Los 'chiringuitos' financieros ya han estafado a m¨¢s de 12.000 inversores
La polic¨ªa ha desmantelado 20 sociedades fraudulentas en los ¨²ltimos seis a?os
El ciudadano quiere zafarse del agresivo comercial de la sociedad Diagonal Divisas que le ofrece por tel¨¦fono una interesante inversi¨®n en trigo en las bolsas de Chicago y Nueva York: 'Lo siento. No dispongo de capital'. Pero el vendedor maneja a velocidad de v¨¦rtigo siete folios en los que se recogen las respuestas posibles a todas las evasivas: 'Debe haber un error en este expediente. Todas las personas a las que nos dirigimos tienen una disponibilidad econ¨®mica e intelectual. Hasta la portera de su empresa tiene la viabilidad de la que estamos hablando'.
La v¨ªctima duda y concede unos minutos de su tiempo. El comercial presenta a la empresa como un broker (intermediario) internacional autorizado a operar en las bolsas norteamericanas y le ofrece la compra de opciones y futuros sobre materias primas en los mercados m¨¢s lejanos y remotos, all¨ª donde el inversor no puede controlarlos. 'Sabemos que el trigo va a subir. Hay que comprar ya'.
Los comerciales han hecho doscientas llamadas. A un centenar se les ha comunicado que el trigo va a subir, y al resto, que va a bajar. Diagonal Divisas siempre acierta y deslumbra a uno de los dos bloques de inversores, que a la tercera llamada acaban enviando su dinero.
'Aguantar tres previsiones acertadas sin invertir es muy dif¨ªcil porque al final manda la codicia', advierte el inspector Hoyos, que ha tenido sentados frente a su mesa, en el cuartel policial de Canillas (Madrid), a centenares de inversores estafados. Desde una pareja de humildes trabajadores que perdieron los siete millones que hab¨ªan ahorrado para comprar un piso a un notario de Castilla-La Mancha que derroch¨® 50 o a un joven empresario que confi¨® 123 y vio c¨®mo se evaporaban.
Doce mil personas han picado el anzuelo tendido a golpe de tel¨¦fono por los responsables de chiringuitos financieros como el de Diagonal Divisas, que desde una elegante oficina en las islas Caim¨¢n, con la pretenciosa denominaci¨®n de Caim¨¢n Brokerage House, dej¨® un agujero de 1.200 millones de pesetas y a 500 inversores sin sus ahorros. El juicio contra su responsable, Pedro Morcillo, se celebrar¨¢ en Barcelona despu¨¦s del verano.
?ngel Hoyos, de 50 a?os, inspector jefe del Grupo contra el Fraude Burs¨¢til de la polic¨ªa, se?ala que los chiringuitos son un invento europeo que apareci¨® en Barcelona en los a?os noventa de la mano de avispados alemanes disfrazados de gurus que hu¨ªan de su pa¨ªs despu¨¦s de haber saqueado los bolsillos de sus paisanos. Un a?o antes, el Mercado de Valores hab¨ªa acabado con la figura de los agentes de cambio y bolsa y dio paso a las denominadas sociedades de inversi¨®n.
Los chiringuitos se constituyen como sociedades limitadas y en su objeto social no incluyen la intermediaci¨®n financiera, para la que no est¨¢n autorizados. Se presentan como asesores, lo que no les obliga a estar autorizados o supervisados por la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y act¨²an desde la sombra.
Una nueva sociedad constituida en el extranjero y presentada al cliente como un agente internacional autorizado por la Securities Exchange Comission (SEC), organismo supervisor de los mercados e intermediarios financieros en los EE UU, es la que gestiona y mueve el dinero. ?sta ultima se viste con presuntuosas denominaciones, pero en realidad no est¨¢ autorizada para operar en las bolsas norteamericanas y no es m¨¢s que un c¨®digo postal donde se recoge el correo. No hay oficina, ni empleados, ni actividad. Cuando la v¨ªctima env¨ªa su dinero se le remite un contrato por fax en el que el inversor otorga a la sociedad extranjera libertad plena para invertirlo o desinvertirlo y acepta elevadas comisiones por cada operaci¨®n. Se les advierte del riesgo que entra?an las inversiones en opciones y garantiza que pueden recuperarlas cuando lo deseen. 'Esto complica el juicio porque se amparan en la firma de estos contratos e intentan derivar la responsabilidad penal al terreno del incumplimiento civil', dice Hoyos.
El comercial, ajeno siempre al entramado de los due?os, desaparece de la escena cuando el cliente ha sido captado. Y ah¨ª surge la figura del gestor de cartera, uno de los socios, que ofrece nuevos productos y anima a invertir m¨¢s fuerte. 'Acaba de llegar nuestro agente en la Bolsa de Nueva York. Se lo paso porque le va informar de otras posibilidades para clientes preferenciales como usted'. Otro socio toma el auricular y expone las formidables posibilidades de comprar petr¨®leo.
Los expertos de este grupo, que dirige el comisario Jos¨¦ Luis Torres, destacan que a los clientes de los chiringuitos les ofrece m¨¢s confianza tener su dinero en para¨ªsos fiscales. 'Les fascina saber que ha ido a una sociedad extranjera cuando antes les daba m¨¢s confianza tenerlo aqu¨ª', se?ala Hoyos.
Complicar la investigaci¨®n Con la sociedad limitada constituida en Espa?a y la sociedad de gesti¨®n en el extranjero consiguen complicar la investigaci¨®n policial y judicial, que siempre deriva a miles de kil¨®metros de donde operan. En el caso de Menagement Burs¨¢til, los agentes examinaron miles de documentos encriptados de un intermediario norteamericano hasta demostrar que a los clientes se les duplicaba la prima en cada operaci¨®n. Las comisiones eran del 40% y sus responsables fueron condenados por estafa. Los polic¨ªas que persiguen el fraude burs¨¢til destacan que detr¨¢s de estos negocios siempre hay un fraude porque 'hay usura, acoso telef¨®nico, adem¨¢s de informaci¨®n parcial y trucos para que env¨ªen su dinero', pero los contratos blindan a veces a los responsables. En los juzgados, el ej¨¦rcito de v¨ªctimas de Diagonal Divisas, Asofi, Port Kenny, BSC Asesores Burs¨¢tiles, Europa Marketing, Hateco Marketing, Danf Marketing Service y otros seis chiringuitos disfrazados de sociedades burs¨¢tiles, se unen a las de AVA (Asesores de Valores) y Gescartera y aguardan esc¨¦pticos a recuperar su dinero, casi 50.000 millones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.