Enlace critica el fracaso penitenciario para rehabilitar a los reclusos drogodependientes
El presidente de la federaci¨®n andaluza de drogodependencia y sida Enlace, Jos¨¦ S¨¢nchez, pidi¨® ayer al Gobierno que transfiera las competencias en materia penitenciaria a la Junta de Andaluc¨ªa, al igual que ha sucedido en Catalu?a. S¨¢nchez, que est¨¢ al frente de una federaci¨®n que aglutina a 127 asociaciones andaluzas, critic¨® la actual gesti¨®n penitenciaria porque, a su juicio, fracasa a la hora de rehabilitar al recluso y reinsertarlo en la sociedad. 'Si cumpliera su funci¨®n, esa persona no volver¨ªa a entrar en prisi¨®n', dijo.
Seg¨²n Enlace, los reclusos que retornan a la c¨¢rcel por reincidir han aumentado del 59% de 1999 hasta el 62% en 2000. En ese a?o tambi¨¦n se ha incrementado el porcentaje de presos que cumplen condena por delitos relacionados con drogas hasta el 83% frente al 79% del ejercicio anterior.
Antes de abrir el primer encuentro que celebrar¨¢n durante tres d¨ªas en Sevilla 35 asociaciones de drogodependencias y sida que intervienen en prisi¨®n, Jos¨¦ S¨¢nchez critic¨® la falta de atenci¨®n institucional que reciben los reclusos con toxicoman¨ªas y que representan el 80% de la poblaci¨®n reclusa andaluza. De los 10.500 presos, unos 5.000 est¨¢n internados por haber cometido delitos contra la propiedad y otros 3.000, por delitos contra la salud p¨²blica. En ambos casos, el origen de su comportamiento delictivo est¨¢ relacionado con su drogodependencia. Entre el 35% y el 40% de los toxic¨®manos andaluces acaban teniendo alg¨²n problema con la justicia, seg¨²n datos de Enlace. 'Para la sociedad, un drogodependiente rehabilitado o en tratamiento es garant¨ªa de alguien que no delinque', indic¨® Jos¨¦ S¨¢nchez.
A su juicio, tanto el alejamiento de los reclusos de su entorno -la mitad de los presos andaluces cumplen su condena fuera de su provincia- como la falta de atenci¨®n especializada a los que son drogodependientes favorecen el 'embrutecimiento' del recluso y dificultan su posterior reinserci¨®n social. Aunque la Junta de Andaluc¨ªa desarrolla algunos programas en c¨¢rceles a pesar de que no tiene las competencias penitenciarias, el presidente de Enlace critic¨® la escasez de recursos que se destina a los mismos y que perjudica 'm¨¢s a las mujeres'.
Trabas de la Administraci¨®n
S¨¢nchez se quej¨® de que la administraci¨®n penitenciaria no facilita la labor de las asociaciones que trabajan con reclusos. 'Instituciones Penitenciarias pone m¨¢s trabas que dificultades para que entremos', censur¨®.
Las organizaciones que trabajan con internos persiguen la rehabilitaci¨®n del recluso drogodependiente y, como objetivo inmediato, evitar que rompan los v¨ªnculos con la sociedad. 'La persona que entra en prisi¨®n se tiene que adaptar para sobrevivir y eso le aleja de una posible adaptaci¨®n a la vida en la calle', coment¨®.
El presidente de Enlace es partidario de que se regule la entrada de droga en las c¨¢rceles como una medida que combatir¨ªa el poder de los clanes mafiosos que distribuyen la droga en el interior de las prisiones. 'Restringir la entrada de drogas no consigue que se curen, pero si se la facilitas de una forma bien regulada puedes empezar un trabajo de reinserci¨®n', subray¨®.
Adem¨¢s, abog¨® por las medidas de rehabilitaci¨®n con los toxic¨®manos que delinquen como mejor alternativa y que, por a?adidura, resulta menos costosa. El mantenimiento anual de un recluso cuesta cinco millones de pesetas, mientras que el tratamiento de un drogodependiente en una comunidad terap¨¦utica significa unos 2,5 millones de pesetas, seg¨²n datos de la federaci¨®n. 'Con lo que cuesta un preso en la c¨¢rcel podemos tener dos drogodependientes en una comunidad', compar¨®. Jos¨¦ S¨¢nchez concluy¨® que, a la vista del escaso ¨¦xito rehabilitador de las c¨¢rceles, 'malgastamos el dinero de la prisi¨®n y no estamos previniendo el delito'.
El encuentro de asociaciones, procedentes de todas las provincias andaluzas a excepci¨®n de Granada y Almer¨ªa, persigue el intercambio de experiencias sobre los resultados obtenidos por cada organizaci¨®n y dise?ar estrategias conjuntas 'frente a los efectos negativos de la prisi¨®n'.
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