RTVV: Zaplana, responsable

Durante el segundo trimestre de 1961 Michel Debr¨¦ entr¨® en el despacho presidencial con la informaci¨®n. De Gaulle escuch¨® a su primer ministro: uno de los tres generales franceses, miembros de la troika militar golpista en Argelia, viajar¨ªa en avi¨®n en breves d¨ªas. El abanico de posibilidades se reduc¨ªa a tres: capturarlo, no hacer nada o derribar el aparato. Debr¨¦ interrog¨® a De Gaulle sobre el modelo de acci¨®n a seguir. El general le contest¨®: haga usted lo que tenga que hacer. Seg¨²n refiri¨® a?os despues Michel Debr¨¦, no movi¨® un dedo. Se acogi¨® a lo que su amigo, el fil¨®sofo y periodista Raymond Aron bautiz¨® en su d¨ªa como 'la responsabilidad del n¨²mero uno'.

En el d¨ªa a d¨ªa de la acci¨®n pol¨ªtica el n¨²mero uno es el primer y ¨²ltimo responsable. En democracia se gobierna -sucesi¨®n de actos de poder- de acuerdo con las orientaciones del n¨²mero uno. El modelo de pol¨ªtica a seguir, que no siempre el estilo, emana de ese n¨²mero uno, sea un presidente de la Rep¨²blica, como en Francia, sea un presidente de gobierno central o auton¨®mico, como en Espa?a. El n¨²mero uno distribuye poder, el poder es el mismo. Todos sus subordinados, desde ministros a altos cargos de la administraci¨®n, asienten. Crudamente, ya lo dijo Jean-Pierre Chevenement: 'Mientras eres ministro, cierras el pico. Si lo abres, has de largarte'. Suele ocurrir que el l¨ªder irradia un poder intimidatorio. Con frecuencia se lo recuerda a los mortales aunque sea a costa de hacer el rid¨ªculo.

Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar todav¨ªa era el l¨ªder de la oposici¨®n. Cen¨¢bamos un grupo de periodistas con Aznar y Cascos en Bruselas. La distribuci¨®n de la mesa acomod¨® a Cascos entre mi amigo Romano Ferrari y yo mismo y aconteci¨® que los tres charl¨¢bamos de f¨²tbol en un momento distendido del tentempi¨¦ cuando Cascos pronunci¨® la palabra 'partido'. Desde el lado opuesto de la mesa, Aznar bram¨®: 'En mi partido mando yo'. Su voz pareci¨® surgir desde la zona abisal, mucho mas all¨¢ de la zona arquibent¨®nica de sus convicciones conservadoras. Con toda probabilidad Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hab¨ªa le¨ªdo ya a Plat¨®n en El pol¨ªtico o del reinado cuando dice que 'el rey debe gobernar y nadie puede competir con ¨¦l en este campo'. Por ejemplo, Margaret Thatcher se afanaba de manera tan pasional en el ejercicio del poder de la n¨²mero uno, que en los consejos de ministros, estos le ped¨ªan permiso antes de tomar la palabra. Aquel colega brit¨¢nico que fue durante muchos a?os su portavoz, dec¨ªa que 'Maggie se cre¨ªa dotada de la vitalidad, las l¨ªneas y dimensiones que simbolizan las polaridades fundamentales del poder'. Una forma de desvar¨ªo como cualquier otra.

Salvando las siderales distancias -Maggie es uno de los iconos de la derecha europea-, observo un par de trazos en com¨²n entre Thatcher y Eduardo Zaplana. En primer lugar: la se?ora siempre consider¨® un estorbo la televisi¨®n p¨²blica brit¨¢nica. Y pretendi¨® convertirla en un coro de pla?ideras a su servicio. Esa repulsi¨®n por el audivisual p¨²blico la comparte el jefe del ejecutivo valenciano.Un poco en la l¨ªnea de lo que dec¨ªa Carrero Blanco, que comparaba a los profesionales del periodismo con los telegrafistas: limitados a transmitir el mensaje que se les dicta, pero sin interpretarlo, sin analizarlo. Pero a diferencia de la Dama de Hierro, que nunca ocult¨® sus intenciones ni se excus¨® en la supuesta perversi¨®n del modelo de televisi¨®n p¨²blica brit¨¢nica para intentar dinamitarlo, Zaplana s¨ª lo hace.

Y, de paso, alimenta debates de perogrullo. Si es cierto que no le gusta el modelo actual, ?que lo cambie!, que para eso es el n¨²mero uno y quien ha nombrado a los sucesivos m¨¢ximos responsables del ente que han incumplido sistem¨¢ticamente la Ley de Creaci¨®n de RTVV, que no es otra cosa que la constitucion de RTVV. ?Haga que se aplique la Ley de Creaci¨®n! ?Pero si hace seis a?os que Zaplana y su partido gestionan -es un decir educado- RTVV! El modelo no se deteriora per se como si fuese un brot¨²lido de la fosa de la Sonda sacado a plena luz del d¨ªa!

Segundo trazo en com¨²n entre Thatcher y Zaplana: parafraseando al cineasta Chris Marker en su pel¨ªcula Le fond de l'air est rouge, 'los dos han fracasado en los terrenos que eligieron, el aire sigue siendo rojo'. La BBC sigue siendo un espejo donde mirarse y el PP ha convertido TVV en uno de los fiascos m¨¢s estrepitosos del sector audiovisual europeo. La soflama ofrecida en las Cortes Valencianas por la portavoz del gobierno acerca del nuevo modelo para RTVV -aparte de que nos induce a pensar que los marcianos ya han llegado a la Tierra-, confirma que al gobierno Zaplana le queda a¨²n todo por hacer en materia de televisi¨®n de servicio p¨²blico. Lo cual, despu¨¦s de seis a?os de gobierno no deja de ser una verg¨¹enza. Pero no es tan dif¨ªcil: en primer lugar cumplan la Ley de Creaci¨®n de RTVV y en segundo inicien con la oposici¨®n y con la sociedad civil los trabajos para la puesta en marcha de un Consejo Superior del Audiovisual. Comprobar¨¢n con el paso del tiempo que 'la m¨¢quina funciona mejor... pero no para sus fines', como escribio en 1909 E. M. Forster en The Machine Stops.

Josep L¨®pez es periodista de TVV.