Montesinos decepciona con su vestuario para el Ballet de Cuba

La escenograf¨ªa natural estaba dispuesta: un cielo estrellado y los sugestivos jardines que rodean el Auditori del Castell de Peralada (Girona), incluido un lago con cisnes . El numeros¨ªsimo p¨²blico que llenaba este espacio esc¨¦nico hab¨ªa comprado su entrada sabiendo muy bien lo que iba a ver. Es un p¨²blico entendido al que le gusta la danza cl¨¢sica, y El lago de los cisnes bailado por el Ballet Nacional de Cuba es, sin duda, una de las mejores versiones en su g¨¦nero, que se pueden ver en la actualidad. La noche ten¨ªa un aliciente a?adido: este nuevo montaje, coproducido por el propia compa?¨ªa cubana y Teatres de la Generalitat Valenciana, contaba con un reci¨¦n estrenado vestuario dise?ado por el valenciano Francisco Montesiones. Pasteloso, sin rigor hist¨®rico y francamente de mal gusto, el vestuario decepcion¨®. Una decepci¨®n que se olvid¨® en el instante en que empez¨® a bailar el magn¨ªfico elenco que dirige Alicia Alonso. La inadecuada escenograf¨ªa del cubano Ricardo Reyma tampoco ayuda a mejorar la est¨¦tica de esta versi¨®n.

Independientemente del vestuario, los miembros del Ballet Nacional de Cuba brindaron, como es habitual en ellos, una noche inolvidable. El secreto de la magia que destila esta compa?¨ªa no reside ¨²nicamente en su virtuosismo t¨¦cnico, sino que hay que sumarle la expresividad y belleza que muestra su estilo y el temperamento de su raza. El movimiento de brazos de la escuela cubana encierra el secreto del aletear de los cisnes.