Vittorio y Mar¨ªa
De no ser por la maldita pierna, la pasada semana me hubiese ido a N¨¢poles a festejar con los napolitanos el centenario del nacimiento de uno de sus hijos m¨¢s queridos: Vittorio de Sica. S¨ª, ya s¨¦ que De Sica no naci¨® en N¨¢poles, que naci¨® en Sora el 7 de julio de 1901, pero ¨¦l siempre se consider¨® napolitano, por la familia de su padre, por los a?os de su infancia vividos en N¨¢poles... 'Sono nato a Sora', dec¨ªa De Sica, 'dunque sono ciociaro, anzi cafone. Mio padre e mia madre, che si chiamavano Umberto de Sica e Teresa Manfredi, erano napoletani. E napoletanissima tutta la famiglia, l'intero albero genealogico' (De Sica miente en parte: la madre, Teresa, era romana).
El pasado s¨¢bado, 7 de julio, en la Piazza Plebiscito de N¨¢poles, frente al Palacio Real, se proyect¨®, de noche, L'oro di Napoli, un filme de De Sica sacado de un relato hom¨®nimo de Giuseppe Marotta -un popular¨ªsimo autor napolitano- y adaptado para el cinema por Cesare Zavattini. El filme es de 1954 y en ¨¦l intervienen inmensos actores, como Toto, Sof¨ªa Loren, Paolo Stoppa, Silvana Mangano, Eduardo de Filippo, Tina Pica, y el propio De Sica. Me hubiese encantado ver, tumbado en la Piazza Plebiscito, el filme de De Sica, con la secuencia de Toto convertido en hombre orquesta, arrastrando a los ni?os de los barrios populares de N¨¢poles, y, una vez terminado el filme, irme a tomar una copa en la terraza del Gambrinus, justo al lado de la plaza, con Mar¨ªa Mercader, la viuda de De Sica.
Curiosa vida, ajetreada, napolitana vida la del b¨ªgamo Vittorio de Sica, que ahora cumplir¨ªa 100 a?os
A Mar¨ªa Mercader la conoc¨ª en Barcelona en el mes de marzo de 1986, cuando interpret¨® en el Romea Savannah Bay, de Marguerite Duras, en traducci¨®n catalana de Marta Pessarrodona, si no recuerdo mal. Mar¨ªa Mercader, en aquel marzo de 1986, era, para m¨ª, una mujer que de joven deb¨ªa de haber sido no solamente muy guapa -quien tuvo retuvo-, sino que conservaba un gran atractivo y una manera limpia, directa y una pizca deslenguada de hablar de las personas y de las cosas. Mar¨ªa Mercader era para m¨ª la prima hermana del asesino de Trotski, la chica que hab¨ªa debutado con Jouvet en el Ath¨¦n¨¦e de Par¨ªs durante nuestra guerra incivil y, evidentemente, la viuda de Vittorio de Sica. Pero el que fuera la viuda de Vittorio De Sica, a m¨ª, en 1986, a decir verdad, era lo que menos me atra¨ªa de aquel fascinante personaje. Poquito a poco, durante el almuerzo, la conversaci¨®n se fue deslizando por la familia de Mar¨ªa -yo hab¨ªa tratado en Blanes y en Par¨ªs a uno de sus hermanos-, por Jouvet, el cine y el teatro franc¨¦s de finales de los treinta, por la Durasia (el continente Duras), para acabar hablando de Vittorio de Sica. Y all¨ª descubr¨ª que la fascinante Mar¨ªa Mercader -quien tuvo retuvo- estaba todav¨ªa enamorad¨ªsima de su Vittorio, y de sus hijos, los que tuvo con Vittoria de Sica: Manuel y Christian.
