Los actores del ¨¦xito

No hay a?o m¨¢s duro en el deporte profesional que el segundo, y eso se ha hecho evidente con Casillas. No se le ha mirado como al juvenil al que se le perdonan sus defectos -menores en su primera temporada en el Madrid-, sino como al portero obligado a demostrar su categor¨ªa en todos los partidos. Su cr¨¦dito no ha salido da?ado, pero ya no es un intocable ni para la gente, ni para la prensa, ni para el entrenador, que lo llev¨® a la suplencia en los tres ¨²ltimos partidos. Ha mantenido sus mejores cualidades, especialmente su determinaci¨®n en el mano a mano, pero ha vivido bajo sospecha en el juego a¨¦reo y en algunas decisiones relacionadas con la colocaci¨®n. Tiene problemas en el juego con el pie.

- Salgado. Disput¨® el puesto a Geremi y consigui¨® arrebat¨¢rselo en la segunda ronda. No hay ninguna novedad con respecto a su estilo: jugador inasequible al desaliento, tenaz, desordenado, de una energ¨ªa contagiosa que tiene un gran valor en los malos momentos del equipo. Discreto marcador. D¨¦bil en el juego a¨¦reo. Acarrea demasiado la pelota cuando ataca. Cierra mucho los espacios a Figo, que necesita lo contrario.

- Hierro. Su mejor temporada en a?os, sobre todo hasta el ¨²ltimo tercio del campeonato, donde pag¨® la carga de partidos. No es el jugador de f¨ªsico exuberante de sus primeros tiempos, pero todav¨ªa es indispensable por su gran facilidad como pasador. El mejor del Madrid en el juego alto, asignatura pendiente del equipo, especialmente en el aspecto defensivo. Ha marcado su acostumbrada cuota de goles. Sabedor de sus problemas de velocidad, lee el juego de los rivales como nadie. Algunos s¨ªntomas hablan del comienzo del crep¨²sculo.

- Karanka. Silencioso y bastante eficaz acompa?ante de Hierro. Sus mayores problemas se han producido en los partidos de gran exigencia, donde no ha podido esconder una cierta lentitud. No se ha distinguido por su contundencia, ni por su poder¨ªo a¨¦reo, pero ha actuado con regularidad, con un margen escaso de errores.

- Roberto Carlos. Uno de los jugadores del a?o. Tremenda influencia en el juego del equipo, y muy especialmente en la primera mitad de la temporada. Un ventilador vital para el juego de ataque del Madrid. Heterodoxo como defensa, pero su velocidad le ha permitido corregir casi todas sus deficiencias. Futbolista clave, impagable por su capacidad expansiva. Ning¨²n jugador del f¨²tbol mundial resulta m¨¢s decisivo desde una posici¨®n tan alejada de la porter¨ªa.

- Figo. Su aportaci¨®n ha sido fundamental en la conquista del t¨ªtulo. Para comprobarlo basta imaginar lo que ser¨ªa el Madrid sin ¨¦l: ser¨ªa un equipo con diez o quince puntos menos. A su extraordinario valor como futbolista a?ade su car¨¢cter simb¨®lico, y de eso puede dar fe el Bar?a, que no se ha recuperado del impacto que signific¨® su fichaje por el Madrid. Su enorme contribuci¨®n no significa que no cayera en errores. En ocasiones pag¨® la fatiga y una tendencia a equivocarse en la elecci¨®n de las jugadas. Dio la impresi¨®n de sufrir un ataque de vanidad tras su designaci¨®n como mejor jugador del f¨²tbol europeo, pero su temporada ha sido irreprochable.

- Makelele. Contestado en el arranque del campeonato, valorado como pocos en el nudo de la temporada, indeciso en el ¨²ltimo tramo. Listo y atento en el juego defensivo, donde ha sido el principal ayudante de los defensa, y muchas veces el ¨²nico. Sofoc¨® numerosos fuegos en este aspecto. Con la pelota es un jugador de vuelo corto, sin especial habilidad en la distribuci¨®n, lento para encontrar a los delanteros.

- Helguera. Se puede decir lo mejor y lo peor de ¨¦l. Tard¨® en entrar en el equipo, pero su titularidad tuvo un efecto inmediato sobre la vitalidad ofensiva del Madrid. De primeras acept¨® sus obligaciones como centrocampista, y el equipo lo celebr¨® con nueve victorias consecutivas. Luego desatendi¨® algunas obligaciones b¨¢sicas en el aspecto t¨¢ctico para buscar el gol por encima de todo, con consecuencias lamentables para la estabilidad del equipo. Por lo dem¨¢s confirm¨® que es un cabeceador de primera en el ataque, que recupera muy pocos balones para lo que necesita el Madrid, que dispone de un interesante tiro de media distancia y que no se decide a reflexionar sobre su verdadera funci¨®n.

- McManaman. Jugador con evidentes limitaciones que aprovech¨® perfectamente su momento despu¨¦s de permanecer en la nevera durante tres meses. No tiene nada especial. Futbolista con buena capacidad para asociarse, de lo que se benefici¨® un equipo con problemas en este aspecto. Da continuidad a la elaboraci¨®n con decisiones muy sencillas. Rara vez toma riesgos, en buena parte porque no tiene las condiciones para hacerlo. Su valiosa contribuci¨®n declin¨® en el ¨²ltimo tercio de la Liga. Un favorito del p¨²blico.

- Ra¨²l. Jugadorazo, pero eso lo sabe casi todo el mundo. Comprende las necesidades del equipo como ninguno. Rara vez se equivoca en sus decisiones para jugar o para rematar. Su instinto no admite comparaci¨®n en el f¨²tbol espa?ol. No s¨®lo ha marcado 22 goles, sino que ha logrado la mayor¨ªa de ellos en momentos decisivos, en situaciones muy complicadas para el equipo. El jugador espa?ol de la temporada. Y van...

- Guti. Entr¨® como soluci¨®n de emergencia en el centro de la delantera. Los resultados saltan a la vista: 14 goles, algunos maravillosos, otros cruciales. No es delantero centro, pero como si lo fuese porque sabe jugar como pocos y porque ha aprendido a utilizar los recursos de los goleadores: la mayor¨ªa de sus goles han sido a un toque. Un descubrimiento como cabeceador. Probablemente tenga m¨¢s condiciones que Ra¨²l, pero no dispone ni de su fiebre, ni de su instinto competitivo. A veces dan ganas de preguntarse lo que ser¨ªa si se tomara el f¨²tbol en serio.

- C¨¦sar. Esper¨® una oportunidad que parec¨ªa imposible. Pero lleg¨®. Y no defraud¨®. Portero de garant¨ªa, sereno, con un buen juego con el pie, m¨¢s interesado que Casillas en moverse a varios metros de la porter¨ªa. Falta por medirle en los balones altos, pero funcion¨® bien en este aspecto frente al Rayo.

- Savio. Tormentosa temporada. Se ha visto examinado siempre, como si nunca se supiera titular, y da la impresi¨®n de ser un jugador de car¨¢cter fr¨¢gil, de los que necesitan cari?o por toneladas, cosa muy poco asegurada en un equipo con las urgencias y las necesidades del Madrid. Tiene muchas m¨¢s condiciones que McManaman, pero el ingl¨¦s aprovech¨® mejor las suyas. Perdi¨® la titularidad durante cuatro meses y s¨®lo la recuper¨® en los ¨²ltimos partidos. Su condici¨®n de extremo le perjudica en el Madrid porque supone un desequilibrio en el medio campo.

- Morientes. Atacado por una lesi¨®n de pubis, su rendimiento ha estado lejos de lo que cab¨ªa esperar.