El Gobierno elabora un nuevo reglamento para aumentar el control sobre las motos acu¨¢ticas
El borrador incluye un carn¨¦, un monitor por cada cuatro veh¨ªculos y circuitos vigilados
Media ma?ana en una playa de Torremolinos. Una pareja joven alquila una moto acu¨¢tica. Quince minutos, 5.000 pesetas (una moto cuesta entre 1,2 y 2,5 millones de pesetas). Ambos se ponen el preceptivo chaleco salvavidas y entran al circuito por el canal balizado. Primera infracci¨®n: cogen el veh¨ªculo en la orilla. Seg¨²n el edicto de Capitan¨ªa Mar¨ªtima de M¨¢laga, donde hay matriculadas 1.300 motos, los tripulantes deben ser transportados en una embarcaci¨®n hasta alcanzar los 300 metros de la playa a fin de no poner en peligro a los ba?istas y no molestarlos con los gases ni con los ruidos. La infracci¨®n se repite al menos cinco veces m¨¢s con otros tantos clientes que en menos de media hora se agolpan junto a las motos. Los conductores se muestran prudentes, pero hay momentos en los que no se respeta la distancia m¨ªnima entre los veh¨ªculos de 30 metros. Segunda infracci¨®n.
La explosiva mezcla de desconocimiento y descontrol con motos que alcanzan los 100 kil¨®metros por hora ha costado la muerte de cinco personas y ha llevado a las autoridades a tomar cartas en el asunto. La semana pasada, la Direcci¨®n General de la Marina, encargada de las inspecciones de las embarcaciones, se puso en contacto con los representantes y empresarios de la industria n¨¢utica con el fin de desarrollar un nuevo reglamento. 'Nuestra propuesta es convertir en obligatorias lo que ahora son recomendaciones, como la presencia de un monitor por cada cuatro motos. Pero es necesario que haya una vigilancia suficiente para que estas normas se cumplan. De nada sirven nuevos reglamentos si no se vela por su cumplimiento', dice Sergio ?lvaro, representante de Bombardier, la principal distribuidora de motos acu¨¢ticas en Espa?a.
En Benalm¨¢dena encontramos la prueba: otro punto de alquiler. ?ste tiene las motos en el circuito, llevan a los clientes hasta all¨ª en una embarcaci¨®n y un monitor permanece en la zona para controlar que ninguno haga piruetas prohibidas. Todo en regla. Pero en la orilla se comete la tercera infracci¨®n: un adolescente dice que tiene 17 a?os, paga y se monta. Seg¨²n el edicto, entre los 16 y los 18 a?os es necesaria una autorizaci¨®n paterna, que nadie le pide al chaval.
En Espa?a hay un parque de 12.500 motos acu¨¢ticas, pero seg¨²n la Guardia Civil, con competencias en las aguas territoriales, hay 750 agentes destinados al Servicio Mar¨ªtimo, sin contar las unidades territoriales. Y la Direcci¨®n General de la Marina, encargada de la inspecci¨®n y matriculaci¨®n de embarcaciones, asegura que las capitan¨ªas mar¨ªtimas espa?olas cuentan con 450 personas. Suman 1.200 y son los efectivos espec¨ªficos para cubrir los m¨¢s de 7.500 kil¨®metros de la costa espa?ola.
Tras el accidente mortal ocurrido en Marbella, Capitan¨ªa Mar¨ªtima y la Guardia Civil han intensificado la vigilancia del litoral. El resultado es el cierre de nueve explotaciones -ocho en M¨¢laga y una en C¨¢diz-, bien porque carec¨ªan de los permisos preceptivos o porque no hab¨ªa un monitor mientras los veh¨ªculos estaban funcionando. Pescadores, ba?istas y vecinos dan fe de que en la ¨²ltima semana se han evaporado muchos puntos de alquiler, especialmente en Marbella y Rinc¨®n de la Victoria. Desapariciones que sospechosamente coinciden con el peinado de la costa que en estos d¨ªas hacen la Guardia Civil y Capitan¨ªa Mar¨ªtima.
Francisco Javier, piloto profesional que frecuenta el puerto malague?o de El Candado, cree que el af¨¢n de rentabilidad de los que alquilan estos veh¨ªculos es el principal detonante de los accidentes: 'Hay quienes por el negocio dejan la moto a cualquiera y otros que no instalan el control remoto porque es caro'.
El n¨²mero de motos en uso se ha incrementado a?o a a?o, seg¨²n los datos de la comisi¨®n espa?ola de empresas del sector, pero s¨®lo hace dos a?os de la primera y ¨²nica regulaci¨®n. En M¨¢laga, por ejemplo, desde 1999 las motos matriculadas se han triplicado. Jos¨¦ Luis Valero, un veraneante madrile?o de 39 a?os, considera que son un entretenimiento seguro pero no deja de advertir: 'Siempre que todo el mundo respete las normas'.
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