Seriedad y sopor

La seriedad fue la de la muy bien presentada corrida de El Jaral. Toros con cuajo y bien armados que ten¨ªan mucho que torear y ped¨ªan manos capaces de dominar las a veces violentas embestidas, pero tambi¨¦n de aprovechar de mejor manera los toros primero y sexto, que fueron los m¨¢s claros del encierro. Y, por si fuera poco, el ejemplar de Saboya tambi¨¦n fue un toro encastado y que transmit¨ªa emoci¨®n a cuanto se hac¨ªa con ¨¦l. Y el sopor vino porque con este material se vieron muy pocas cosas.

Fernando C¨¢mara se enfrent¨®, en primer lugar, a un boyante y repetidor ejemplar, al que hab¨ªa que someter, cosa que no acab¨® de conseguir el diestro jienense, al que, dicha sea la verdad, molest¨® mucho el viento durante el muleteo. Con el cuarto, con movilidad, pero violento y que no humillaba, le dio alg¨²n muletazo aceptable, pero un poco a base de atragantones. La res llevaba la cara por las nubes a la hora de matar, cosa que C¨¢mara consigui¨® con habilidad al tercer envite.

El mejor librado de la terna fue Miguel Mart¨ªn, que fue el m¨¢s animoso de los tres y el que mostr¨® mayores recursos, aunque sus muleteos fuesen un tanto acelerados. Estuvo variado con el capote, intervino en quites y banderille¨® a sus dos toros con lucimiento y exposici¨®n, insistiendo en los pares por los adentros. Mostr¨® valor y decisi¨®n en la faena a su primero, rematada, despu¨¦s de un pinchazo, con una excelente estocada arriba. Faena de caracter¨ªsticas semejantes la realizada al quinto, pero rematada con menor fortuna con el estoque.

Jos¨¦ Antonio Ortega pareci¨® no estar preparado para enfrentarse con recursos, mando y capacidad lidiadora a una corrida seria y no f¨¢cil en una plaza de primera. El tercero ten¨ªa problemas y el diestro no sac¨® nada en limpio. El sexto no ten¨ªa tantos problemas, aunque hab¨ªa que poderle, ya que lleg¨® repetidor y entero al ¨²ltimo tercio. Ortega se mostr¨® desbordado con la muleta.