'Si los inmigrantes votaran, les har¨ªan viviendas r¨¢pidamente'

La inmigraci¨®n se ha convertido en uno de los frentes que tiene que atender con mayor frecuencia la instituci¨®n. Una tendencia que Chamizo prev¨¦ creciente.

Pregunta. Todos los partidos han elogiado su gesti¨®n. ?Es una se?al de que lo ha hecho bien o de que les ha molestado poco?

Respuesta. No lo s¨¦. Que yo diga que lo he hecho muy bien me parece muy presuntuoso y rid¨ªculo; el que diga que no lo he molestado, no es verdad. He querido que la instituci¨®n tenga un talante dialogante y he intentado ser suave en las formas, pero en el fondo no he cedido un ¨¢pice en la defensa de los ciudadanos.

P. ?Por qu¨¦ calific¨® la visita a Almer¨ªa como la peor de su mandato?

R. Me sent¨ª muy mal. No hab¨ªa proporci¨®n entre la realidad que yo hab¨ªa vivido y los mensajes de los representantes p¨²blicos. Un problema evidente en Almer¨ªa, y no hace falta ser Defensor para verlo, es que mucha gente vive en chabolas, aunque de vez en cuando las tiren. Es un problema real y hay una soluci¨®n que es el decreto de viviendas en el que colaboran Junta y Gobierno. No entend¨ªa los argumentos que me daban.

'La postura de los alcaldes es absurda y la realidad de los inmigrantes es dram¨¢tica''No podemos abusar de los acogimientos preadoptivos hasta que no haya otra opci¨®n'

P. ?Negaban la realidad?

R. Nadie niega la realidad; alguno intentaba disminuir y minimizar el problema. Todo el mundo ped¨ªa el cambio del decreto, pero las sugerencias que me aportaban no ten¨ªan mucho que ver con el esp¨ªritu integrador del decreto. No creo que hubiera problemas en reformar algunos aspectos siempre que no sea en la l¨ªnea de crear m¨¢s segregaci¨®n espacial de la que ya existe.

P. ?Y las propuestas de los alcaldes aumentaban la segregaci¨®n?

R. Un punto de eso ten¨ªan, aunque no tienen esa perspectiva ni el alcalde de Roquetas de Mar [PP] ni el de La Mojonera [PSOE]. Junto a la alternativa fundamental, que son las viviendas de alquiler para temporeros y para la gente del pueblo que no la tiene, no tengo inconveniente en que se puedan crear peque?os albergues un poco m¨¢s distantes, pero si no se da la primera condici¨®n, no.

P. Pues parece una batalla perdida la de Almer¨ªa.

R. No creo.

P. El secretario regional del PP pidi¨® que se derogue el decreto.

R. Quiero hablar con ¨¦l y explicarle la perspectiva de la instituci¨®n para ver si llegamos a un consenso. Todo se puede reformar, pero hay que ponerse un orden de prioridades y la primera es la integraci¨®n de la gente en viviendas decentes. El decreto prev¨¦ tambi¨¦n peque?os albergues, yo estoy abierto a posibilidades como la rehabilitaci¨®n de cortijos, pero que la ¨²nica posibilidad sea la segregaci¨®n espacial... de eso nada, un Defensor no lo puede permitir.

P. ?La Junta deber¨ªa meter en vereda a los municipios?

R. Me consta que los partidos, despu¨¦s de lo que dije, han hablado con sus alcaldes y algunos se lo est¨¢n replanteando. Todo esto es bastante absurdo.

P. Y dram¨¢tico.

R. La postura es absurda y la realidad es dram¨¢tica. Espero que lleguen peticiones de municipios del Poniente en los pr¨®ximos d¨ªas a la Junta. En Huelva, sin embargo, se va a construir.

P. ?Porque los alcaldes son m¨¢s sensibles que en Almer¨ªa o porque tienen menos inmigrantes?

R. Tiene que ver, primero, con la cantidad de inmigrantes que hay en sus municipios y, segundo, con la actitud de su pueblo hacia los inmigrantes. No olvidemos que detr¨¢s muchas veces est¨¢ que 'me vuelvo a presentar a las elecciones', para qu¨¦ le vamos a dar vueltas, esto es as¨ª.

P. ?Deber¨ªan votar los inmigrantes en las elecciones locales?

R. Entonces se les construir¨ªa viviendas r¨¢pidamente.

P. ?Hacia d¨®nde deben ir los servicios sociales?

R. Se han hecho esfuerzos, pero el planteamiento global ha quedado anticuado respecto a la realidad. La calle se ha perdido por parte de la Administraci¨®n. La descoordinaci¨®n entre equipos no se puede permitir m¨¢s. Se invierte mucho en temas y a veces no repercuten en el ciudadano por planteamientos dogm¨¢ticos y absurdos que s¨®lo est¨¢n respaldados por prepotencia y orgullo est¨²pido que no soluciona la vida de los ciudadanos.

P. ?A qu¨¦ se refiere?

R. Por ejemplo, un ni?o que hay que retirar de una familia. Un informe social dice que se retire y otro que no. Esta opini¨®n muchas veces no est¨¢ fundamentada en criterios objetivos, sino en que no te puedo ver a ti.

P. ?Ocurre con frecuencia?

R. No, pero las pocas veces que ocurre hay que denunciarlo y aunque sean excepciones no se pueden permitir. Hay que evitar disfunciones muy graves.

P. ?Le parece positivo agilizar las adopciones de menores para evitar su institucionalizaci¨®n?

R. Depende. A veces crea colisiones porque no se plantea bien el trabajo con la familia. En alguno sitios se hace, pero no puede haber diferencias entre provincias. Si la retirada es necesaria por el bien del ni?o, de acuerdo, pero no podemos olvidar a la familia si hay posibilidades. El acogimiento est¨¢ muy bien como f¨®rmula de no institucionalizaci¨®n, pero no podemos abusar de los acogimientos preadoptivos hasta que no se llega a un punto en el que no hay otra opci¨®n porque la familia no cambia.

P. La Ley Penal del Menor recibi¨® elogios por su filosof¨ªa, pero la falta de medios genera muchas cr¨ªticas.

R. Hasta hacer realidad el esp¨ªritu de la ley van a pasar varios a?os. Me preocupa la falta de equipos de medio abierto. Nos olvidamos del espacio donde viven muchos ni?os con conductas predelincuentes. Y me preocupa la situaci¨®n de las v¨ªctimas. Aparte de la personaci¨®n como acusaci¨®n, tambi¨¦n se debe debatir la permanencia en centros m¨¢s de seis meses. En ese tiempo no se celebra un juicio.

P. ?Debe ampliarse el internamiento preventivo?

R. Habr¨ªa que alargarlo, porque eso, aparte de los hechos en si, ha creado un rechazo social tan grande a la ley que no se lo merece en muchos aspectos. Sus medidas son bastante serias. No es tan abierta como se ha dicho, aunque en casos de asesinato probablemente los criterios sean m¨¢s abiertos de la cuenta.

A punto de expirar su mandato, Jos¨¦ Chamizo (Los Barrios, 1949) cuenta con bendiciones pol¨ªticas para seguir. Ha creado un defensor respetado por igual en chabolas y hemiciclos