La segunda vida de Amavisca
El Deportivo rescata del pozo al ex madridista a sus 30 a?os
La carrera deportiva de Jos¨¦ Emilio Amavisca toc¨® fondo hace tres meses. Campe¨®n de la Liga con el Madrid y jugador de moda a mediados de los noventa, regres¨® hace dos a?os a Santander, su tierra, y fue diluy¨¦ndose en el anonimato de un equipo, el Racing, agobiado por sobrevivir. La hecatombe sobrevino en mayo: a Segunda. 'Fue un momento horrible, el peor de mi carrera', confiesa; 'peor incluso que las lesiones, y eso que he tenido algunas muy serias'. A sus 30 a?os y en un club descendido, su futuro no parec¨ªa luminoso. Pero lleg¨® el Deportivo y, con ¨¦l, la posibilidad de empezar una segunda vida futbol¨ªstica en un conjunto que aspira a todo.
Amavisca dibuja un moh¨ªn de extra?eza cuando se le pregunta si no le sorprendi¨® que, a su edad, le llamase un candidato al t¨ªtulo y que juega la Liga de Campeones: '?Por qu¨¦? Cuando dej¨¦ el Madrid, ya pod¨ªa haber venido aqu¨ª o a otros clubes importantes. Escog¨ª el Racing porque era mi tierra y nunca hab¨ªa jugado all¨ª'.
No ha sido el Deportivo el ¨²nico en llamar a su puerta, pero no le cost¨® mucho decidirse. El Racing ni siquiera le dio opci¨®n a plantearse si estaba dispuesto para el calvario de la Segunda: 'Me llam¨® el presidente y me dijo: 'Te fichamos para estar en Primera y no tiene sentido que sigas'. Nos pusimos de acuerdo enseguida'. El club gallego pag¨® una cifra irrisoria en estos tiempos, 300 millones de pesetas, y Amavisca lleg¨® a Riazor para disputarse con Fran la banda izquierda.
Este extremo flacucho y espigado puede atestiguar los caprichosos vaivenes que depara el f¨²tbol. En el verano de 1994 su carrera en el Madrid parec¨ªa concluida antes de haber comenzado. Campe¨®n ol¨ªmpico en Barcelona 92, despunt¨® en el Valladolid, del que le extrajo el club blanco. Le compr¨® la directiva antes de que llegase el nuevo entrenador, Jorge Valdano, a quien no le acababa de gustar. 'En la pretemporada parec¨ªa decidido que nos ¨ªbamos a quedar fuera Zamorano y yo. Al final, fuimos campeones, ¨¦l fue el m¨¢ximo goleador y a m¨ª me llovieron los elogios', recuerda con iron¨ªa. En alguna encuesta fue designado el mejor jugador de la Liga y Javier Clemente le acogi¨® con entusiasmo en la selecci¨®n.
Pero luego llegaron las lesiones, el Bernab¨¦u pareci¨® aburrirse de ¨¦l poco a poco y, hace dos a?os, se march¨® a un Racing que apuntaba ciertas ambiciones. La aventura acab¨® en fiasco. Pero el Deportivo se fij¨® en que su ¨²ltima campa?a fue notable: siete goles. En A Coru?a se le ve muy adaptado, como si llevara en ella toda la vida. Fuera del campo, se distrae con viejos camaradas como V¨ªctor y Jaime. Dentro, ha encontrado un equipo muy afinado. 'Con estos jugadores y lo asimilado que tienen el sistema, es muy f¨¢cil adaptarse', asegura. Tampoco le ha costado impregnarse del esp¨ªritu del club: 'Lo nuestro es estar ah¨ª arriba para asomar la cabecita si fallan los grandes'.
Al final, ha acabado en la misma tierra donde triunf¨® su padre, otro zurdo que en los sesenta vivi¨® la etapa legendaria de aquel Pontevedra que se sub¨ªa a las barbas de los poderosos con el lema de hay que roe'lo. Ha firmado por tres temporadas y, a su edad, hasta puede que A Coru?a vea el final de su carrera. Pero ¨¦l elude los vaticinios: 'Est¨¢ visto: en el f¨²tbol todo cambia en dos meses'.
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