La emoci¨®n de Jarocho
Cuando responde positivamente el toro, en este caso novillo, siempre hay cosas que recordar y momentos que celebrar. Sobre todo si adem¨¢s hay un torero que viene con ganas y fundamentos, dispuesto a demostrar que tiene torer¨ªa y argumentos que explicar, poder en las mu?ecas y valor. Como es el caso de Jarocho. Que llev¨® la emoci¨®n a los tendidos por una labor en el quinto de la tarde, intensa y repleta de coraje.
Los novillos de Domingo Hern¨¢ndez tuvieron nobleza unos, tambi¨¦n mansedumbre otros, y guasa alguno, como el bravuc¨®n quinto que hizo de sobrero, en sustituci¨®n de un hermano inv¨¢lido, muy flojo de remos.
A ese quinto sobrero, que organiz¨® una buena en el caballo, al tomar dos varas en las que apret¨® y tambi¨¦n derrib¨® al piquero de turno, para luego salir suelto y no parar de escarbar, le plant¨® cara Jarocho, con t¨¦cnica y valor. Le dome?¨® con unos poderosos doblones de tanteo, y luego le pis¨® el terreno con firmeza, no dud¨®, tir¨® del morlaco y lig¨® las series por los dos pitones. En su primero ya dej¨® nota impresa sobre el albero de sus maneras, tes¨®n y valor sin cuentos.
Hern¨¢ndez/Aguilar, Jarocho, Guzm¨¢n
Novillos de Domingo Hern¨¢ndez, desigualmente presentados, de juego irregular; 5?, sobrero, del mismo hierro, bravuc¨®n. Sergio Aguilar: palmas; ovaci¨®n. Jarocho: aviso y ovaci¨®n; oreja. Alberto Guzm¨¢n: aviso y palmas; aviso y ovaci¨®n. Palacio Vistalegre, 3 de junio. Menos de media entrada.
Sergio Aguilar tuvo un lote noble y justo de fuerzas, al que aprovech¨® lo mejor que pudo. Puso banderillas en sus dos novillos con desigual acierto, y consigui¨® dos pares al quiebro notables. En su primero dibuj¨® alg¨²n muletazo templado, y en su segundo tore¨® muy bien de capa y se par¨® y lig¨® dos series estimables de redondos. Quiso siempre agradar.
Alberto Guzm¨¢n denot¨® buen corte al abrirse de capote en su primero, en el que de muleta dibuj¨® buenos pases. Y en su segundo, que salt¨® de salida al callej¨®n, volvi¨® a conseguir muletazos templados y de buen gusto, sin cuajar faena. El estoque se le resisti¨®, y no remat¨® a ninguno de sus novillos de forma adecuada. El codo retrasado y una nube en el instante de hacer la cruz.
Babelia
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