El olvido de los inmigrantes

El anteproyecto de Ley Reguladora del Derecho de Asociaci¨®n no contiene ninguna alusi¨®n a los inmigrantes irregulares, aunque la negativa a reconocerles este derecho fue una de las batallas de la contrarreforma

de la Ley de Extranjer¨ªa. El texto se limita a decir que podr¨¢n constituir asociaciones las personas f¨ªsicas o jur¨ªdicas, imponiendo a las primeras, como ¨²nico requisito, el de 'tener la capacidad general de obrar'. Es decir, ser mayores de edad o emancipados y no estar incapacitados legalmente.

Sin embargo, el hecho de que no se excluya a los inmigrantes irregulares no significa que ¨¦stos puedan asociarse, pues la Ley de Extranjer¨ªa, tambi¨¦n con rango org¨¢nico, exige tener permiso de residencia. Al menos, esta omisi¨®n simplificar¨ªa un futuro reconocimiento del derecho de asociaci¨®n, quiz¨¢ como consecuencia de los recursos ante el Constitucional, pues s¨®lo habr¨ªa que cambiar una ley y no dos. La proposici¨®n que present¨® el PSOE en el Congreso, rechazada por el pleno, reconoc¨ªa a 'todas las personas' el derecho a asociarse, aunque s¨®lo espa?oles y extranjeros legales pod¨ªan promover asociaciones.

El proyecto se?ala que 'la organizaci¨®n interna y el funcionamiento de las asociaciones deben ser democr¨¢ticos, con pleno respeto al pluralismo', a lo que el PSOE a?ad¨ªa tambi¨¦n el 'respeto a la dignidad de las personas'. Seg¨²n el texto, 'ser¨¢n nulos de pleno derecho los pactos, cl¨¢usulas, obligaciones y acuerdos que desconozcan cualquiera de los aspectos del derecho fundamental de asociaci¨®n'. Nada se dice, sin embargo, sobre la posibilidad de que se discrimine, en la admisi¨®n de socios, por razones de sexo o raza. Ni siquiera al referirse a las asociaciones de utilidad p¨²blica, que pueden obtener exenciones fiscales y beneficios econ¨®micos.