Los reportajes sobre la ablaci¨®n en Etiop¨ªa
En la edici¨®n de EL PA?S del 27 de junio de 2001, el profesor Elorza critica a Informativos Telecinco por el hecho de haber emitido unos reportajes sobre la ablaci¨®n en Etiop¨ªa. Seg¨²n su opini¨®n, estaban descontextualizados y, por tanto, podr¨ªan fomentar un rechazo racista. Con reportajes as¨ª, los espectadores, seg¨²n se deduce del art¨ªculo del profesor Elorza, podr¨ªan llegar a la conclusi¨®n de que los et¨ªopes no son m¨¢s que unos b¨¢rbaros imposibles de asimilar nuestra cultura europea.
Es bastante dif¨ªcil medir cu¨¢l ha sido el impacto de estos reportajes en los espectadores y saber cu¨¢l ha sido el mensaje que han asimilado. Son millones de espectadores y las interpretaciones son libres. S¨®lo puedo hablar del planteamiento y el trabajo de Informativos Telecinco.
En primer lugar, quiero destacar que la l¨ªnea editorial de estos informativos se ha caracterizado por el respaldo a las ONG que luchan por solucionar desigualdades sociales en muchos pa¨ªses del mundo. Colaboramos con multitud de ellas tanto en Espa?a como en el extranjero, y as¨ª ha sido reconocido recientemente por una encuesta en decenas de estas organizaciones, que citaban a Telecinco como el medio de comunicaci¨®n que m¨¢s atenci¨®n les dedica.
Para elaborar el reportaje El peso de la tradici¨®n acudimos a Roma. All¨ª se celebraba el congreso mundial contra la mutilaci¨®n femenina, auspiciado por la ONU y la Uni¨®n Europea. All¨ª nos entrevistamos con miembros del Unicef que nos pusieron en contacto con organizaciones locales (de Etiop¨ªa) que llevaban a?os trabajando contra esta pr¨¢ctica.
Con ellos nos trasladamos hasta Etiop¨ªa y all¨ª nos ofrecieron todos los datos de las vejaciones que sufre una mujer (no s¨®lo las ablaciones) en esa sociedad. Ellos llevan a?os trabajando para cambiar esa realidad y poco a poco lo van consiguiendo. De vuelta con todo el material, iniciamos una serie de reportajes que manten¨ªan, en nuestra opini¨®n, una coherencia. Los primeros eran una denuncia. Los ¨²ltimos, una esperanza: los propios et¨ªopes trabajan para cambiar esa realidad y s¨®lo piden un poco de ayuda y comprensi¨®n.
En ning¨²n momento quisimos tratar con superioridad al pueblo et¨ªope y a sus tradiciones. El t¨ªtulo El peso de la tradici¨®n trataba de sugerir que a veces las tradiciones y costumbres en un pueblo se convierten en una c¨¢rcel para sus habitantes. Las costumbres, no por m¨¢s antiguas, son m¨¢s aceptables. En Occidente la mujer no votaba hace poco m¨¢s de un siglo, y no parece coherente mantener esa tradici¨®n.
En cualquier caso, el objetivo de la carta no es polemizar sobre el art¨ªculo del profesor Elorza, sino mostrar nuestro punto de vista sobre el asunto por si hubiera alg¨²n equ¨ªvoco. El reproche sobre la contextualizaci¨®n es l¨ªcito. Sin embargo, el medio televisi¨®n impide que las posibilidades de matizar en este tipo de reportaje sean amplias. Aun as¨ª, hicimos el esfuerzo. Tengan en cuenta que el profesor Elorza utiliza m¨¢s palabras en su art¨ªculo que nosotros en todos los reportajes.
Nos alegra en cualquier casoque la emisi¨®n de estos reportajes haya provocado al menos alguna respuesta tan interesante como la del profesor Elorza. Que empiece el debate. No queremos otra cosa.
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