EL DESAYUNO DE HOTEL

El ?ngel de la Gastronom¨ªa y su inseparable se?or Patanegra se disponen a desayunar en el comedor del hotel donde se hospedan. Antes de sentarse, el se?or Patanegra se acerca a la mesa del buffet y, desde la distancia, le pregunta al ¨¢ngel si quiere que le traiga un zumo de naranja. ?ste asiente con la cabeza, pero cuando se acerca su amigo, haciendo equilibrios con un vaso de zumo en cada mano, le pregunta:

-Te has parado a pensar, peque?o saltamontes, ?por qu¨¦ en los hoteles siempre hay para desayunar zumo de naranja y cruas¨¢n?

-Pues supongo que porque es lo que come la mayor¨ªa de la gente.

-?Y d¨®nde est¨¢ la imaginaci¨®n? ?Es que acaso no hay otra cosa que naranjas y cruasanes? -se indigna el ¨¢ngel-. En lo que respecta a los zumos podr¨ªa haber, por ejemplo, zumo de albaricoque a la vainilla, zumo de pomelo y melocot¨®n, zumo de manzana y albahaca, y tantos como la imaginaci¨®n te sugiera.

-Y si yo lo quiero de naranja.

-Pues te lo tomas. No estoy en contra, pero pienso que nunca hay que ser categ¨®rico -levanta el ¨¢ngel un dedo de advertencia-. Y te har¨¦ otra pregunta b¨¢sica: ?por qu¨¦ en los hoteles suele haber buffets para el desayuno?

-Pues porque es m¨¢s c¨®modo, ?no?, y porque la gente tiene prisa.

-No me sirve -responde el ¨¢ngel-. No est¨¢ bien que en un hotel de lujo te tengas que levantar para ir a buscar el desayuno.

-?Y c¨®mo lo har¨ªas t¨²? -inquiere el se?or Patanegra-, porque a m¨ª lo del buffet me gusta. Est¨¢ bien poder elegir entre muchas cosas.

-La soluci¨®n es que el buffet venga a ti. Un camarero pasa por las mesas con un carrito en el que hay de todo.

-?Y habr¨¢ muchas clases de mermelada?

-Por supuesto, pero que no sean las mismas de siempre. Para m¨ª las mermeladas tienen que ser caseras y originales.

-Lo de la mantequilla s¨ª que no lo puedes cambiar -sonr¨ªe el se?or Patanegra-. La mantequilla es siempre mantequilla.

-Pues te equivocas. Para combatir la monoton¨ªa puede haber, por ejemplo, mantequilla de toffee, o a la pimienta.

-?Y cu¨¢l es tu alternativa al cruasan?

-La soluci¨®n es que lleven a la mesa una bandeja con 10 clases de boller¨ªa y que cada uno elija la que quiera. ?Ah, y que pasen varias veces, no una sola!

-?Y qu¨¦ haces con el caf¨¦?

-Pues lo mismo, tiene que haber variedad. Si quieres expr¨¦s, expr¨¦s. Si americano, americano. Pero que sea al momento.

-Oye, una pregunta que me intriga, ?se empieza por lo salado o por lo dulce?

-Cada uno empieza como quiere. El primer d¨ªa, el camarero empezar¨¢ ofreciendo lo dulce, pero los d¨ªas siguientes es el cliente el que elige. No estar¨ªa mal que hubiera una carta que te permitiera desayunar en distintos actos. El primer d¨ªa se marcan los actos, pero los otros es el cliente quien puede ponerlos como quiera.

-?Y habr¨¢ tostadas?

-Reci¨¦n hechas.

-?Y fruta?

-S¨ª, pero original. Y tambi¨¦n habr¨¢ ensaladas e incluso sorbetes, que son fant¨¢sticos en verano.

-?Qu¨¦ prefieres, un comedor grande o peque?o?

-Depende de los clientes que haya, aunque yo prefiero los comedores peque?os. Adem¨¢s, me gusta que haya mesas de distintos tama?os. Por ejemplo, las habr¨¢ grandes para el que va solo y quiere leer mientras desayuna, aunque para m¨ª es mejor desayunar primero y leer despu¨¦s el diario en una antesala.

-Mucho hablar y mucho so?ar, pero dime, ?existe este lugar?

-Existe, Patanegra, existe, pero aunque no existiera, nunca hay que conformarse con lo de siempre. Ma?ana, por cierto, hablaremos del hotel ideal.