Mar¨ªa me cont¨® una historia que yo, en parte, en gran parte, desconoc¨ªa y que, cuando menos, me pareci¨® digna de una pel¨ªcula de De Sica. Al parecer, Mar¨ªa conoci¨® a Vittorio cuando ¨¦ste ya era un actor relativamente famoso y estaba casado con una actriz algo mayor que ¨¦l, Giuditta Rissone, la cual le hab¨ªa dado una hija, Emi. Mar¨ªa y Vittorio se liaron -se enamoraron y se liaron- y tuvieron dos hijos: Manuel y Christian. Giuditta estaba al corriente de esa liaison, pero se la ocultaba a su hija Emi. Un d¨ªa, Emi descubre, por una compa?era de colegio, que tiene dos hermanastros, habla con la madre y ¨¦sta la lleva a conocer a los dos chicos. Y Emi se entera de que durante a?os su padre ha sido un b¨ªgamo: almorzaba o cenaba dos, tres, cinco veces al a?o, en dos hogares distintos, trastocando las agujas de los relojes, para que los tres hijos abrazasen, en Nochebuena o en Nochevieja, a la misma hora, a su querido pap¨¢. En Italia no exist¨ªa el divorcio. Total que en 1954 De Sica se divorcia, en M¨¦xico, de Giuditta, y al cabo de cinco a?os se casa, tambi¨¦n en M¨¦xico, con Mar¨ªa. Pero en Italia eso no vale. Entonces De Sica intenta, sin ¨¦xito, convertirse en ciudadano de Luxemburgo. Finalmente, en 1968, logra la nacionalidad francesa para Mar¨ªa, para ¨¦l y sus hijos Manuel y Christian, y aquel mismo a?o se casa con Mar¨ªa en Par¨ªs. Rossellini, que hab¨ªa dirigido a De Sica en Il generale Della Rovere (1959), es testigo de boda de Mar¨ªa.
Pero la pel¨ªcula, ese filme sobre la vida de De Sica, no termina aqu¨ª. Durante a?os, el b¨ªgamo De Sica se las compone para mantener dos hogares. Con el juego -donde perd¨ªa m¨¢s que ganaba- e interpretando una serie de personajes en pel¨ªculas de relativa, escasa o nula calidad. Y ah¨ª es donde le conocieron la mayor¨ªa de los espa?oles. Pan, amor y fantas¨ªa (1953), con Gina Lollobrigida, filme de Luigi Comencini. Pan, amor y celos (1954), tambi¨¦n con la Lollo, filme tambi¨¦n de Comencini. Pan, amor y... (1955), con la Loren, dirigido por Dino Risi. Pan, amor y Andaluc¨ªa (1959), con Carmen Sevilla, dirigido por Javier Set¨¦. Y a¨²n estuvo a punto de filmar una quinta pel¨ªcula: Pane, amore e... cosi sia.
Y mientras los espa?olitos ve¨ªamos esas pel¨ªculas -notables las de Comencini- m¨¢s pendientes de la Lollo, de la Loren o de la entonces hermosa Carmen Sevilla que del payaso De Sica, Mar¨ªa Mercader y Vittorio se paseaban por las calles de Mil¨¢n y los milaneses se quitaban el sombrero ante De Sica al tiempo que dec¨ªan: 'A maresci¨¤'. Y De Sica se confesaba a Mar¨ªa: 'Dimmi tu se dopo aver ricevuto i riconoscimenti internazionali per Ladri di biciclette , devo diventare famoso per il personaggio del marescialo Carotenuto...'.
Curiosa vida, ajetreada, napolitana vida la del b¨ªgamo Vittorio de Sica, enamorado de sus mujeres y de sus hijos, que se ganaba el pan de los suyos haciendo de maresciallo Carotenuto, para luego perderlo en el juego y, a la ma?ana siguiente, recuperarlo como jefe de la guardia urbana de Ischia (Pan, amor y...).
Vittorio de Sica, uno de los grandes actores napolitanos del pasado siglo. El realizador de El ladr¨®n de bicicletas, Umberto D. (homenaje a su padre), Milagro en Mil¨¢n... ?Maldita pierna! C¨®mo me hubiese gustado coincidir en N¨¢poles, el pasado 7 de julio, con Mar¨ªa Mercader en la terraza del Gambrinus para seguir hablando de su amante, padre de sus hijos y finalmente marido, su querido Vittorio, el gran Vittorio de Sica.
P. S. Tengo una buena colecci¨®n de fotos de De Sica. He dudado entre escoger una en la que sale de maresciallo Carotenuto, otra tomada durante el rodaje de Ladri di biciclette, otra en que interpreta al general Della Rovere, en el filme hom¨®nimo de Rossellini; pero finalmente me he decidido por una en que se ve a Mar¨ªa Mercader y a Vittorio de Sica interpretando juntos, en el teatro, una obra de Saroyan. Pienso que debieron de conocerse por aquellos a?os. F¨ªjense en la mirada de Vittorio a la guapa, fascinante Mar¨ªa Mercader.
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