Antonio Fern¨¢ndez, herido grave

El novillero Antonio Fern¨¢ndez result¨® cogido por el quinto de la tarde cuando lo toreaba de muleta. El animal, de embestida ¨¢spera, lo volte¨® e hiri¨® en el muslo derecho.

El cartel dec¨ªa que los novillos eran de Cebada Gago, y hab¨ªa que cre¨¦rselo. Lo cierto es que no hicieron honor a su casa, la que dice que cr¨ªa toros de bonita l¨¢mina, poderosos y de encastada nobleza. No se?or. Estos novillos parec¨ªan hijos de un semental del vecino, que en noche de luna llena y con los sentidos encendidos salt¨® la valla, hizo lo que suelen hacer lo sementales con vacas en estado de gracia, y aqu¨ª est¨¢ el resultado: novillos muy desiguales, distra¨ªdos, mansos, descastados y sosos.

Corpas es un veterano novillero que, desde sus comienzos, apuntaba una carrera directa el ¨¦xito. Pero la vida es una t¨®mbola y a ¨¦l le ha tocado seguir en el escalaf¨®n. De este modo, el tiempo oxida la ilusi¨®n, y la espera acaba en desesperaci¨®n. Corpas mantiene el buen gusto, pero no sabe qu¨¦ hacer ya para que le reconozcan sus m¨¦ritos. Su primero, un novillo sin fuerzas y rajado, le permiti¨® mostrar sus buenas maneras en dos tandas de derechazos. Ech¨® el resto en el cuarto, tan manso como los dem¨¢s y de ¨¢spera embestida. Aguant¨® las tarascadas con gallard¨ªa, y despu¨¦s de deleitar a la ver¨®nica, tore¨® con quietud con la mano derecha. Mat¨® con decisi¨®n y pase¨® una oreja que ojal¨¢ le sirva para tomar una alternativa injustamente negada hasta ahora.

Fern¨¢ndez se llev¨® la cornada despu¨¦s de dejar patente su voluntad, con un lote muy poco propicio. Nuno Vel¨¢zquez, un joven portugu¨¦s, lleg¨® con muchas ganas de triunfo y voluntad. Emocion¨® en su primero con la mano derecha y nada pudo hacer con el marmolillo sexto.