La atencion a las personas transexuales: el descubrimiento del Mediterr¨¢neo
En febrero del 1999 el Parlamento andaluz decidi¨® que las personas con trastornos de identidad de g¨¦nero fueran atendidos en el sistema p¨²blico sanitario andaluz (SAS) y en octubre de 1999 la Consejer¨ªa de Salud de la Junta de Andaluc¨ªa cre¨®, tras concurso, en el Hospital Regional Universitario Carlos Haya la Unidad de Trastornos de Identidad de G¨¦nero de Andaluc¨ªa, que es tambi¨¦n la primera unidad creada Espa?a para dar respuesta a la atenci¨®n sanitaria de estas personas. Dada la demanda social de informaci¨®n sobre esta cuesti¨®n en este art¨ªculo nos ha parecido oportuno hacer un balance de la experiencia de este primer a?o de funcionamiento. Con frecuencia leemos cifras en los medios de comunicaci¨®n del n¨²mero de personas con trastornos de identidad de g¨¦nero, cifras que ignoramos de donde pueden haber sido obtenidas. En el momento actual en la Unidad de Trastornos de Identidad de G¨¦nero de M¨¢laga han consultado 180 personas, de las cuales ya han sido intervenidas quir¨²rgicamente 14. Esto supone una incidencia de tres casos nuevos por semana. En contra de lo que algunos pudieron sospechar tras la apertura de la unidad en el Hospital Carlos Haya, no se produjo una avalancha de personas en demanda de reasignaci¨®n quir¨²rgica del sexo sino que ¨¦sta ha sido continuada y estable, como cualquier otro problema m¨¦dico, a pesar de existir una bolsa de personas desasistidas hist¨®ricamente. Los responsables del grupo hemos comprobado lo que ya en la literatura cient¨ªfica sobre la cuesti¨®n se resalta desde hace m¨¢s de veinte a?os: la extraordinaria complejidad del problema, tanto en lo que respecta al diagn¨®stico diferencial, como en la adecuada atenci¨®n integral de estas personas. Los trastornos de identidad de g¨¦nero son una amplia gama de condiciones antropol¨®gicas y cl¨ªnicas no todas ellas susceptibles de beneficiarse de la aproximaci¨®n m¨¦dico-quir¨²rgica. De hecho a pesar de que todos los sujetos han sido remitidos por sus correspondientes m¨¦dicos, ya en la unidad tras los pertinentes procedimientos diagn¨®sticos, un 15% de los demandantes han sido diagnosticados de otros procesos m¨¦dicos o psiqui¨¢tricos distintos a los que fueron remitidos. Sin embargo, para el resto, la posibilidad de que por primera vez puedan ser asistidos en el sistema p¨²blico en igualdad de condiciones y de derechos que el resto de los ciudadanos, sin privilegios pero sin exclusiones, ha contribuido de manera muy importante a imprimir un car¨¢cter disciplinar a la unidad. La creaci¨®n de la Unidad de Trastornos de Identidad de G¨¦nero por el SAS ha despertado un gran inter¨¦s en el resto de las comunidades aut¨®nomas y tambi¨¦n fuera de nuestro pa¨ªs. A la hora de la creaci¨®n de nuevas unidades los responsables sanitarios deber¨ªan hacerlo desde la prudencia. Creemos que la experiencia de la unidad de M¨¢laga podr¨ªa serles de utilidad. Al poco de la creaci¨®n de la unidad de Andaluc¨ªa en M¨¢laga, un conocido intelectual escribi¨® en un peri¨®dico nacional una dura cr¨ªtica de la misma. Trataba de b¨¢rbaros a los profesionales que participaban en la unidad. Otras objeciones de conciencia han aparecido en el camino. Cuando han ocurrido ha bastado con sentar a quienes as¨ª opinaban al lado de uno de los profesionales de la unidad mientras realizaba el acto m¨¦dico. Despu¨¦s de conocer de lo que se estaba hablando y de conocer la verdadera historia cl¨ªnica y humana del paciente, todos han cambiado de opini¨®n. La investigaci¨®n y la experiencia biom¨¦dica a lo largo de los ¨²ltimos a?os sobre la identidad de g¨¦nero y sus anomal¨ªas nos advierten que la transexualidad es una condici¨®n ineluctable para algunas personas. Sin embargo en la cultura democr¨¢tica de las sociedades abiertas los pacientes no tienen por que justificar permanentemente su estatuto de enfermos. Desde estas nuevas coordenadas el transexualismo m¨¢s que una enfermedad debe ser considerada una condici¨®n biol¨®gica que al trastocar las certezas establecidas sobre el g¨¦nero, hace sufrir a las personas que la padecen y tambi¨¦n a sus seres queridos, una condici¨®n a la que, como hemos dicho arriba, la medicina tiene hoy posibilidades de ayudar. Que en Espa?a todav¨ªa estemos debatiendo en el Senado el estatuto de enfermos para que estas personas puedan beneficiarse de la ayuda de la medicina p¨²blica es como volver a descubrir a estas alturas el Mediterr¨¢neo.
No se ha producido una avalancha de personas en demanda de reasignaci¨®n quir¨²rgica del sexo, sino que ¨¦sta ha sido estable, como cualquier problema m¨¦dico
Isabel Esteva de Antonio. Endocrinolog¨ªa. Trinidad Bergero Miguel. Psic¨®loga. Francisco Giraldo Ancio. Cirug¨ªa Pl¨¢stica. Unidad de Trastornos de Identidad de G¨¦nero de Andaluc¨ªa.Hospital Universitario Carlos Haya. M¨¢laga
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