Alejandro Toledo, el limpiabotas que admiraba a Roosevelt
Despu¨¦s de competir en cinco contiendas electorales, entre primeras y segundas vueltas, Alejandro Toledo ha logrado su objetivo. El primer intento de alcanzar la presidencia de Per¨² fue en las elecciones de abril de 1995, en las que Alberto Fujimori result¨® reelegido con el 65% de los votos. Toledo, al frente de la candidatura Coordinadora Democr¨¢tica-Per¨² Posible, qued¨® en cuarto lugar, con apenas el 3% de los votos.
Cuatro a?os despu¨¦s, ante la amenaza de Fujimori de presentarse a las elecciones del a?o 2000 para una segunda reelecci¨®n, prohibida por la Constituci¨®n, varios pol¨ªticos inscribieron su candidatura con la intenci¨®n de bloquear las intenciones del r¨¦gimen fujimorista.
Toledo consigui¨® el n¨²mero necesario de firmas para inscribir su candidatura de Per¨² Posible. Las encuestas le daban en agosto de 1999 no m¨¢s del 7% -'no por mucho madrugar amanece m¨¢s temprano', dec¨ªa entonces-, muy por detr¨¢s del alcalde de Lima y candidato del partido Somos Per¨², Alberto Andrade, que encabezaba las preferencias de los electores.
Las expectativas de Andrade se desvanecieron cuando entr¨® en acci¨®n la poderosa maquinaria gubernamental del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). Bajo la batuta del rasput¨ªn Vladimiro Montesinos, el servicio secreto desat¨® una demoledora campa?a de desprestigio contra el candidato opositor a trav¨¦s de los tabloides amarillistas conocidos como 'prensa chicha'. Andrade cay¨® en picado en las encuestas, y ah¨ª emergi¨® Toledo.
Contra viento y marea, Fujimori anunci¨® el 27 de diciembre de 1999 su candidatura a la segunda reelecci¨®n y se apunt¨® una victoria fraudulenta en la primera vuelta de abril del a?o 2000, despu¨¦s de un recuento cuestionado por todos los observadores internacionales. Toledo proclam¨® que le hab¨ªan robado la elecci¨®n y convoc¨® movilizaciones en la calle. 'No participaremos en la segunda vuelta porque no vamos a ir a un matadero', dijo. Fujimori fue reelegido como candidato ¨²nico en mayo de 2000.
Toledo inici¨® entonces una campa?a de manifestaciones de protesta por todo el pa¨ªs, que culminaron con la llamada Marcha de los Cuatro Suyos -en referencia a las cuatro provincias que divid¨ªan el imperio incaico-, que moviliz¨® a miles de peruanos contra la toma de posesi¨®n de Fujimori.
El nuevo Gobierno tuvo corto vuelo, y, antes de finalizar el a?o, los dos pilares del r¨¦gimen fujimorista -el presidente y su asesor- huyeron como ratas en un barco a la deriva. De nuevo apareci¨® Toledo, que desde el primer d¨ªa se puso en campa?a electoral. No le faltaba entrenamiento.
Despu¨¦s de dos a?os de m¨ªtines, discursos y caravanas a lo largo y ancho de Per¨², Alejandro Toledo Manrique, el cholo nacido en el paup¨¦rrimo departamento de Ancash, que de ni?o fue limpiabotas, vendedor de tamales y pastor de ovejas, admirador de Franklin Delano Roosevelt y de Ra¨²l Alfons¨ªn, y que estudi¨® en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, con ayuda de una beca, ha logrado a los 55 a?os su sue?o de convertirse en presidente de la Rep¨²blica de Per¨².
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