Defensores privados
Los abonos son el pan de los ciclos privados. 'No est¨¢n en crisis', declara Antonio Moral, organizador de ciclos como Grandes int¨¦rpretes, de piano, Liceo de c¨¢mara o el Festival Mozart de A Coru?a. Para Moral, esta modalidad no disuade al p¨²blico poco habitual de las salas de conciertos.
'Tambi¨¦n cumplen una funci¨®n pedag¨®gica', se?ala. Y lo explica: 'Hace tres a?os nadie conoc¨ªa al pianista ruso Sokolov en Madrid. Ahora hay tortas para verle. Si no hici¨¦ramos abonos de ocho conciertos, la gente s¨®lo ir¨ªa a ver a Zimerman, a Brendel y a Pollini. Sin embargo, si tienen que ir a todos empiezan a conocer a los dem¨¢s y luego descubren la val¨ªa de gente como Sokolov'. As¨ª que, dice, 'el abono permite presentar a los desconocidos ante el p¨²blico y crean una masa s¨®lida de aficionados muy entendidos'.
Moral cree que el envite de la venta libre lo deben aceptar los teatros y los ciclos p¨²blicos. 'Como los oper¨ªsticos, que al ser los que tienen m¨¢s demanda podr¨ªan permitirse el lujo de sacar m¨¢s entradas a la venta'. Eso es algo que parece que har¨¢ la temporada que viene el Real, pero s¨®lo con t¨ªtulos muy conocidos, para los que har¨¢ sesiones exclusivamente destinadas a llenarse con entradas sueltas adquiridas en taquilla, seg¨²n adelanta Juan Cambreleng, el director gerente.
Otro defensor del abono sin variaciones es Alfonso Aij¨®n, responsable de Iberm¨²sica y programador desde hace 31 a?os. De ¨¦ste vive, aunque sabe que tambi¨¦n por culpa del mismo le es imposible renovar su propio p¨²blico. 'No puedo porque nadie lo abandona', cuenta. 'Por eso, gracias a esa fidelidad, nuestro ciclo sinf¨®nico sobrevive'. 'Tenemos 2.200 abonados y una lista de espera de 4.400', asegura. Una manera de vivir y de sinvivir, tambi¨¦n. Pero Aij¨®n no quiere cambios en su forma de conseguir adeptos: 'No puedo desperdiciar ese valor fijo, ser¨ªa traicionar a gente que ama la m¨²sica'.
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