Bilbao no es lo que fue

Un festival como el de Bilbao, que lleva ya su 57? edici¨®n, que no consiga llegar ni a la mitad de la entrada quiere decir que este Bilbao ya no es lo que era. Ha perdido esencias, la costumbre de las cosas buenas. Ni siquiera para una intenci¨®n benefactora como es llevar un dinero a la Santa y Real Casa de Misericordia.

El festejo propiamente dicho dej¨® como apunte positivo los tres novillos ¨²ltimos del festival, en especial el cuarto de la tarde, que no par¨® de embestir desde principio a fin. El quinto bueno y el sexto menos bueno.

Finito de C¨®rdoba pas¨® por el coso bilba¨ªno sin demasiado inter¨¦s. Manuel Caballero tore¨® con varias tandas de derechazos templado. El C¨®rdobes en su novillo dio derechazos sin demasiado fundamento, largos, pero sin mandar. Como quiera que no calentaba al p¨²blico con el toreo serio, empez¨® a instrumentar trapazos y el salto de la rana, lo que caus¨® el delirio de la gente. Pidieron una oreja, se la dieron y siguieron pidiendo m¨¢s.

Fue Rivera Ord¨®?ez el que tuvo delante de s¨ª el cuarto novillo que hemos descrito. Es cierto que fabric¨® derechazos de calidad y buen temple. Los naturales no fueron completos. Y recordamos incluso dos buenos remates con el capote. De todos modos, el novillo era tan maravilloso y daba gusto verle embestir que, sin duda, merec¨ªa una faena de m¨¢s alto relieve. Para la desgracia de River Ord¨®?ez, le dio cinco pinchazos y una estocada.

D¨¢vila Miura creemos que estuvo en la l¨ªnea que suele ser necesaria en los festivales, es decir, hizo un toreo campero, dominador y adem¨¢s tuvo la gran virtud de empezar la faena con la mano izquierda, cosa que parec¨ªa lo m¨¢s raro del mundo, dado que en estos tiempos estamos acostumbrados a que todo el mundo toree por derechazos dejando los naturales como si fueran una rara avis in terra.

Morante despleg¨® en su novillo el arte que atesora, en especial con la mano derecha.