P¨¢nico entre los productores por la detecci¨®n de dos nuevos focos de peste porcina en Lleida

El comit¨¦ consultivo de crisis para prevenir la peste porcina cl¨¢sica acord¨® ayer prohibir hasta el pr¨®ximo 30 de junio el movimiento de cerdos en toda Catalu?a, como medida extraordinaria para prevenir la difusi¨®n del brote.

La declaraci¨®n de un segundo brote de peste porcina cl¨¢sica en una granja de Golm¨¦s (Pla d'Urgell), poblaci¨®n situada a unos 40 kil¨®metros de Soses, donde el pasado jueves se detect¨® el primer brote, y de un tercer foco en Vilanova de l'Aguda, cerca de Pons, ha activado las alarmas en un sector que todav¨ªa no ha olvidado las graves consecuencias de la crisis de 1997. Los seis millones de cerdos censados en Catalu?a representan una cuarta parte de la caba?a espa?ola.

Alarma en Valencia Una quincena de explotaciones de Cuenca fueron inmovilizadas ayer por la tarde porque sus cerdos proced¨ªan de Vinaroz, al norte de Castell¨®n, en una de cuyas granjas se hab¨ªa detectado por la ma?ana un brote de la enfermedad. As¨ª, la alarma salt¨® tambi¨¦n en la Comunidad Valenciana y la Consejer¨ªa de Agricultura procedi¨® a sacrificar los 800 cerdos de esta explotaci¨®n ganadera, cuya propietaria es de Lleida, seg¨²n informa Rosa Biot. El Laboratorio Nacional de Referencia FISA, de Valdeolmos, en Madrid, confirm¨® ayer a primera hora de la tarde que las muestras sospechosas de peste porcina cl¨¢sica enviadas el viernes han resultado positivas. Los resultados de los primeros an¨¢lisis ya hab¨ªan confirmado, al igual que sucedi¨® en el caso de Soses, que los animales ten¨ªan los s¨ªntomas de esta enfermedad.

Por eso, los veterinarios de la Generalitat no esperaron la confirmaci¨®n de la sospecha, sino que ordenaron el sacrificio de cerca de un millar cerdos en la granja Bonjoc de Golm¨¦s, m¨¢s todos los de Vilanova de l'Aguda, y la inmovilizaci¨®n del ganado de las granjas situadas en un radio de tres kil¨®metros y de todos los cerdos en un radio de 10 kil¨®metros del posible foco, por lo que las medidas afectan a explotaciones de tres comarcas, el Pla d'Urgell, el Urgell y Les Garrigues. Mientras, ayer continuaron los sacrificios en las granjas cercanas.

La granja de Golm¨¦ se encuentra en el camino de Belianes, muy pr¨®xima a los t¨¦rminos municipales de Mollerussa y Miralcamp, una zona con una gran densidad de explotaciones de porcino y donde tambi¨¦n hay importantes industrias c¨¢rnicas.

El Ayuntamiento de Golm¨¦s hizo p¨²blico ayer mismo un bando para solicitar a todos los ganaderos que entregaran las cartillas sanitarias en la oficina de Agricultura. Seg¨²n fuentes ganaderas, todos los animales sospechosos podr¨ªan proceder de la explotaci¨®n de La Bordeta, de donde tambi¨¦n salieron los 2.054 cerdos sacrificados en Soses tras confirmarse que ten¨ªan la peste.

Agricultura reclam¨® ayer la m¨¢xima responsabilidad y colaboraci¨®n de los ganaderos, cooperativas, agrupaciones de defensa sanitaria y ayuntamientos de la zona a la hora de cumplir las medidas de seguridad establecidas para evitar la propagaci¨®n de la enfermedad.

El consejero de Agricultura, Josep Grau, reiter¨® la necesidad de mantener la seguridad en un momento especialmente cr¨ªtico para la ganader¨ªa catalana mientras su departamento act¨²a con 'rapidez' y 'contundencia' para intentar atajar la peste.

El consejero afirm¨® que los intereses econ¨®micos que se mueven alrededor del porcino tienen mucha culpa de la propagaci¨®n del virus y apunt¨® directamente hacia la falta de escr¨²pulos de las grandes empresas integradoras que controlan la mayor parte del negocio del ganado de engorde.

'Da la impresi¨®n de que todos les estemos haciendo el juego a esas empresas, mientras que a nosotros se nos hace dif¨ªcil combatir la enfermedad. Pido serenidad al conjunto del sector porque estos d¨ªas aparecer¨¢n noticias de todo tipo; hay muchos intereses econ¨®micos detr¨¢s', se?al¨® el consejero.

Grau anunci¨® la retirada de las gu¨ªas sanitarias a las empresas cuyos animales hayan dado positivo en los an¨¢lisis. De esta manera, Agricultura podr¨¢ tener un mayor control de los movimientos de ganado. Tambi¨¦n dijo que mientras no se conozca el origen de la peste no podr¨¢n descartarse nuevos brotes.

T¨¦cnicos de Agricultura hacen firmar a los titulares de las explotaciones declaraciones juradas sobre el origen de los animales.

El coordinador general del sindicato Uni¨® de Pagesos (UP), Joan Caball, cuestion¨® las explicaciones que se han dado sobre las causas que han provocado la reaparici¨®n de la peste porcina cl¨¢sica en Catalu?a. 'La teor¨ªa de que fueron unos caballos importados de alg¨²n pa¨ªs del Este', afirm¨®, 'nos parece poco cre¨ªble. Pensamos que alguien ha estado jugando sucio con el sector y lo va a pagar muy caro si se descubren irregularidades'.

El responsable del porcino de UP, Rosend Santiveri, critic¨® la imprudencia de los productores que realizaron movimientos de cerdos tras la orden de inmovilizaci¨®n. Los responsables de sanidad animal no excluyen que la causa de la llegada del virus a Lleida est¨¦ relacionada con el tr¨¢fico ilegal de cerdos.

Memoria de 1997 Los ganaderos de Lleida estaban ayer muy nerviosos por las consecuencias que puede acarrear para el sector la posibilidad de que los dos focos declarados deriven hacia una epidemia como la que se registr¨® en 1997, que diezm¨® la caba?a de porcino en una de las principales zonas productoras de Europa y arruin¨® a peque?os propietarios de explotaciones. Tambi¨¦n entonces hubo desorientaci¨®n, movimiento irregular de ganado de granjas infectadas a zonas libres de peste y problemas para eliminar a los animales enfermos.

Pero esta vez, a diferencia de hace cuatro a?os, se ha transmitido la sensaci¨®n de que los responsables de sanidad animal han reaccionado con rapidez, se han sacrificado cerdos sin esperar los an¨¢lisis y se han reconocido oficialmente los brotes cuando se ha tenido la confirmaci¨®n de los laboratorios de referencia. En 1997, las organizaciones ganaderas acusaron al Departamento de Agricultura, dirigido por Francesc Xavier Marimon, de haber tardado m¨¢s de dos meses en declarar la peste para no perjudicar algunos intereses del sector. Hubo una especie de pacto de silencio entre la Administraci¨®n y los principales productores para ocultar el mayor tiempo posible la existencia del virus en las granjas de Lleida.

Los ganaderos argumentaron que el tiempo transcurrido fue crucial para que la peste se extendiera. Dur¨® m¨¢s de un a?o, oblig¨® a sacrificar un mill¨®n de cerdos y tuvo un coste econ¨®mico para la Administraci¨®n de 20.000 millones de pesetas.