Per¨² decreta el estado de excepci¨®n para frenar la revuelta en Arequipa

Once meses despu¨¦s de tomar posesi¨®n como presidente de Per¨², Alejandro Toledo se enfrenta a una grav¨ªsima crisis pol¨ªtica. La privatizaci¨®n de dos empresas el¨¦ctricas ha desencadenado violentas protestas en el sur del pa¨ªs y han llevado a Toledo a decretar el estado de emergencia. Un universitario muerto, un centenar de heridos, serios da?os en Arequipa y 30 autoridades regionales en huelga de hambre son el saldo de cuatro d¨ªas de movilizaciones.

La crisis puede tener un costo adicional para Alejandro Toledo: la p¨¦rdida de la base social que lo llev¨® a la presidencia.

El Gobierno peruano anunci¨® la noche del domingo pasado la declaraci¨®n del estado de emergencia, por 30 d¨ªas, en el departamento sure?o de Arequipa. Esta declaraci¨®n deja en suspenso los derechos constitucionales relativos a la libertad, a la seguridad personal, la inviolabilidad de domicilio y la libertad de reuni¨®n y tr¨¢nsito. Adem¨¢s, se decret¨® el toque de queda entre las diez de la noche y las cinco de la madrugada.

'La fuerza p¨²blica ha sido instruida para reestablecer el orden y la seguridad ciudadanas, la seguridad de las mujeres y hombres que quieren trabajar, y para proteger la propiedad p¨²blica y privada', dijo el presidente peruano en un mensaje dirigido a la naci¨®n. Y agreg¨® que 'actos de violencia y agresi¨®n de esta naturaleza contra pac¨ªficos ciudadanos y la destrucci¨®n de la propiedad p¨²blica son intolerables e inaceptables'.

La situaci¨®n, sin embargo, no parece haber sido controlada a¨²n. Adem¨¢s, se ha producido el agravante de la solidaridad expresada por otros frentes regionales, como en los departamentos sure?os de Tacna, Cuzco, Puno; Piura, en el norte, y Loreto, en el este del pa¨ªs.

'En once meses, Toledo ha logrado enajenar y convertir en enemiga a su base social del sur de Per¨², donde gan¨® las elecciones por mayor¨ªa abrumadora y que lo llev¨® a la presidencia. Ha demostrado una capacidad de autogol sin precedentes en nuestra historia pol¨ªtica reciente', sostiene el periodista Gustavo Gorriti, su ex asesor durante la pasada campa?a electoral.

Privatizaciones

?C¨®mo se lleg¨® a esta situaci¨®n? Por un lado, el pueblo arequipe?o se ha sentido enga?ado por el presidente Toledo. Durante la campa?a, el entonces candidato se comprometi¨® en Arequipa -en un documento que lleva su firma- a no privatizar las empresas el¨¦ctricas Egasa y Egesur.

Nunca, sin embargo, se tom¨® la molestia de explicar los motivos que lo llevaron a cambiar radicalmente de posici¨®n. Simplemente se impuso la venta de las empresas. El presidente asegur¨® en su discurso televisado que 'la privatizaci¨®n no va contra los intereses de los habitantes de Arequipa'.

A esto se a?ade la existencia de un ¨²nico postor: la empresa belga Tractebel, sobre la que pesan acusaciones de pago de supuestos sobornos al ex presidente Alberto Fujimori, seg¨²n declaraciones del congresista Mauricio Mulder. El precio en el que han sido valoradas las empresas tambi¨¦n ha sido puesto en tela de juicio. Y, finalmente, las autoridades hicieron caso omiso de la resoluci¨®n de un juzgado que dict¨® una medida cautelar -en contra de la privatizaci¨®n de las empresas el¨¦ctricas-, el d¨ªa anterior a que fueran vendidas.

El alcalde de Arequipa, Juan Manuel Guill¨¦n, en huelga de hambre desde el pasado viernes ha anunciado que continuar¨¢ con la medida de fuerza hasta lograr que se convoque una consulta popular para resolver definitivamente el destino de las empresas privatizadas, y reiter¨® su petici¨®n al Gobierno de Toledo para que espere la decisi¨®n final del Poder Judicial.

Por su parte, el principal l¨ªder de la oposici¨®n, el ex presidente Alan Garc¨ªa -rival de Toledo en las elecciones presidenciales-, pidi¨® ayer al Gobierno que levantase el estado de emergencia y propuso nombrar una comisi¨®n negociadora que evite el avance en el 'camino de la intolerancia y la violencia que se viene expresando en el discurso oficial'.