El franc¨¦s Aussaresses ser¨¢ procesado por su libro, no por sus delitos
El general, acusado de 'apolog¨ªa' del crimen
Veinticuatro horas antes, el primer ministro, Lionel Jospin, hab¨ªa trazado una l¨ªnea que diferencia a 'los torturadores' del grueso de las tropas francesas en Argelia, en un acto destinado a rechazar la necesidad de un acto de 'arrepentimiento general'.
La persecuci¨®n de un crimen contra la humanidad supondr¨ªa la existencia de un 'plan concertado' para exterminar o deportar a una poblaci¨®n, seg¨²n la fiscal¨ªa, lo que ser¨ªa muy dif¨ªcil de demostrar. Tambi¨¦n rechaza otras demandas, entre ellas las de la viuda del militante comunista Maurice Audin, desaparecido en 1957 tras su arresto y de quien nada dice el general Aussaresses.
Los partidarios de ir hasta el fondo -principalmente la Federaci¨®n de Derechos del Hombre y el Movimiento contra el Racismo- argumentan que estos cr¨ªmenes son 'imprescriptibles' y se declaran dispuestos a recurrir el veto de la fiscal¨ªa.
As¨ª las cosas, la investigaci¨®n se circunscribe a encargar a la polic¨ªa que interrogue al general y al editor de su libro Servicios especiales. Argelia 1955-1957, para decidir si se le env¨ªa ante el Tribunal Correccional (la jurisdicci¨®n penal). El general arriesga hasta cinco a?os de c¨¢rcel.
En paralelo, el Consejo Superior del Ej¨¦rcito se reunir¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 29 para cumplimentar el encargo del presidente Jacques Chirac, quien ha pedido una sanci¨®n para el general Aussaresses. La medida m¨¢s probable es la de pasarle al retiro, en el que todav¨ªa no est¨¢ a sus 82 a?os, como la mayor¨ªa de los generales que permanecen en una situaci¨®n especial para poder movilizarles en caso de necesidad.
Aussaresses, un h¨¦roe contra los nazis -estuvo preso en la Espa?a franquista- se enganch¨® desde el primer momento en los servicios del general De Gaulle y obtuvo la Legi¨®n de Honor por sus actuaciones frente a los alemanes. Despu¨¦s fue destinado a Argelia. A ese periodo dedica su libro, en el que describe por qu¨¦ eran tan especiales sus servicios: busc¨®, tortur¨® y liquid¨® a centenares de personas durante la batalla de Argel, en 1957. Misiones que reivindica en el marco de las ¨®rdenes dadas por los Gobiernos franceses de la ¨¦poca.
Su abogado enfatiz¨® ayer la situaci¨®n de su cliente como simple instrumento del Estado y consider¨® 'un poco injusto' que pague por 'lo que fue el funcionamiento de un Estado'. Argumento que aparece tambi¨¦n en el art¨ªculo publicado en Le Monde por H¨¨l¨¦ne Aussaresses, la hija del general, que adem¨¢s muestra el horror que las confesiones han producido en su familia.
'Sin querer negar ni excusar su parte de responsabilidad', escribe, 'me parece sin embargo demasiado f¨¢cil encarnizarse en una sola persona que quiz¨¢ no es la ¨²nica responsable de los horrores de una guerra y que parece haber atra¨ªdo patol¨®gicamente la atenci¨®n sobre ella. Mi padre, terriblemente disminuido despu¨¦s de haber perdido un ojo, profundamente herido por la supresi¨®n del servicio militar -el Ej¨¦rcito es su verdadera, su ¨²nica familia- tiene su vida detr¨¢s. ?l se agarra a ella, ?y he aqu¨ª que ocupa la primera p¨¢gina de los peri¨®dicos! Mi padre, ese misterio, antes de desaparecer habr¨¢ hecho hablar de ¨¦l y lanzado a los suyos a la consternaci¨®n y la desesperanza... incluso sin haberse dado cuenta'.
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