Atrapados por el celuloide
J¨®venes andaluces se preparan en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid en distintas t¨¦cnicas
Muchos de ellos son licenciados en Comunicaci¨®n Audiovisual, otros parten con cierta experiencia y algunos s¨®lo cuentan con la ilusi¨®n como principal bagaje. Todos ellos tienen en com¨²n haber superado las pruebas de acceso de la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid, ECAM, donde los andaluces constituyen uno de los grupos m¨¢s numerosos e incluso cuentan con 'buena fama' tal como se?ala la granadina Mari Paz Pi?ar. De hecho, uno de los estudiantes de segundo curso de la especialidad de direcci¨®n, el sevillano Miguel ?ngel Vivas, emprender¨¢ en un mes el rodaje de su opera prima tras haber sido ganador de un concurso de guiones.
Fulgencio Mart¨ªnez Fern¨¢ndez-Capel, tambi¨¦n de Granada, estudia primer a?o de fotograf¨ªa pero el verano pasado fue el responsable de la iluminaci¨®n y la c¨¢mara en el largometraje pendiente de estreno K¨¢rate a muerte en Torremolinos del malague?o Pedro Temboury. Tampoco Fernando Franco, natural de Sevilla, le anda muy a la zaga; est¨¢ a punto de concluir el tercer y ¨²ltimo a?o de montaje, estudios que ha simultaneado con el trabajo en una productora: ya ha montado su primera pel¨ªcula, Can¨ªcula y acaba de comenzar el de Lo bueno por conocer, su segunda producci¨®n en el cine profesional.
A ninguno de ellos le han surgido estas interesantes propuestas gracias a sus estudios en la ECAM, pero casi todos los alumnos coinciden en se?alar que una de las ventajas de esta escuela es que 'conoces a mucha gente con la que despu¨¦s generas proyectos' como indica la sevillana Marta Murillo de la especialidad de animaci¨®n. Para ella el nivel de esta especialidad es bastante bajo y 'se limita s¨®lo a la animaci¨®n tradicional, por eso creo que est¨¢ mal enfocado'. Tambi¨¦n se muestra muy cr¨ªtica con este centro la cordobesa Roc¨ªo Vadillo. Tras concluir sus estudios de interpretaci¨®n en Arte Dram¨¢tico en su ciudad natal pens¨® en perfeccionarlo. Super¨® las pruebas de ingreso de la ECAM, a la que lleg¨® por casualidad, pero despu¨¦s de varios meses de curso est¨¢ bastante decepcionada, a¨²n as¨ª piensa seguir porque 'en mi casa iba a aprender menos, pero no me gusta nada su nivel, deja mucho que desear: ense?an mucha teor¨ªa de historia de cine espa?ol, por ejemplo, pero s¨®lo tenemos ocho horas de interpretaci¨®n; adem¨¢s hay bastante desnivel entre los alumnos, hay gente con experiencia en teatro otros licenciados en Arte Dram¨¢tico y otros que jam¨¢s que no han hecho nada de nada'.
En este aspecto muy concreto coincide Mari Paz Pi?ar al se?alar que lo peor de esta escuela es que 'te encuentras con gente que no ha trabajado en su vida, hay demasiados ni?os y mucha inmadurez', algo que matiza el cordob¨¦s Antonio Frutos, 'hay muchos pijos que desprecian al p¨²blico en sus planteamientos argumentales y est¨¦ticos; creen que s¨®lo hacen cine para ellos mismos'. Frutos, estudiante de tercer a?o de montaje, ha simultaneado sus estudios con el trabajo en Estilo de Canal Sat¨¦lite Digital y eligi¨® esta especialidad porque no 'soporto los rodajes ni la falsedad de los actores adem¨¢s del rollo del glamour y las fiestas; en el montaje tienes bastante libertad para dar forma a la pel¨ªcula, que depende bastante de ti, adem¨¢s s¨®lo tienes que relacionarte con el director y el productor, no como en los rodajes donde hay mucha gente'.
En opini¨®n de Frutos las pruebas de selecci¨®n no son dif¨ªciles, 'no se exige tener muchos conocimientos, m¨¢s bien se trata de responder a un perfil: haber superado los 18 a?os con diferencia y tener cierta experiencia'. Para Fulgencio Mart¨ªnez tampoco fueron dif¨ªciles, 'creo que no son muy t¨¦cnicas, sino que sirven para comprobar la motivaci¨®n de cada uno'. Tras las pruebas te¨®ricas y pr¨¢cticas hay una entrevista personal. En cada especialidad entran 12 personas, pero al cabo de los tres a?os s¨®lo terminan seis, 'por una cuesti¨®n presupuestaria: s¨®lo se pueden hacer seis cortos en 35 mm. de pr¨¢ctica final de curso' indica la sevillana Clara L¨®pez, que destaca el car¨¢cter competitivo que surge entre los alumnos al saber que cada a?o tres de ellos se ver¨¢n obligados a abandonar el curso.
Sobre esta competitividad Fulgencio Mart¨ªnez piensa que no deja de ser un reflejo de la que realmente se encontrar¨¢n despu¨¦s en la profesi¨®n, de todos modos 'no veo muy coherente c¨®mo se eliminan alumnos'.
Al margen de la dificultad para ingresar en este centro o para llegar hasta el final, no podemos dejar de lado otro importante condicionante: el precio de la matr¨ªcula: 500.000 pesetas cada a?o. Sin embargo, la mayor¨ªa de estos alumnos han contado con becas que concede la Consejer¨ªa de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa en concepto de ampliaci¨®n de estudios cinematogr¨¢ficos fuera de la comunidad y que en algunos casos comprende parte de los gastos de alojamiento y manutenci¨®n en Madrid. En cualquier caso, la propia escuela concede algunas becas por el total o la mitad de la matr¨ªcula anual, como en el caso de la sevillana Mar¨ªa Barroso, quien muestra sus miedos por saber que tan pronto acabe el curso tres de los doce no podr¨¢n seguir.
Por encima de esto todos coinciden en se?alar las bondades de la escuela que se manifiestan en los medios t¨¦cnicos y en las pr¨¢cticas que hacen cada a?o lo que les permite conocer bien de cerca sus respectivas especialidades y los que habr¨¢n de ser, si todo va bien, sus oficios en un futuro no muy lejano para convertirse en los art¨ªfices del cine del ma?ana.
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