Alcatel, en almoneda

La estrategia de Alcatel, la multinacional francesa de tecnolog¨ªa, confirma que la capacidad de respuesta de las multinacionales a los problemas de la econom¨ªa ha cambiado de forma dr¨¢stica. Alcatel ha anunciado un plan radical para vender la mayor parte de las 120 f¨¢bricas que tiene implantadas por todo el mundo -tres de ellas, en Espa?a, con 4.600 empleos-, subcontratar las actividades con los compradores de esas f¨¢bricas, reducir su tama?o y centrar su actividad en el mercado de tecnolog¨ªa avanzada. Es una decisi¨®n muy grave, que afecta a m¨¢s de 100.000 trabajadores.

La jugada de Alcatel revela, por una parte, que sus gestores han reaccionado con rapidez al fracaso de la fusi¨®n con Lucent y tambi¨¦n al retraso en la telefon¨ªa m¨®vil de tercera generaci¨®n. Tarde o temprano, todas las compa?¨ªas que trabajan en este mercado, incluidas las espa?olas, deber¨¢n ajustar sus estrategias a una situaci¨®n nueva. Pero, por otra parte, cuando se impulsa una reestructuraci¨®n tan profunda e impaciente resulta evidente que el gestor se ha equivocado en la direcci¨®n de su negocio. Durante varios a?os, las empresas de nuevas tecnolog¨ªas han contribuido a la euforia econ¨®mica con contrataciones de empleo que en ocasiones han resultado extravagantes. Ha llegado el momento de pasar por las horcas caudinas de la econom¨ªa real.

El que Alcatel sea una empresa francesa es un refinamiento a?adido. Par¨ªs tiene una legislaci¨®n coercitiva de los despidos masivos en empresas con beneficios. Pero Alcatel no ha propuesto un plan de ajuste de empleo al uso, sino una reducci¨®n de su tama?o mediante f¨®rmulas de subcontrataci¨®n que le liberan de la responsabilidad de mantener los puestos de trabajo de las plantas que vende. Trata de sortear as¨ª las barreras legales que Par¨ªs aplica a las multinacionales de otros pa¨ªses que operan en Francia.