?Qui¨¦n paga la autopista?
En Catalu?a son los usuarios quienes pagan, en parte, las autopistas. En s¨ª misma, ¨¦sta no es una situaci¨®n negativa o rara. De hecho, y con todos los matices que se quiera, es la situaci¨®n ¨®ptima desde el punto de vista de la Uni¨®n Europea y de la mayor¨ªa de los pa¨ªses desarrollados. Parece l¨®gico, en efecto, que quienes usan un servicio paguen por ¨¦l, sobre todo teniendo en cuenta que el veh¨ªculo privado tiene unos costes a?adidos de conservaci¨®n de las v¨ªas y ambientales que repercuten en todos.
En cambio, en el resto de Espa?a, pero tampoco en todas las comunidades -no simplifiquemos-, paga las autopistas la hacienda p¨²blica que, como bien indica la publicidad, 'somos todos', incluidos quienes ya pagamos las nuestras mediante peaje. Este sistema tiene cada d¨ªa menos defensores. Creemos en un modelo de crecimiento sostenible que d¨¦ prioridad al transporte p¨²blico y en sistemas de financiaci¨®n de las infraestructuras con participaci¨®n del sector privado que garanticen un desarrollo social y econ¨®mico justo y eficiente.
En el resto de Espa?a paga las autopistas la hacienda p¨²blica, que 'somos todos', incluidos los ya las pagamos mediante peaje, pero este sistema tiene cada d¨ªa menos defensores
Pero, adem¨¢s, este planteamiento dual roza el absurdo y la injusticia cuando se plantea en una sociedad como la espa?ola, que tiene un tratamiento fiscal, en cuanto a obligaciones, homog¨¦neo, y en esta l¨ªnea iba la propuesta unitaria del Parlament de Catalunya. Una propuesta razonable, razonada y acordada por todos los representantes de nuestra ciudadan¨ªa que fue defendida, brillantemente por cierto, por la diputada socialista Montserrat Tura, entre otros.
Como dice el alcalde de Matar¨®, tambi¨¦n socialista: 'La ronda de Matar¨® es gratuita y la carretera se contin¨²a colapsando'. ?A qu¨¦ responde, pues, la airada reacci¨®n de algunos diputados como Joaquim Nadal que, en este diario, se despachaba a gusto contra el Gobierno de la Generalitat y su conseller en cap como presunto culpable de que no prosperase la propuesta del Parlament de crear un fondo para el rescate selectivo de peajes en Catalu?a? ?Es que cuando ganamos algo en Madrid como consecuencia de una propuesta un¨¢nime del Parlament, usted, se?or Nadal, dice que es un ¨¦xito del Gobierno de CiU?
Deber¨ªan ser conscientes de que lo que est¨¢n haciendo es poner palos en las ruedas de la tan cacareada unidad de acci¨®n, dinamitando las posibilidades de que este y otros asuntos que tienen una trascendencia de pa¨ªs y que, por tanto, deber¨ªan apartarse de la lucha partidista, puedan prosperar.
De lo ¨²nico malo que se podr¨ªa acusar al Gobierno de la Generalitat, y en este caso a Artur Mas, es de su tozudez en hacerse eco del conjunto de opiniones de los ciudadanos y de la sociedad civil catalana y defenderlas en el Parlament, en el Congreso de los Diputados o donde haga falta y tantas veces como sea necesario.
En Catalu?a estamos viviendo un momento espectacular desde el punto de vista de la cartera de proyectos, de ideas, de oportunidades y de ilusiones para afrontar este inicio del milenio y los retos que un mundo m¨¢s global, m¨¢s abierto y m¨¢s interesante nos ofrece. Algunos lo han comparado con el que se vivi¨® en este pa¨ªs antes de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992. Pero si lo analizamos, nos damos cuenta de que multiplicamos por tres los proyectos de aquellos a?os tanto desde el punto de vista de iniciativas en marcha como de recursos econ¨®micos. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, habl¨® hace poco de una inversi¨®n de casi tres billones de pesetas para el pr¨®ximo quinquenio en proyectos emblem¨¢ticos como la l¨ªnea 9 del metro, el puerto y el aeropuerto de Barcelona, transporte p¨²blico, log¨ªstica, regad¨ªos, el tren de alta velocidad, nuevas carreteras, mejoras en las ciudades. Pero a toda esta lista de grandes proyectos no se sumaban ni los que han presentado tantos ayuntamientos, ni los que el sector privado est¨¢ llevando a cabo. Y la verdad es que la perspectiva es espectacular.
Adem¨¢s, nos encontramos en un momento clave de negociaci¨®n con el Estado de la nueva financiaci¨®n de la Generalitat, y esto no es algo abstracto, es el elemento m¨¢s palpable del retorno a los ciudadanos de sus impuestos en forma de beneficios sociales y servicios.
Por todo esto, no creo que sea el momento de romper la baraja de la colaboraci¨®n institucional ni de tener actitudes pusil¨¢nimes abandonado las negociaciones a la primera adversidad. Seguramente cuesta reconocer que, a pesar de los pesares, las cosas han mejorando mucho en un asunto a priori tan complicado como el de los peajes, y que pueden mejorar a¨²n m¨¢s. Seguramente cuesta tambi¨¦n reconocer el momento dulce que vivimos en Catalu?a en lo que se refiere a impulso inversor, a empuje, a ilusi¨®n, a bienestar, cuando no se es tan protagonista como se querr¨ªa. De todas maneras, nuestra lucha sigue tozuda e insensible al desaliento porque es una lucha por el beneficio de todos y, en ella, sigue teniendo cabida la colaboraci¨®n de todos.
Josep A. Grau i Rein¨¦s es secretario general del Departamento de Pol¨ªtica Territorial y Obras P¨²blicas y delegado del Gobierno de la Generalitat ante las concesionarias de autopistas.
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