?De qu¨¦ hablamos cuando no hablamos de amor?
- El amor como bloque constitucionalista. Hip¨®tesis. Dos puntos. La cultura planetaria est¨¢ en un proceso mo?as extra?o. Muerte de las ideas, muerte del arte posmodern. O proceso mo?as extra?o. Ll¨¢melo como m¨¢s se aclare. Las culturas peninsulares participan en ese proceso desde una perspectiva propia. El sentimentalismo. Desde hace quiz¨¢ 20 a?os los temas sentimentales copan los productos culturales hispanos. Lo cual es curioso, pues en ese casi cuarto de siglo, por aqu¨ª abajo se han vivido cambios -y permanencias- sociales y pol¨ªticos a gog¨®. Es extra?o que una cultura no los plantee en sus libros y productos culturales. Es extra?o que una cultura no hable de s¨ª misma. Quiz¨¢ el sentimentalismo sea nuestra extra?a manera de no decir nada. Una din¨¢mica que, por otro lado, va para largo: a) en unos 20 a?os no ha habido un gran relevo generacional en nuestra cultura -una generaci¨®n tal vez est¨¦ taponando a dos o tres generaciones-, y b) las incorporaciones de las nuevas generaciones a la cultura no parecen aportar visiones cr¨ªticas sobre ¨¦sta. M¨¢s bien parece que en las nuevas generaciones se premie la no conflictividad, con lo que el sentimentalismo parece renovarse como expectativa por varios a?os. Quiz¨¢ el gran aliciente para ir a ver la obra Solteros, del grupo Accidents Polipo¨¨tics, consista en ver un punto de vista generacional n¨ªtido y ex¨®tico -el punto de vista del baby-boomer, repleto de im¨¢genes y estados de ¨¢nimo generacionales-, enfrentado con juego de piernas al tema del amor. La obra se llama Solteros, pero todo el mundo -'qui diu fum diu foc'- asiste sabiendo que el subt¨ªtulo es amor. O algo parecido. El amor, el gran llenapistas del sentimentalismo, copa un porcentaje notorio e importante de la producci¨®n cultural nativa. En general, copa un tanto por ciento notorio de la vida. Eso es mucho tiempo. No s¨¦ usted, pero la impresi¨®n personal es que el amor se ha convertido, en fin, en una suerte de carnet de conducir. Quien no lo utiliza para conducir(se) es un raro.
Accidents Polipo¨¨tics presenta en el Teatre Malic 'Soltero busca o el cuelgue de los h¨¢bitos'...
- Los raros. Bueno. Me voy pitando a la sala Malic -una sala de teatro tan canija que el sector cr¨ªtico de CiU podr¨ªa organizar en ella sus congresos-, a ver Solteros, el ¨²ltimo montaje de Accidents Polipo¨¨tics, nick-name de Xavier Theros y Rafael Metlikovetz. Un grupo -de ?teiatru?- extra?o. Lo extra?o: se han sacado de la manga un g¨¦nero, la conferencia-pitote, que bebe de fuentes ramonianas. Ellos, a su vez, tambi¨¦n beben lo suyo, pues para fabricar cada montaje lo van construyendo en actuaciones by the face y por diferentes bares, ante amigotes, durante, en este caso, un par de a?os. Lo divertido del asunto es que, tras construir una obra en bares, luego van, la estrenan en un teatro y lo tienen que cambiar todo -'lo que hace gracia en un bar no lo hace en un teatro. En el teatro la gente paga entrada, lo cual crea expectativas, es decir, que el espectador espera algo. En un bar, nadie espera nada. Y, en ocasiones, a nadie'. Sorprendentemente, sus ?conferencias?, ?teiatru? no son improvisaci¨®n y singular gracejo. Son m¨¢s bien formidables ejercicios de l¨®gica paralela y de la otra, y una exhibici¨®n de lenguaje. Es decir, de ideas. Ideas, en este caso, sobre la solter¨ªa. Es decir, sobre el amor. Es decir, sobre la ausencia de. Y encima van y lo modulan todo desde el humor. El humor es lo contrario de la simpat¨ªa. Tiene mala baba. Es m¨¢s, por lo general, los humoristas no son simp¨¢ticos. Un humorista simp¨¢tico inspira tanta confianza como el vino de la casa de un restaurante chino.
- Los hombres, las mujeres y los solteros. La obra. Aforo lleno en una sala min¨²scula. La cosa, consecuentemente, parece un di¨¢logo en el que dos amigotes te explican parte de su vida. Cuando finaliza la obra, los chicos de Accidents Polipo¨¨tics inician, como es tradicional en sus ?montajes?, ?teiatru? un turno de palabras. Los hombres y mujeres que han ido a ver la obra hablan ahora de su vida. Su vida tiene poco que ver con el sentimentalismo o con lo pol¨ªticamente correcto. El resultado de sus intervenciones tiene m¨¢s que ver con el humor que con la simpat¨ªa. Son intervenciones divertidas, pero no simp¨¢ticas. Posiblemente como la vida de los emisores de esas intervenciones. Ni idea. Luego, voy y hablo con los chicos de Accidents Polipo¨¨tics. 'El amor lo es todo. Las ansias de amor son tan femeninas como masculinas. Parten de la sensaci¨®n de que por ah¨ª hay un amor apasionante esper¨¢ndote. Eso es mentira. El cine y las historias de amor de cine han hecho mucho da?o'. 'Al parecer, el amor debe ser ¨¦pico y no cotidiano. La vida es una espera de esa ¨¦pica, y eso hace perder el tiempo'. 'La solter¨ªa no es soledad. Es, por tanto, espera'. 'El deseo de amor es transgeneracional. Pero cada generaci¨®n se lo monta o se lo deja de montar de manera diferente'. 'Esta obra parte de nuestras relaciones, de ir pasando de una persona a otra sin proyecto aparente, como mucha gente de nuestra edad'. 'Supongo que tambi¨¦n ser¨¢ cosa de nuestra edad, pero nos emocionan los homenajes que, a lo largo de la obra, hacemos al boli Bic, a Mariano Medina y a Felix Rodr¨ªguez de la Fuente'. No se pierdan estas meditaciones sobre la solter¨ªa, tratada como aquel grande ide¨®logo trataba al Abejaruco.
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