Aulas del ma?ana
La ley agudizar¨¢ la lucha por la plaza, aumentar¨¢ los profesores extranjeros y revolucionar¨¢ las elecciones universitarias
Los estudiantes vivir¨¢n directamente s¨®lo algunos de los cambios que introducir¨¢ la futura ley. El primero de ellos, nada m¨¢s entrar en vigor. A pesar del descenso de la natalidad no ser¨¢n pocos los alumnos que se encontrar¨¢n con dificultades para acceder a su carrera preferida. En la actualidad, hay en Espa?a 1,5 millones de estudiantes en las 68 universidades p¨²blicas y privadas, a los que imparten clase alrededor de 80.000 profesores. Al extinguirse la prueba de selectividad y ser sustituida por las pruebas de cada universidad, es m¨¢s que probable que muchos alumnos tengan que peregrinar de centro en centro, seg¨²n vaticinan los expertos, hasta conseguir una plaza universitaria en su carrera preferida.
La pelea por la plaza deseada se agudizar¨¢ adem¨¢s con la entrada en vigor del distrito abierto universitario, que estar¨¢ implantado al 100% en el curso 2003-2004. Este sistema implicar¨¢ que los alumnos con mejores notas tendr¨¢n una plaza asegurada en la universidad p¨²blica espa?ola que prefieran y ocurrir¨¢, debido al posible desplazamiento de muchos de ellos, que algunos estudiantes no consigan entrar en las carreras que desean dentro de las universidades de su comunidad.
Para evitar que esos j¨®venes se queden fuera del sistema de educaci¨®n superior o que tengan que optar por una carrera que no les convence son imprescindibles la las becas de movilidad. El Gobierno ha invertido este curso 10.000 millones de pesetas en este tipo de ayudas interauton¨®micas. Ten¨ªan una cuant¨ªa de entre 525.000 y 820.000 pesetas anuales, en los que se inclu¨ªan los gastos de matr¨ªcula. Estos rondan las 90.000 pesetas de media (cuando el alumno se matricula por primera vez en esas asignaturas) para un curso completo. Seg¨²n estas cifras, hab¨ªa becas para el 1,4% de los estudiantes.
Carteles electorales Otro aspecto que afectar¨¢ a la vida universitaria de los estudiantes ser¨¢n las elecciones a rector. Actualmente los rectores son elegidos por los claustros y los estudiantes s¨®lo votan a sus representantes en ¨¦stos, aunque la participaci¨®n suele ser baj¨ªsima. A los actuales universitarios apenas les suenan los nombres de los candidatos a rector. Sin embargo, esto va a cambiar. Se prev¨¦ que los candidatos organicen campa?as electorales parecidas a las pol¨ªticas para vender su altenativa.
El paisaje de los campus se llenar¨¢ de carteles con las caras de los aspirantes a rector. En cualquier caso, no hay que olvidar que, una vez ponderados los votos de toda la comunidad universitaria, el voto de los alumnos valdr¨¢ menos que los de los profesores, seg¨²n establece la futura ley.
Tambi¨¦n es muy probable que los estudiantes tengan en el futuro una especie de ranking de las universidades espa?olas por carreras. Esto ser¨¢ posible porque los centros ser¨¢n sometidos obligatoriamente a una evaluaci¨®n estatal, seg¨²n ha manifestado la ministra de Educaci¨®n Pilar del Castillo. Habr¨¢ aspectos que ser¨¢n de examen obligatorio y otros, voluntario. La nueva Agencia Nacional de Calidad y Evaluaci¨®n de encargar¨¢ de ello.
El profesorado de las universidades del futuro ser¨¢ probablemente m¨¢s heterog¨¦neo que el actual. Como las universidades podr¨¢n contratar profesores para cursos sueltos, es muy posible que catedr¨¢ticos muy especializados se mezclen en los campus espa?oles con j¨®venes profesores procedentes de otros pa¨ªses. La traba a esta popular medida est¨¢ en que les resultar¨¢ dif¨ªcil ser funcionarios. Para ello tendr¨ªan que superar el examen nacional de habilitaci¨®n.
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