El vencedor de las presidenciales de hoy recibe un Per¨² en situaci¨®n desesperada
Toledo y Garc¨ªa reconocen la dificultad de levantar un pa¨ªs que lleva dos a?os paralizado
Han sido dos a?os de crisis pol¨ªtica, estancamiento econ¨®mico y par¨¢lisis de inversiones, pero los problemas del pa¨ªs andino vienen de mucho m¨¢s lejos.
El informe anual de una prestigiosa ONG peruana recuerda, en su introducci¨®n, la terrible conclusi¨®n -'?y no hay remedio!'- a la que lleg¨® hace 400 a?os el cronista indio Guam¨¢n Poma de Ayala ante los abusos del orden colonial. La frase, dice, bien podr¨ªa servir para expresar el sentimiento que produce el examen de los males contempor¨¢neos de Per¨². El resultado de los 10 a?os del Gobierno de Fujimori no puede ser m¨¢s deprimente. Quien lleg¨® al poder como el remedio que pretend¨ªa acabar con la violencia, la hiperinflaci¨®n, el endeudamiento y la pobreza acab¨® dejando como herencia la peor de las enfermedades: la corrupci¨®n generalizada y el descr¨¦dito de la pol¨ªtica y de las clases dirigentes.
Con la excusa de que hab¨ªa que acabar con la violencia de las guerrillas de Sendero Luminoso y el MRTA, Fujimori instaur¨® la nueva era de la antipol¨ªtica, que se abri¨® paso con un autogolpe que disolvi¨® el Congreso. Ciertamente, la paz volvi¨® a Per¨² con el desmantelamiento de las dos organizaciones armadas, pero sin violencia el pa¨ªs andino no alberga mayores esperanzas para las grandes masas empobrecidas.
El r¨¦gimen fujimorista instrumentaliz¨® la pobreza: no s¨®lo aument¨® el n¨²mero de pobres, sino que ¨¦stos se hicieron m¨¢s dependientes, menos productores y menos ciudadanos.
La peor parte del drama peruano la ha llevado la poblaci¨®n ind¨ªgena de la sierra y de la selva. No pod¨ªa ser de otro modo en un pa¨ªs donde el racismo tiene ra¨ªces profundas. El 70% de las v¨ªctimas del conflicto armado desde 1980 -irrupci¨®n de Sendero Luminoso- hasta abril de 1997 -fin de la toma de la Embajada de Jap¨®n por un comando del MRTA- pertenece a los pueblos andinos y de la Amazonia. La guerrilla y los mayores operativos de represi¨®n contrasubversiva tuvieron lugar en zonas rurales. Durante la ¨²ltima d¨¦cada, en ning¨²n a?o los ¨ªndices de pobreza bajaron del 50%. En departamentos como Ayacucho, Apur¨ªmac y Huancavelica, el porcentaje ha llegado hasta el 75.
Entre 1980 y 1990, el gasto social cay¨® del 4,6% del producto interior bruto al 2,8%. El gasto en salud es una cuarta parte del promedio de Am¨¦rica Latina (0,6%, contra el 2,4% del PIB). En el r¨¦gimen de Fujimori prevaleci¨® el clientelismo y la manipulaci¨®n de los sectores m¨¢s pobres a trav¨¦s de una pol¨ªtica asistencial de 'pap¨¢ Estado': comedores populares, programa del vaso de leche, clubes de madres... A falta de empleo, la ¨²nica posibilidad de subsistencia de amplios sectores de la poblaci¨®n depende de los programas de apoyo alimentario que el fujimorismo convirti¨® en instrumento de control social y manipulaci¨®n pol¨ªtica.
Los siguientes datos ilustran los 'logros' de la ¨²ltima d¨¦cada. La deuda p¨²blica en el a?o 2000 era de 19.147 millones de d¨®lares. Diez a?os antes, al final del Gobierno de Alan Garc¨ªa, era de 18.934 millones de d¨®lares.
En el sector de la vivienda, el 49,6% de las casas tiene el suelo de tierra; el 31,1%, el techo de material precario; el 37,8% carece de servicios higi¨¦nicos y el 20,5% usa pozo ciego. S¨®lo el 43,1% tiene canalizaci¨®n de agua, y el 55%, alumbrado el¨¦ctrico. El 7% de los hogares peruanos tiene tel¨¦fono.
Para reactivar la agricultura hace falta una inversi¨®n del orden de 5.000 millones de d¨®lares, seg¨²n pusieron de manifiesto varios economistas en un reciente debate. Dicha cantidad no la tiene ni el sistema financiero peruano en su conjunto, por lo que habr¨ªa que recurrir al sistema financiero internacional. En este precario contexto, ambos candidatos -Alan Garc¨ªa, primero, y Alejandro Toledo, despu¨¦s- han planteado la necesidad de un Banco Agrario. Como consecuencia de la reforma agraria del r¨¦gimen del general Juan Velasco Alvarado, puesta en marcha en 1969, la propiedad de la tierra est¨¢ muy fraccionada en fincas de peque?as dimensiones. La Ley Agraria expropi¨® sin excepci¨®n las fincas de m¨¢s de 150 hect¨¢reas de tierras de regad¨ªo. Entre 1969 y 1979, 350.000 familias recibieron nueve millones de hect¨¢reas. Pero fue imposible dar tierra a todo el mundo y muchos peones rurales quedaron excluidos. La opci¨®n para la mayor¨ªa de estos ¨²ltimos fue abandonar el campo, lo que dio paso a una gran ola migratoria a Lima en los a?os setenta.
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