El campus, met¨¢fora de la ciudad
Expertos discuten en Elche sobre el modelo de integraci¨®n del centro acad¨¦mico en la urbe
Universidad y centro urbano, para bien o para mal, han sido siempre realidades ligadas. En muchas ocasiones los campus universitarios se han fundido con la ciudad y se funden hoy en d¨ªa en el mismo concepto, como ocurre con las poblaciones de Salamanca, Oxford o Stanford. La Universidad Miguel Hern¨¢ndez, en colaboraci¨®n con el plan estrat¨¦gico Futurelx, reuni¨® el pasado jueves a distintos expertos para discutir cu¨¢l debe ser el modelo de relaci¨®n con Elche.
El catedr¨¢tico Esteban Fern¨¢ndez S¨¢nchez, de la Universidad de Oviedo, explica uno de los casos en los que el proyecto universitario no ha sabido responder a las demandas de la ciudad. La localidad asturianda de Mieres, de 50.000 habitantes, representa el fracaso de los gobernantes por reactivar una zona deprimida con la fundaci¨®n de un centro de estudios que no se adapta a la realidad del lugar. La llegada de 500.000 millones de pesetas en subvenciones para la provincia, afectada por la crisis minera, hizo surgir la idea de construir un nuevo campus para la Universidad de Asturias, que hasta entonces estaba localizada en Oviedo y Gij¨®n. Con una inversi¨®n de 22.000 millones de pesetas comenz¨® la edificaci¨®n de un edificio que, tras ser inaugurado, no tiene un futuro claro: las autoridades civiles y universitarias no se ponen de acuerdo en qu¨¦ titulaciones puede acoger el nuevo campus. Seg¨²n afirma Esteban Fern¨¢ndez, la culpa la tiene el esp¨ªritu asturiano, 'que tan unidos nos hace parecer cuando estamos fuera y tan separados nos mantiene en nuestra tierra'.
La utop¨ªa de la universidad es el sue?o de los hombres por llegar a crear un centro de intercambio de los conocimientos
La conclusi¨®n general de las ponencias, a fin de evitar el caso de Mieres, es que una universidad debe ser entendida como una prolongaci¨®n de la ciudad, lo cual no significa que deba estar situada en ella. En palabras de Carles Llop Torn¨¦, subdirector de la Escuela de Arquitectura del Vall¨¦s, 'es necesario que el campus nazca arraigado a la zona donde se funda'. Es decir, debe compartir valores y, en la pr¨¢ctica, titulaciones relacionadas con la realidad local. Y, m¨¢s a¨²n, puede servir para marcar las pautas de desarrollo de una ciudad. Precisamente Carles Llop aboga por acompa?ar la fundaci¨®n de una universidad con un plan de infraestructuras que marque el tipo de ciudad que se quiere para el futuro. As¨ª, con el paso de los a?os, los distintos edificios del campus llegan a ser parte del mismo centro urbano, acomod¨¢ndose de forma perfecta a las caracter¨ªsticas de la ciudad. Javier Quesada, responsable de la oficina de Ciencia y Tenolog¨ªa de la Generalitat se?ala la utop¨ªa como impulso para la creaci¨®n de universidades, apuntando como ejemplo la fundaci¨®n del Estudio General de Valencia, hace ya 500 a?os.
De igual manera opina Pablo Campos, aquitecto y autor de la tesis La universidad en Espa?a, historia, urbanismo y arquitectura, quien mantiene que la utop¨ªa es el primer sentimiento que hace nacer una universidad. Como centro del saber, la universidad es una met¨¢fora del modelo de vida que los hombres desean. 'S¨®lo as¨ª', afirma, 'puede servir de motor de desarrollo de la ciudad'. Campos se remite al dise?o de la Universidad de Virginia, que marc¨® no s¨®lo el mismo concepto de universidad americana. Dicho campus adopt¨®, como la mayor¨ªa de los centros acad¨¦micos que se constru¨ªan en los Estados Unidos, la cl¨¢sica estructura de college ingl¨¦s, pero situ¨® todos los edificios alrededor de un espacio ajardinado, que rememoraba los claustros de las primeras universidades europeas. En la actualidad el campus de la Universidad de Virginia ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad y su arquitecto, el presidente Tomas Jefferson, prefiri¨® que en su epitafio se recogiera que dise?¨® esta universidad en vez de recordar su papel como l¨ªder pol¨ªtico. Una muestra, seg¨²n Campos, de la utop¨ªa universitaria.
En Espa?a la estructura del campus estadounidense no lleg¨® hasta bien entrado el siglo XX. Por entonces los arquitectos nacionales se remit¨ªan al modelo de la Universidad de Salamanca, un edificio enclavado en el centro hist¨®rico de la ciudad y adaptado a las necesidades de aulas, despachos. Sin embargo, en 1927 el rey Alfonso XIII decidi¨® construir una gran universidad en Madrid, para lo cual envi¨® a cuatro arquitectos espa?oles a visitar 12 campus norteamericanos. Entre ellos estaba L¨®pez Otero, quien tras volver del viaje, comenz¨® a edificar la actual ciudad universitaria. Campos considera un error la importaci¨®n del tipo de recinto acad¨¦mico americano, por no adaptarse a los patrones culturales espa?oles.
De todo ello tomaron el pasado jueves buena nota las autoridades de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez, ya que el proyecto que ahora se inicia -el campus actual de Elche apenas representa un 20% de la estructura final- ser¨¢ dise?ado con vistas a 500 a?os de conviviencia con la ciudad.
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