De c¨®mo ganar un campeonato harto de f¨²tbol
Figo, saturado de competici¨®n, es el personaje central en la temporada del campe¨®n
Luis Figo (Lisboa, 1972) comenz¨® la temporada un poco harto del universo que rodeaba al f¨²tbol y diez meses m¨¢s tarde tiene pinta de haber ido a peor. 'Estoy cansado de f¨²tbol; la temporada est¨¢ siendo demasiado larga', coment¨® hace dos semanas, antes de lanzarse como una bala hacia el final so?ado: un t¨ªtulo que le diera el derecho moral a irse de vacaciones con los 1.000 millones de pesetas de su sueldo anual en el bolsillo. Figo lleg¨® harto de f¨²tbol y su temporada fue una carrera sudorosa por alcanzar la l¨ªnea de meta. En Vallecas vio la posibilidad de dar carpetazo a la Liga y no lo dud¨®. Se ech¨® el equipo a la espalda y resopl¨® en el esfuerzo definitivo. Ayer en el Bernab¨¦u lo intent¨® de nuevo y por fin pudo liberarse.
El hombre ha perdido la piel bronceada que se trajo del Algarve en el verano de 2000, pero conserva los pelos de punta y ese halo de introvertido misterioso con el que se present¨® en Madrid despu¨¦s de dejar el Barcelona por sorpresa. En su hu¨ªda de los ambientes m¨¢s futboleros, a Figo se le ha visto en tertulias bohemias, acompa?ado por Almod¨®var o Pen¨¦lope Cruz; presenciando los estrenos teatrales; o escap¨¢ndose en un jet privado a Mil¨¢n para asistir junto a su mujer, la modelo sueca Helene Svedin, a la presentaci¨®n de una colecci¨®n de moda.
'Va de estrella', dec¨ªa un jugador madridista, sobre su primera impresi¨®n del ex barcelonista, en la pretemporada. '?Es un maestro!', apuntaba euf¨®rico el mismo jugador, despu¨¦s de unos meses de convivencia con el portugu¨¦s. ?Cu¨¢l es su verdadera personalidad? ?Qu¨¦ cambi¨®? Con los d¨ªas, sus compa?eros descubrieron a un tipo m¨¢s rotundo que complejo. Su car¨¢cter es directo como el modo en que golpea el bal¨®n, con toda la superficie del pie que le es posible. Al verle entrenar en Tokio antes de la Copa Intercontinental, al observar como dirig¨ªa la pelota hacia la l¨ªnea de fondo y centraba con un golpe seco y sonoro como la percusi¨®n de un tambor, Jorge Valdano sonri¨® admirado: '?Qu¨¦ ruido m¨¢s lindo!'.
En los aeropuertos, en los entrenamientos y en los hoteles, Figo tiende por naturaleza a seguir el camino que se bifurca. Si la mayor¨ªa va en grupo, quiz¨¢ obediente a un impulso at¨¢vico de supervivencia, el portugu¨¦s prefiere el aislamiento, generalmente conectado a su tel¨¦fono m¨®vil, hablando con sus familiares como sumido en un mon¨®logo rumoroso.
No tiene nada de diplom¨¢tico. Es un contestatario impulsivo y siente por el cuerpo a cuerpo -tanto en el campo como en el vestuario- la tentaci¨®n irrefrenable del competidor nato. Comparte habitaci¨®n con Ra¨²l y junto con Hierro forma un tri¨¢ngulo de autoridad en el vestuario, pero m¨¢s all¨¢ del di¨¢logo ocasional suele imponer la distancia. Guarda gui?os de complicidad y hasta de afecto con casi todos sus colegas. Con los que no conecta muy bien es con cierto grupo que se le muestra abiertamente impertinente -cuando ¨¦l se considera merecedor de una deferencia especial-. Algunos de ¨¦stos le desaf¨ªan busc¨¢ndole las cosquillas a sabiendas de que no tarda en entrar al trapo cuando se le toca el nervio de pr¨®cer que exhibe desde que recibi¨® el Bal¨®n de Oro.
Sus gestos de apoyo son apenas perceptibles pero han calado hondo en varios jugadores que comprendieron que estaban frente al futbolista genuino, un tipo inteligente para moverse en terreno extra?o, valiente y capaz de hacerse respetar con una mirada. No ha ganado incondicionales y algunos prefieren evitarle, pero en l¨ªneas generales los jugadores le admiran porque ven en ¨¦l un sost¨¦n: el compa?ero indicado para pasarle el bal¨®n cuando el campo quema. 'No se ha valorado suficientemente lo que ha hecho Figo', dec¨ªa C¨¦sar hace unos d¨ªas; 'es incre¨ªble que pudiera soportar sin inmutarse toda la presi¨®n a la que lo sometieron. Porque hay que recordar que adem¨¢s es el personaje p¨²blico m¨¢s popular de Portugal'.
M¨¢s all¨¢ de la discutible ca¨ªda en su rendimiento, y tras un verano demoledor que lo zarande¨® entre la Eurocopa de Holanda y B¨¦lgica y su pol¨¦mico traspaso al Madrid, Luis Figo cumpli¨® un papel fundamental en la consecuci¨®n de la Liga. Es el jugador que m¨¢s tiempo ha jugado en la plantilla del Madrid en toda la temporada con 2.865 minutos en partidos de Liga (sin contar el de ayer) y 1.205 en Liga de Campeones. Sus n¨²meros ocupan la cabeza de todas las estad¨ªsticas del ataque en el f¨²tbol espa?ol, exceptuando el gol y el remate. Figo ha metido 383 centros al ¨¢rea, ha dado 14 asistencias y ha centrado 52 balones rematados. Sus ocho goles (tres de falta directa) lo convierten en el tercer anotador del equipo y representan un progreso respecto a su ¨²ltimo ejercicio en el Bar?a, cuando marc¨® la misma cantidad en toda la temporada.
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