Herreros mete al Madrid en la final
El Tau, que ganaba a un minuto del final, cae pese a los triples de Foirest en un duelo lleno de alternativas
A falta de un minuto, despu¨¦s de 199 de eliminatoria, el Tau estaba en la final. Los de Ivanovic, inasequibles frente a cualquier obst¨¢culo -ayer fue la baja de Alexander- ganaban 70-71 y acariciaban la gloria. Un minuto despu¨¦s, el privilegio se lo hab¨ªa robado el Real Madrid. Los blancos, despu¨¦s de un partido que, como toda la semifinal, estuvo lleno de alternativas, tendr¨¢n la oportunidad de reeditar frente al Barcelona el triunfo en la Liga ACB que ya consiguieron el a?o pasado frente al mismo rival.
La estrella fue Herreros. Despu¨¦s de unas semifinales m¨¢s que discretas, el alero madridista apareci¨® a tiempo. Sus 21 puntos, con cinco triples, y cinco rebotes fueron el caudal que ahog¨® al Tau, un equipo admirable hasta en la derrota. Como ya le ocurri¨® frente al Kinder en la final de la Euroliga, los de Ivanovic fueron capaces de auparse sobre sus propias limitaciones hasta poner contra las cuerdas a su poderoso rival.
Enganchado a la estela de Foirest, que como en el ¨²ltimo partido en Vitoria dio un nuevo recital de triples, los de Ivanovic se olvidaron de la baja de Alexander y le hicieron sudar de lo lindo al Madrid. En realidad, el acto final del duelo que los diez ¨²ltimos d¨ªas han escenificado ambos conjuntos hizo honor a las se?as de identidad de una semifinal desconcertante y racheada que ha ido progresando a bandazos hasta su desenlace.
Esta vez fue el Madrid el que salt¨® al parqu¨¦ con la vara de mando en la mano. Frente a un Tau que extra?aba al desaparecido Alexander, los de Scariolo se emplearon a fondo. En un suspiro, apenas cuatro minutos, ya ganaban 11-3 de la mano de Struelens, Lucio Angulo y Herreros. Los de Ivanovic, mientras, como si aquello fuese un campus de verano.
La diferencia aun creci¨®. Scariolo, viendo la inoperancia de los tiradores de Tau, coloc¨® a su equipo en zona y el marcador se fue al 18-7. Mediado el primer cuarto, el Tau parec¨ªa sentenciado, pero en esta serie no se admit¨ªan pron¨®sticos. Ivanovic sent¨® al glacial Stombergas, sac¨® al mucho m¨¢s racial Foirest y al final del primer cuarto el Tau ya se hab¨ªa acercado a s¨®lo un punto pese a los esfuerzos de Herreros (9 puntos, sin fallo).
A la vuelta, el viento sigui¨® soplando a favorable al Tau. Las dichosas rotaciones de Scariolo dejaron en el banco a Ra¨²l L¨®pez y tambi¨¦n a Herreros, por m¨¢s que se le viese enrachado, y le dieron el mando del Madrid a Djordjevic. El balc¨¢nico, diezmado por sus molestias en la mu?eca izquierda, volvi¨® a confirmar que ¨¦ste no es su a?o. Los vitorianos, enganchados al fil¨®n de las constantes p¨¦rdidas de bal¨®n del base madridista y con un Scola estelar, estiraron su renta hasta ponerse nueve puntos por encima (32-41).
Lleg¨® entonces Struelens, que maquill¨® la paup¨¦rrima aportaci¨®n de los otros dos p¨ªvots del Real Madrid -Meek y Zidek- bajo los aros, y escoltado por Alberto Angulo firm¨® la en¨¦misa remontada de los ¨²ltimos d¨ªas. Al descanso, el marcador volv¨ªa a apretarse al m¨¢ximo: 41-43.
La noria no se par¨® hasta el final. Subidos a los hombros de aquel que cogiese una racha, Real Madrid y Tau estiraban y encog¨ªan el marcador como si de un chicle se tratara. Hasta que llegaron Herreros y Foirest. Empezaron a responderse el uno al otro a golpe de triple y el Saporta fue subiendo de temperatura hasta convertirse en un caldera. El duelo de pistoleros ajust¨® los guarismos hasta acercarlos al infarto al borde del desenlace definitivo.
Ocurre que el Madrid ten¨ªa m¨¢s carb¨®n para echar al horno, y por ah¨ª, con Herreros de fogonero mayor, se col¨® en una final en la que el Tau no hubiese desmerecido en absoluto.
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