abandonando la construcci¨®n nacional por la integraci¨®n de todos los vascos bajo la ley que garantice a todos y a cada uno su vida y su libertad a decidir c¨®mo ser, qu¨¦ pensar y con qui¨¦n juntarse. Es decir, es el tempo de la constituci¨®n de la ciudadan¨ªa vasca como ciudadan¨ªa.
Las cuestiones m¨¢s importantes y los intereses m¨¢s variopintos en los asuntos espa?oles y vascos han cedido su tiempo en Euskadi por mor de la concordia para salvar la vida del perseguido y humillado, quitarle el miedo y darle la seguridad de la ley y el amparo del derecho. PP y PSOE han sellado as¨ª la v¨ªa espa?ola a Europa, cerrando el paso a la v¨ªa bosnia y a la limpieza ¨¦tnica de los vascos. Es otra contribuci¨®n m¨¢s de la ya ideada durante estos 20 a?os de ejercicio de la soberan¨ªa auton¨®mica compartida, pero esta otra es definitiva para asegurar que Europa se abre ya al otro, al diferente y al excluido, al raro y al de fuera. PP y PSOE muestran en su abrazo vasco que o hay inclusi¨®n del otro y pluralismo pol¨ªtico o hay una desintegraci¨®n del pa¨ªs en comunidades ¨¦tnicas enfrentadas y en liquidaci¨®n permanente. Posiblemente, el acto de efervescencia c¨ªvica que tuvo lugar la semana pasada en el Cubo del Kursaal donostiarra constituye toda la geometr¨ªa variable de la pluralidad pol¨ªtica prefigur¨¢ndose como alegor¨ªa de la inclusi¨®n. All¨ª estuvimos los que, divergiendo en casi todo, convergemos estructuralmente en la concepci¨®n del respeto a la vida bajo derecho; all¨ª estuvimos los de la ciudadan¨ªa europea no ¨¦tnica, los de la lealtad y patriotismo constitucional. No hay ning¨²n asunto europeo importante, ni cultural ni econ¨®mico, ni pol¨ªtico ni laboral, que no estuviera presente en las gentes reunidas en el Cubo de Moneo.
De haber nacido como met¨¢fora de hartazgo y hasta de cabreo, ?Basta Ya! se ha convertido en metonimia de transversalidad pol¨ªtica, al lograr un gran abrazo colateral de todas las posibles cuestiones de izquierda con todas las posibles cuestiones de la derecha convergentes en el punto nodal de la posibilidad de divergencia: la vida humana bajo la protecci¨®n del derecho. Euskadi ha demostrado c¨®mo hoy, en Europa, todas las cuestiones a la contra y los planteamientos antisistema convergen y converger¨¢n en la v¨ªa ¨¦tnica. Redondo y Mayor Oreja, as¨ª como los estelleses vergonzantes Madrazo e Ibarretxe, se han constituido ya en actores importantes de esa ense?anza. Si uno pudiese votar con las dos manos, ahora mismo obtendr¨ªa dos lehendakaris a la vez, pero uno puede tambi¨¦n votar sin manos, con la imaginaci¨®n y por la imaginaci¨®n. La inclusi¨®n del otro en Euskadi es imposible escenificarse hoy sin que un representante del PP pase a gobernar el pa¨ªs. Mayor Oreja de lehendakari necesita a Redondo como vicelehendakari: las dos manos en la bici, contribuyendo ambos a que todos los vascos seamos lo que queramos ser. Pero ?ya! la bici con las dos manos. Y todos los vascos, a pedalear.
Mikel Azurmendi es escritor y profesor.
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