El Gobierno central legisla y las autonom¨ªas pagan
Hace unos meses, mientras el PP-A reclamaba a la Junta de Andaluc¨ªa un mayor esfuerzo financiero hacia las universidades, Aznar anunci¨® que este a?o 2001 ver¨¢ unas reformas profundas del sistema educativo espa?ol, pero a?adi¨® a continuaci¨®n que estas reformas habr¨¢n de medirse 'en t¨¦rminos de resultados y no por el volumen de recursos empleados'.
?Qu¨¦ quer¨ªa decir con esto? Pues que los afanes reformistas del PP no van a ir acompa?ados de un incremento de los recursos destinados a educaci¨®n. Como en tantas ocasiones, el marketing pol¨ªtico de los populares no va a encontrar reflejo en los presupuestos. Una vez m¨¢s, el PP reclama sin cesar m¨¢s recursos desde la oposici¨®n, como es el caso de Andaluc¨ªa, pero no los compromete desde el Gobierno.
La Ley Org¨¢nica de la Universidad presentada por el Ministerio confirma la intenci¨®n de Aznar, pues no contempla, y mucho menos resuelve, las necesidades financieras del sistema p¨²blico de universidades. A d¨ªa de hoy, a¨²n no sabemos c¨®mo se financiar¨¢ la habilitaci¨®n del profesorado, ni la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n y Acreditaci¨®n, ni tampoco los Programas Estatales de Calidad. A cambio, s¨ª sabemos que dicha ley introduce un claro debilitamiento del sistema p¨²blico y un evidente fortalecimiento del privado. A modo de ejemplo, las universidades privadas ser¨¢n incluidas en el Consejo de Coordinaci¨®n Universitaria, y tendr¨¢n voz y voto a la hora de decidir cuestiones fundamentales para la universidad p¨²blica como el modelo de financiaci¨®n o la selecci¨®n de alumnos. De este modo, las privadas podr¨¢n ejercer una influencia determinante en el servicio p¨²blico que vienen prestando las universidades. As¨ª se conseguir¨¢ que las ¨²nicas universidades verdaderamente 'aut¨®nomas' ser¨¢n las privadas.
Por supuesto, tampoco existe en el anteproyecto compromiso alguno para la mejora del sistema de becas y ayudas al estudio. Algo que no debe sorprender a nadie que conozca la pol¨ªtica educativa que sigue el PP, entre cuyos logros figura que el porcentaje actual de universitarios con beca sea el m¨¢s bajo de los ¨²ltimos 15 a?os, situ¨¢ndose en el 14,22%, habi¨¦ndose reducido en m¨¢s de 3.500 millones de pesetas el presupuesto del Gobierno para becas y ayudas. Por cierto, que en el curso 1995-96 (el ¨²ltimo con Gobierno socialista) fue el m¨¢s alto de este periodo y super¨® el 20%. En este caso, la herencia recibida no fue del todo mala, y sin embargo, desde que el PP gobierna en Espa?a, el porcentaje de alumnos con beca ha bajado un 5,83%, un retroceso que quiebra la igualdad de oportunidades en el acceso a la educaci¨®n superior.
Como todos sabemos, es imposible hacer una reforma a coste cero. Salvo, claro est¨¢, que sean otros los que paguen. Y este parece ser el modelo acu?ado por el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, sustentado en una l¨®gica tan sencilla como perversa: Yo, Gobierno central, legislo; y t¨², Gobierno auton¨®mico, pagas. Produce cierto rubor insistir en estas cuestiones, pero un Gobierno responsable no debe tomar decisiones que afectan a otras administraciones, como las CCAA, sin prever la correspondiente dotaci¨®n econ¨®mica para sufragar el gasto adicional que generar¨¢ esta ley.
Los socialistas andaluces creemos que hay que tener un mayor respeto a la realidad del Estado de las Autonom¨ªas y a las competencias de esta Comunidad Aut¨®noma, cuyo Parlamento acaba de aprobar un dictamen que supone un claro avance para el sistema universitario andaluz, ya que trata de equilibrar la oferta universitaria a la demanda social y a nuestro tejido empresarial, aplicando un enfoque m¨¢s regional e integrado con el resto del sistema educativo. El documento, aprobado por todos los grupos parlamentarios con la abstenci¨®n del PP-A, se?ala que la ense?anza superior es uno de los elementos b¨¢sicos en el dise?o de las estrategias de desarrollo econ¨®mico y social de Andaluc¨ªa, e insiste la necesidad de garantizar la eficiencia de los recursos p¨²blicos invertidos en la Universidad, estableciendo mecanismos que garanticen el control por la sociedad de dicha eficiencia y la evaluaci¨®n permanente de la calidad. Asimismo, incluye un compromiso inversor con un claro objetivo financiero: destinar el 1,5% del PIB andaluz para educaci¨®n superior en un plazo de seis a?os (hoy es el 0,8%), lo que significar¨¢ un cuantioso incremento y demuestra la apuesta de este Gobierno y de los socialistas por la educaci¨®n, concebida como un servicio p¨²blico de car¨¢cter estrat¨¦gico.
As¨ª, frente a un Gobierno central que no dialoga, el Gobierno de Andaluc¨ªa dialoga con la comunidad universitaria, promueve el debate parlamentario, adquiere un compromiso con el car¨¢cter p¨²blico de la educaci¨®n superior, mantiene su esfuerzo inversor en educaci¨®n y sigue trabajando para alcanzar un consenso en la b¨²squeda de la excelencia, como en su d¨ªa lo hubo para conseguir la proximidad del sistema universitario andaluz.
Los socialistas vamos a mantener nuestro compromiso con la defensa del sistema p¨²blico de universidades, y con la universidad p¨²blica, porque no se puede privatizar el conocimiento, mucho menos ahora, cuando el conocimiento y la educaci¨®n son m¨¢s importantes que los medios de producci¨®n o que la propiedad de la tierra, que antes establec¨ªan la divisi¨®n entre ricos y pobres. En la moderna sociedad del conocimiento, la mejor manera de luchar contra la desigualdad de los niveles de renta interterritoriales, de forma sostenible, es hacer una apuesta decidida por la educaci¨®n como motor del desarrollo, relacionando el problema de la instrucci¨®n, de la formaci¨®n, con el del impulso de la productividad y el del aumento del empleo.
Estamos viendo c¨®mo en otros pa¨ªses, por ejemplo en el Reino Unido, el reto es rehacer los servicios p¨²blicos. En Espa?a, el reto es mantener, con las mejoras y adaptaciones que sean necesarias, el servicio p¨²blico de educaci¨®n superior que ha permitido que hoy tengamos, tras dieciocho a?os de vigencia de la LRU, las generaciones mejor preparadas de la historia de Espa?a, el pa¨ªs de la OCDE con un crecimiento m¨¢s r¨¢pido en el n¨²mero de graduados universitarios entre 1989 y 1996.
Antonio Fern¨¢ndez Poyato es secretario de Educaci¨®n, Universidades e Investigaci¨®n del PSOE de Andaluc¨ªa
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