A tiros para jugar con Ecuador

?ste podr¨ªa ser el argumento de una novela negra que sucede en una c¨¢lida ciudad tropical. En la cafeter¨ªa de un lujoso hotel de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, a las diez de la noche del martes pasado, un grupo de matones se acerca al entrenador de la selecci¨®n de f¨²tbol de Ecuador, el colombiano Hern¨¢n Dar¨ªo G¨®mez, y, en una r¨¢pida acci¨®n, uno de ellos le golpea la cabeza con un rev¨®lver y le da un tiro en la pierna. Una agresi¨®n que sucedi¨® en realidad y que debe ser entendida como amenaza y escarmiento.

Entre los agresores se encontraba Joselo Rodr¨ªguez, dirigente del Santa Rita, un min¨²sculo club de f¨²tbol de Segunda Divisi¨®n de una peque?a localidad cercana a Guayaquil pero con poderosos auspicios. En ese equipo juega Dalo Bucaram Pulley, hijo de Abdal¨¢ Bucaram Ortiz, el ex presidente ecuatoriano apodado El Loco, que vive en Panam¨¢, pr¨®fugo de la justicia, y que ha decidido, a su manera, apoyar las ambiciones de su hijo. 'Este nuevo atentado se debe al capricho de Bucaram, que ahora quiere tener a un hijo futbolista', declar¨® ayer Rodrigo Paz Delgado, dirigente del Liga Deportiva Universitaria, un club de esta capital.

Rodr¨ªguez increp¨® al entrenador durante la agresi¨®n por su oposici¨®n a que Dalito -como lo llama su padre-, jugador mediocre seg¨²n los t¨¦cnicos, ingresara en la selecci¨®n sub 20. 'Le lanz¨® la mesa encima. Otro de los hombres le golpe¨® con un rev¨®lver en la frente y luego hizo tres disparos. Uno impact¨® en la pierna del profesor', dijo una de las personas que acompa?aban a G¨®mez en la cafeter¨ªa. En una de las mesas, seg¨²n ha denunciado un camarero, se encontraba Jacobo Bucaram, el obeso hijo mayor del ex presidente, que ha decidido entrenar tambi¨¦n en el Santa Rita. Jacobito fue uno de los personajes m¨¢s conocidos del r¨¦gimen bucaramista despu¨¦s de que un art¨ªculo de prensa relatara que hab¨ªa celebrado una fiesta para festejar su primer mill¨®n de d¨®lares obtenido de forma il¨ªcita. Un hecho que la justicia no ha comprobado.

Sin embargo, este ataque no ha sido el primero. Sucede a los pocos meses de que Hugo Gallego, otro t¨¦cnico tambi¨¦n colombiano, de la selecci¨®n sub 20, recibiera una paliza. En Colombia, tras la agresi¨®n que le desfigur¨® el rostro y le oblig¨® a renunciar, Gallego se?al¨® como autores de la agresi¨®n a personas que le presionaban para que Dalo Bucaram fuera incluido en la n¨®mina de jugadores. El caso permanece impune. En aquella ocasi¨®n, El Bolillo G¨®mez amenaz¨® ya con renunciar, pero desisti¨® por 'el cari?o de los ecuatorianos' y continu¨® con sus labores con la selecci¨®n absoluta, a la que mantiene en el cuarto puesto de las eliminatorias suramericanas para el Mundial de 2002.

Pero la presi¨®n ha continuado. El viernes pasado, Dalo Bucaram entr¨® en n¨®mina, por decisi¨®n de la Federaci¨®n Ecuatoriana de F¨²tbol. El Bolillo present¨® nuevamente su dimisi¨®n. Con la soga al cuello, los dirigentes dieron marcha atr¨¢s. Pero no la familia Bucaram. Elsa, t¨ªa de Dalo, diputada y hermana del ex presidente, asisti¨® el martes por la tarde a la reuni¨®n del Consejo Directivo de la Federaci¨®n de F¨²tbol para acusar a El Bolillo de cocain¨®mano y para amenazarle con un proceso judicial.

El Bolillo, considerado un gran estratega del f¨²tbol, se recupera del balazo en una cl¨ªnica de Guayaquil. Dos de los mejores jugadores de la selecci¨®n, ?lex Aguinaga y Agust¨ªn Delgado, han anunciado que dejar¨¢n el equipo si El Bolillo se marcha. Con ¨¦l, el cl¨¢sico lema de la afici¨®n de 'Jugamos como nunca y perdimos como siempre' se ha transformado en 'Ecuador, s¨ª, se puede', que funciona como una suerte de catarsis para la poblaci¨®n ecuatoriana, que desde la ca¨ªda de Bucaram, en febrero de 1997, no consigue salir de una profunda crisis.

Y es que la familia Bucaram est¨¢ de vuelta. El ex presidente hab¨ªa compartido hasta ahora su autoexilio con sus hijos en Panam¨¢, desde donde maneja los hilos del populista Partido Roldosista Ecuatoriano. Pero dos objetivos pol¨ªticos animan ahora a este partido: el primero, presionar para la renovaci¨®n de la Corte Suprema de Justicia, que podr¨ªa condenar a Bucaram por robo de caudales p¨²blicos a entre cinco y ocho a?os de prisi¨®n; y el segundo, tan importante como el anterior, que Dalito se convierta en futbolista profesional. Como lo quiere su padre.