Los libreros culpan al calor del descenso de visitas y temen que afecte a las ventas
Varios escritores comentan las luces y sombras del contacto directo con los lectores
A falta de listas de ventas, calor, y sudor (con perd¨®n). Un bochorno por otro. El segundo fin de semana de la Feria del Libro de Madrid ha consolidado a las altas temperaturas como el irreductible best-seller de 2001. Sobre c¨®mo ha afectado la can¨ªcula a las ventas hay divisi¨®n de opiniones. La mayor parte de libreros, editores y otros jefes de caseta opinan que el calor ha mermado la afluencia y, con ella, el negocio; menor hasta ahora, en general, que el a?o pasado. La minor¨ªa optimista, a la que le va bien, desvela que la solana ha desanimado mucho menos a los genuinos lectores compradores que a los paseantes.
Unos y otros est¨¢n de acuerdo en que esta feria no cuenta, como otras anteriores, con un t¨ªtulo hegem¨®nico. Como siempre, venden mucho los autores que firman: Carlos Fuentes, Javier Mar¨ªas, Jorge Sempr¨²n, Luc¨ªa Etxebarr¨ªa, Rosa Montero, Antonio Gala, Jos¨¦ Luis Sampedro, Luis Mateo D¨ªez. Tambi¨¦n los que venden siempre: Arturo P¨¦rez-Reverte, Mario Vargas Llosa, Jos¨¦ Saramago, Antonio Mu?oz Molina, Mario Benedetti (el que m¨¢s poes¨ªa vende y al que la salud le impide este a?o acudir a la feria) y Eduardo Mendoza. As¨ª como autores y libros que caen en gracia a los lectores: Alfonso Uss¨ªa, Boris Izaguirre, ?Qui¨¦n se ha llevado mi queso?, Cayetana de Alba. Pasi¨®n andaluza.
El gusto por lo chino
Pero adem¨¢s, hay sorpresas. La principal est¨¢ siendo 'el Nobel chino', seg¨²n confirman en las casetas de cuatro populares librer¨ªas de Madrid (Fuentetaja, Rubi?os, Antonio Machado y Visor). Se refieren a Gao Xingjian, cuya ¨²nica obra traducida al espa?ol, La monta?a del alma, va por la tercera edici¨®n, pese a contar con 649 p¨¢ginas y costar m¨¢s de 3.500 pesetas. Y no es el ¨²nico autor chino que est¨¢ gustando, Balzac y la joven costurera china, de Dai Sijie, va camino de repetir la sorpresa que supuso el a?o pasado para la editorial Salamandra El ¨²ltimo encuentro, de S¨¢ndor M¨¢rai. Una tercera revelaci¨®n podr¨ªa ser Javier Cercas con Soldados de Salamina.Este a?o, los autores, adem¨¢s de impresiones y recomendaciones, comparten, m¨¢s que nunca, el calor del p¨²blico. La primera escritora en reconocerlo es ?ngeles Caso. Deja Un largo silencio y certifica: 'Lo peor este a?o es que hace un calor asfixiante'. A Caso le produce una 'sensaci¨®n agridulce' sentirse en el escaparate de la feria. 'Est¨¢ bien cuando se acerca un lector que conoce tu obra y la comenta, pero me gustan menos los curiosos que te miran y opinan 'est¨¢ m¨¢s gorda' o 'est¨¢ m¨¢s delgada'. Compensa los d¨ªas que firmas mucho; los otros, no te gusta tanto'. Esto de que firmar es lo que m¨¢s anima, lo mismo que lo del solazo, lo comparten todos los autores en la feria.
Antonio Gala, que dedic¨® s¨¢bado y domingo El imposible olvido, dice que le visitan 'pocos curiosos y muchos lectores'. Una seguidora le piropea: 'Eres una maravilla, y muy trabajador'. El autor recuerda que este a?o condicion¨® su presencia en la feria a que le jurasen que no habr¨ªa listas: 'No porque las listas me pusieran inc¨®modo, yo llevaba 10 a?os siendo el n¨²mero uno, pero no me gusta que un acto de cultura se convierta en una competici¨®n de marat¨®n'.
A Benjam¨ªn Prado, que compart¨ªa el s¨¢bado caseta de firmas con Jorge Sempr¨²n, le gusta 'ver los ojos de quienes van a leer' su libro. Al calor le quita importancia el responsable de Los nombres de Ant¨ªgona. 'Lo duro es trabajar en un andamio', opina. Luego, Sempr¨²n, mientras dedica su ¨²ltimo libro, Vivir¨¦ con su nombre, morir¨¢ con el m¨ªo, a Prado, explica que 'el acto de firmar es un ritual m¨¢s o menos insignificante, lo que interesa es la oportunidad de contactar con el lector. Un libro sin lectores no es un libro'. Sempr¨²n calific¨® de 'insoportable e insufrible' el incidente protagonizado el s¨¢bado por ocho j¨®venes falangistas que insultaron a Pilar Rahola.
Variedad de lectores
Luis Antonio de Villena, Wilde total en mano, opina que lo peor de sentarse a firmar es el primer momento. 'A nadie le gusta sentirse expuesto como un cesto de manzanas, pero hay mucha variedad de relaci¨®n con los lectores. Hay muchos de 'hola y adi¨®s', hay una minor¨ªa que comentan tus libros y hay otros que se ponen tan nerviosos que se olvidan el cambio, esto es muy frecuente'.Tambi¨¦n hay lectores que solicitan una dedicatoria ¨²nica, especial, personalizada. 'Pon que es para Gloria, que es una chica que a¨²n cree en el amor y esas cosas', ped¨ªa ayer una descre¨ªda lectora a Carmen Posadas para que anotara en La Bella Otero. 'No me gusta repetir las dedicatorias, me da mucha angustia', confes¨® la escritora.
Un par de casetas m¨¢s all¨¢, acalorado y descamisado, el santanderino ?lvaro Pombo se preocupa por lo que sufren los libros con el traj¨ªn de la feria. Pombo cuenta que ¨¦l s¨®lo viene cuando tiene 'un libro nuevo', como El cielo raso, y a?ade que lo importante es estar ocupado con las firmas, 'por aquello de no sentirse in¨²til y evitar la vanidad herida'.
Luis Mateo D¨ªez, de estreno con Balc¨®n de piedra, confiesa que este a?o se le acercan m¨¢s que ninguno lectores que le conocen por el boca a oreja, pero que no le han le¨ªdo. 'Me ponen en el compromiso de que les recomiende uno de mis libros. Yo siempre les digo que empiecen por el ¨²ltimo'.
Hay m¨¢s razones para venir a firmar. Soledad Pu¨¦rtolas, acompa?ada de Con mi madre, cree que hay que tener claro que 'uno va a apoyar al libro, aunque sea cansado'. Mill¨¢n Salcedo, a¨²n harto de contar de qu¨¦ va su libro ('tantas veces que a veces creo que ya estoy contando otro'), se pregunta qu¨¦ no har¨ªa ¨¦l por su novela Cuando la aurora tiende su manto, y se responde: 'Menos desnudarme, todo'.
Javier Reverte opina que 'el mejor amigo es el lector'. Ayer se lo demostr¨® una pareja que celebr¨® su luna de miel en Tanzania influidos por Vagabundo en ?frica, y lo agradeci¨® ¨¦l regalando un libro a una joven que llor¨® de verg¨¹enza tras confundirle con Arturo P¨¦rez-Reverte.
Babelia
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