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Arcos de la Frontera, una localidad gaditana de unos 30.000 habitantes, es un caso ilustrativo de la gran concentraci¨®n de proyectos industriales relacionados con la generaci¨®n de electricidad a partir del gas natural. De los 13 proyectos solicitados para Andaluc¨ªa por diferentes empresas, tres se radicar¨ªan en la poblaci¨®n de la comarca de la sierra de C¨¢diz. Un pueblo blanco que llegar¨ªa a concentrar 2.400 megavatios de potencia si prosperan los tres proyectos que est¨¢n en marcha. El m¨¢s avanzado, de la multinacional norteamericana Enron, s¨®lo est¨¢ pendiente de la autorizaci¨®n de vertidos por parte de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir, aunque algunos organismos estudian la presentaci¨®n de recursos contra la concesi¨®n de 12,24 hect¨®metros c¨²bicos anuales de agua. La instalaci¨®n de centrales en Arcos de la Frontera ha generado un movimiento de rechazo, canalizado a trav¨¦s de una plataforma creada a finales de 2000, a semejanza del desatado en Tarragona, donde la oposici¨®n social oblig¨® a la Generalitat y a la multinacional a renunciar a instalar la factor¨ªa junto al r¨ªo Ebro. El Gobierno andaluz, partidario de la tecnolog¨ªa utilizada en las centrales de ciclo combinado al ser menos contaminantes que las t¨¦rmicas convencionales, pretende equilibrar la implantaci¨®n territorial de las industrias energ¨¦ticas, que han ignorado las provincias de Ja¨¦n, Almer¨ªa, Granada y C¨®rdoba. La predilecci¨®n por C¨¢diz obedece a la confluencia de infraestructuras que hacen m¨¢s rentables las inversiones.