Un juez permite que se edite la parodia 'afro' de 'Lo que el viento se llev¨®'
La historia de Lo que el viento se llev¨® (Gone with the wind) contada desde el punto de vista de un nuevo personaje, una hermana mulata de Escarlata O'Hara, llegar¨¢ finalmente a las librer¨ªas de Estados Unidos en junio despu¨¦s de que el Tribunal de Apelaciones de Atlanta fallara el viernes que la prohibici¨®n de publicar impuesta a The wind done gone, el nuevo t¨ªtulo, viola la primera enmienda de la Constituci¨®n, garante de la libertad de expresi¨®n. 'Es una gran victoria para la primera enmienda', dijo el abogado de la editorial demandada, Joseph Beck. 'Demuestra que la ficci¨®n, como las noticias, tambi¨¦n est¨¢ protegida'.
Los albaceas de Margaret Mitchell -quien public¨® Lo que el viento se llev¨® en 1936 y tres a?os despu¨¦s lo vi¨® llevado a la pantalla, dos ¨¦xitos que han generado cientos de millones de d¨®lares de beneficios-, alegaron hace un mes ante un tribunal inferior que The wind done gone violaba la propiedad intelectual. 'Es pirater¨ªa sin paliativos', sentenci¨® entonces el juez.
Ahora, Cynara, el nuevo personaje a trav¨¦s de cuyos ojos se recuenta la historia, podr¨¢ vivir. En The wind done gone, la novela concebida por Alice Randall, Cynara es hija del padre de Escarlata y de la esclava Mammy.
Randall escribi¨® las 210 p¨¢ginas del libro como una respuesta cr¨ªtica a los estereotipos raciales consagrados en Lo que el viento se llev¨®, de negros simples satisfechos con su suerte de esclavos, imagen que Randall dice ha causado enorme da?o a la comunidad afroamericana. En el nuevo libro aparecen 15 de los personajes creados por Mitchell, apenas disfrazados: Escarlata es Otra, Rhett Butler es R... adem¨¢s de varios cuadros (la plantaci¨®n Tara es ahora Tata) y di¨¢logos inconfundibles. Lo que para los albaceas de Mitchell es plagio y saqueo intelectual, para la defensa es la base imprescindible desde la que volver a contar la historia desde otro punto de vista. Es un conflicto que ha sido seguido con singular atenci¨®n por la industria editorial, juristas y escritores y otros intelectuales, algunos de ellos, como la Nobel Toni Morrison; Harper Lee, autora de Matar a un ruise?or, o el historiador Arthur Schlesinger, apoyan a Alice Randall.
Los abogados de los albaceas van a recurrir, para parar el libro o exigir una indemnizaci¨®n. La editorial va a apresurar la publicaci¨®n, inicialmente prevista de 25.000 ejemplares, ahora mayor debido a la pol¨¦mica.
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