Precio justo
Orar es levantar el coraz¨®n a Dios y pedirle mercedes. Pero aquel individuo ten¨ªa poca fe; en vez de un Mercedes, recibi¨® un patinete. Y, como a caballo regalado no le mires el diente, se comi¨® el marr¨®n sin hacer comentarios obscenos, con el rabo entre las piernas. Lo que no sab¨ªa el desventurado Rodolfo, que as¨ª se llama nuestro protagonista, era que conducir patinetes no est¨¢ contemplado en apartado alguno del C¨®digo de la Circulaci¨®n.
Aunque parezca mentira, el patinete es un veh¨ªculo clandestino; su disfrute en la v¨ªa p¨²blica puede ser multado hasta con 50.000 pesetas. La mayor¨ªa de sus usuarios se mean en la cama, son analfabetos, desde?an la Constituci¨®n y se mofan de las instituciones m¨¢s sagradas: les importa un r¨¢bano el qu¨¦ dir¨¢n y el producto nacional bruto. Hablando de brutos, nuestro protagonista no es un ni?o, es un hombre hecho y de derechas, con el coraz¨®n de acero inolvidable. Y que se acuesta con Irene cuando le conviene. Bueno, pues el susodicho Rodolfo se fue con su patinete y su perra Tina a pasear por la calle Clara del Rey y tuvo la mala fortuna de chocar contra una se?ora madura, pero jamona, la cual cay¨® espatarrada al suelo, profiriendo alaridos sonrojantes contra la perra, el patinete y el susodicho.
Y es aqu¨ª cuando llega un municipal riguroso que, alarmado por el esc¨¢ndalo p¨²blico, se lleg¨® hasta Rodolfo y le pidi¨® explicaciones. El susodicho se estaba partiendo las piernas de risa, cosa que al agente no le agrad¨®, raz¨®n por la cual sac¨® su libreta y le puso una multa doble, a saber, mofarse de la autoridad y conducir por la acera en veh¨ªculo ignorado por las ordenanzas municipales. Entonces, la perra, que es tremenda, se ensoberbeci¨® con el agente y le mordi¨® en la entrepierna, cosa que agrav¨® a¨²n m¨¢s la situaci¨®n. Acabaron todos en comisar¨ªa.
As¨ª declar¨® Rodolfo: 'Todo esto es un delirio de tal calibre que estoy dispuesto a entregar el patinete, la se?ora y el agente, mas no la perra, a quien, sin sobrepasarse, m¨¢s se aproxime a su precio justo'. El precio justo fueron 200 talegos de multa.
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