Una piedra en el camino
Todos los torneos tienen el cl¨¢sico partido inc¨®modo, ¨¦se ante un rival sin lustre en el que poco tienes que ganar y s¨®lo te puede causar perjuicios. Esta vez le toc¨® a Letonia el turno de ejercer de molesta piedra en el camino y cumpli¨® con lo esperado. Son m¨¢s duros que h¨¢biles, m¨¢s an¨¢rquicos que organizados, con sangre m¨¢s fr¨ªa de lo normal y siempre dispuestos a amargarte la noche. Sus argumentos t¨¦cnicos son escasos y basados, sobre todo, en su convencimiento de que de 3 en 3 se va mejor que de 2 en 2. Ante un equipo de ¨¦stos, abundantes en las zonas donde en septiembre ya hace un fr¨ªo que pela, la clave est¨¢ en la paciencia. Para soportar triple tras triple; para no dejarte llevar por su evidente anarqu¨ªa ofensiva, en donde los p¨ªvots juegan a 7 metros del aro; para confiar en que los ¨¢rbitros acaben limitando su tosco estilo defensivo a base de silbato.
Espa?a la tuvo. Su comportamiento fue de equipo mayor, experto. No cay¨® en ninguna trampa. Ni siquiera en su posible punto flaco, el ataque a una zona. Salvo permitir que Helmanis clavase cinco triples, hizo su trabajo con la misma intensidad y contundencia que ante Eslovenia. Dej¨® que Letonia madurase durante el primer tiempo y la hizo fosfatina en el tercer cuarto, resumen de las mejores virtudes de este colectivo: rapidez, contraataque (bendita velocidad), intensidad defensiva (muy efectiva la defensa presionante en medio campo), ganas de disfrutar con el juego, jugadas espectaculares y, por supuesto, Pau Gasol, que parece que lleve toda la vida en la alta competici¨®n. Esta vez fue magn¨ªficamente acompa?ado por la fortaleza gran¨ªtica de Alfonso Reyes. En general, el equipo se mostr¨® muy bien amueblado. Todos parecen tener muy claro cu¨¢l es su funci¨®n y lo que se espera de ellos.
Cualquier cosa que se diga ahora queda a expensas de lo que importa en una competici¨®n como ¨¦sta, es decir el cruce en los cuartos de final. Pero la forma de recorrer el camino hacia el d¨ªa D es tan esperanzadora que cada actuaci¨®n hace m¨¢s dif¨ªcil no dejarte llevar por la ilusi¨®n. Porque ?hay que ver c¨®mo juegan estos chicos!
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