Ante la en¨¦sima oportunidad
Espa?a suma ya siete participaciones seguidas en el Campeonato del Mundo, pero nunca ha brillado
Si un cataclismo no lo impide, Espa?a disputar¨¢ en Corea y Jap¨®n su s¨¦ptimo Campeonato del Mundo de f¨²tbol consecutivo. ?Toda una marca o toda una suma decepciones? El pa¨ªs que presume de tener la mejor Liga de clubes dispone de un palmar¨¦s tan escu¨¢lido que afea su condici¨®n de asiduo participante: un cuarto lugar en Brasil 50 es su mejor garant¨ªa. Despu¨¦s jam¨¢s super¨® la fase de los cuartos de final. Adem¨¢s, acumula cinco eliminaciones en la primera fase. No es extra?o, pues, que cierto pesimismo se haya adue?ado de la Espa?a futbol¨ªstica, hasta el punto de pensar que la selecci¨®n termina jugando muchos partidos de clasificaci¨®n y pocos de competici¨®n. Una revisi¨®n del esp¨ªritu ol¨ªmpico de la participaci¨®n como principal objetivo. Habitualmente beneficiada por los sorteos clasificatorios, Espa?a ha disfrutado, como los dem¨¢s, de la redefinici¨®n pol¨ªtica de Europa, que ha disminuido a antiguas selecciones, como la Uni¨®n Sovi¨¦tica o la Yugoslavia unida, y promovido a otras de escasa entidad. En esta fase clasificatoria solo un jugador de todos sus rivales,el austriaco Herzog, juega en una gran Liga, la alemana. En cualquier caso, de Espa?a puede decirse que es una selecci¨®n democr¨¢tica. Sus siete presencias consecutivas en los Mundiales se han producido desde que se recobr¨® esa f¨®rmula pol¨ªtica. La apertura de las fronteras nacionales y futbol¨ªsticas han perge?ado un pa¨ªs que reclama un t¨ªtulo que engorde sus vitrinas. Un Campeonato de Europa, el de 1964, el del gol de Marcelino, cuya fase final se jug¨® en casa, y un subcampeonato, el de Francia 84, as¨ª como la medalla de oro de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona 92, parecen poca cosecha para el pa¨ªs presupuestariamente m¨¢s poderoso y que acumula mayores niveles de audiencia y estrellas futbol¨ªsticas. En Corea y Jap¨®n la selecci¨®n de Jos¨¦ Antonio Camacho tendr¨¢ la oportunidad de seguir aumentado su colecci¨®n de decepciones o de cambiar su sino.
El equipo espa?ol alcanz¨® su mejor puesto, el cuarto, en 1950, cuando Zarra marc¨® su gol hist¨®rico a Inglaterra
- Italia 1934. La historia internacional de Espa?a se inici¨® con buen pie. Hab¨ªa conseguido la medalla de plata en los Juegos Ol¨ªmpicos de Amberes 20, era el primer equipo que hab¨ªa ganado a Inglaterra y hab¨ªa goleado por 13-1 a Bulgaria. Su primer Campeonato del Mundo lo inici¨® con una victoria sobre Brasil (3-1), con dos goles de L¨¢ngara y uno de Irraragorri. Sin embargo, cay¨® ante Italia y no super¨® la primera fase.
- Brasil 1950. La mayor cota de la selecci¨®n, al concluir oficialmente en la cuarta posici¨®n. Fue el Mundial de Zarra, el delantero del Athletic, que marc¨® el hist¨®rico gol a Inglaterra. Espa?a venci¨® a Estados Unidos, Chile e Inglaterra y empat¨® con Uruguay antes de ser goleada por Brasil (6-1) y derrotada por Suecia. Fue el a?o del maracanazo, cuando Uruguay dej¨® mudo al estadio brasile?o al vencer al anfitri¨®n en la final.
- Chile 1962. Comienzan las decepciones. A pesar del dominio del Real Madrid en Europa gracias a Di Stefano y Puskas, la Espa?a de la legi¨®n extranjera, dirigida por Helenio Herrera, tambi¨¦n cay¨® eliminada en la primera fase. Todo un s¨ªntoma de las dos Espa?as futbol¨ªsticas: la de los clubes y la de la selecci¨®n. Espa?a super¨® a M¨¦xico, pero fue derrotada por Checoslovaquia, subcampeona, y Brasil, campeona.
- Inglaterra 1966. Espa?a se sumi¨® en el nacionalismo futbol¨ªstico. La prohibici¨®n de jugadores extranjeros se sald¨® con otra eliminaci¨®n en la primera fase: derrotas ante Alemania y Argentina y victoria sobre Suiza. Espa?a ven¨ªa de haberse proclamado campeona de Europa y la decepci¨®n se alarg¨® a las dos ediciones posteriores del Mundial, a las que, entorpecida por Yugoslavia, no lleg¨®.
- Argentina 1978. La democracia devolvi¨® a Espa?a su lugar internacional, pero no le rescat¨® de su habitual anonimato. Su fallo ante Brasil inmortaliz¨® a Carde?osa. Esta cita acab¨® con Ladislao Kubala, el seleccionador con m¨¢s partidos en su historial.
- Espa?a 1982. La gran oportunidad perdida. La selecci¨®n, anfitriona, por vez primera, de un Mundial, tuvo que limitarse a alcanzar la segunda fase . Una sola victoria en su haber (2-1 sobre Yugoslavia) fue un balance escaso que zanj¨® el desapego general hacia un equipo, dirigido por Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa, incapaz de generar expectativas. Fue el gran mazazo de su historia.
- M¨¦xico 1986. Espa?a recuper¨® el cr¨¦dito. Miguel Mu?oz reuni¨® un interesante plantel en el que destacaba un muchacho barbilampi?o, Butrague?o, que dio una lecci¨®n de f¨²tbol ante Dinamarca. Pero la frontera de los cuartos de final se constituy¨® como un muro insalvable. Un equipo que mezclaba la t¨¦cnica y la fuerza cay¨® en la tanda de los penaltis decisorios ante B¨¦lgica.
- Italia 1990. El baile de entrenadores a?ad¨ªa un nuevo nombre, Luis Suarez, pero un destino similar. Yugoslavia, un habitual de los disgustos espa?oles, impidi¨® que se prosperase m¨¢s all¨¢ de los octavos de final. La quinta del Buitre culminaba su andadura volando m¨¢s bajo de lo que su calidad le permit¨ªa.
- Estados Unidos 1994. Espa?a acarici¨® por vez primera una clasificaci¨®n digna y una superaci¨®n de su m¨ªtica frontera. Lo impidi¨®, ante Italia, la ceguera del ¨¢rbitro en un codazo de Tassotti a Luis Enrqiue y el tembleque de Julio Salinas ante el portero italiano.
- Francia 1998. Espa?a jug¨® el Mundial de mayor presi¨®n de su historia. Su pedigr¨ª reclamaba algo m¨¢s de lo conseguido hasta entonces. Nigeria amarg¨® la trayectoria. Una derrota inesperada y Espa?a, con una selecci¨®n solvente, fue la primera en volver a casa. Javier Clemente comenzaba a dejar su sitio a Camacho.
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