La sombra de Fraga no deja ver sucesor
El relevo del presidente de la Xunta se ha complicado con los a?os y no se perfila ning¨²n candidato en el PP
Nadie en el PP gallego pretendi¨® nunca -pobre de ¨¦l- hacer sombra a Manuel Fraga. Alrededor de su trono no han faltado las intrigas cortesanas, pero siempre con la mirada puesta en el momento en que el viejo monarca decidiese traspasar sus poderes. El presidente de la Xunta las ha sofocado todas con una mezcla de autoridad y equilibrismo: se ha cuidado de no designar un favorito claro y, cuando las disputas solapadas amenazaron con emerger, retir¨® de escena a todos los contendientes. Durante 12 a?os, la cuesti¨®n sucesoria ha derramado est¨¦riles r¨ªos de tinta. Fraga sigue en el poder tan firme como cuando lleg¨® a Galicia, en 1989, y sin que haya emergido una figura incontestada para sucederle alg¨²n d¨ªa.
Ahora se habla menos del regreso de Rajoy y se hace circular el nombre de P¨ªo Cabanillas
Como nunca ha designado un vicepresidente, cada vez que sale de viaje fuera de Galicia Fraga delega en su consejero de Presidencia. Desde 1999, ocupa ese cargo Jaime Pita, de 57 a?os, un hincha confeso del presidente de la Xunta -'soy m¨¢s fraguista que del PP', declara-, en cuyo nombre se ha batido el cobre en el Parlamento gallego. Pita empez¨® de oscuro diputado y hoy es tambi¨¦n el portavoz del Grupo Popular. Ha tenido sonadas intervenciones parlamentarias, pero ninguna tan memorable como la del d¨ªa siguiente a las ¨²ltimas elecciones generales, cuando aludi¨® a la reci¨¦n lograda mayor¨ªa absoluta del PP y alert¨® a sus opositores: 'Prep¨¢rense para lo que les espera'. Recientemente dijo que la estrategia del PSOE es 'de burros' y que a los militantes del BNG 'les estampan al nacer un sello con la palabra 'no'.
Nadie en el PP considera a Pita un candidato serio a sustituir a Fraga. De hecho, su ascenso ha sido propiciado por la ca¨ªda de otros dirigentes con m¨¢s peso y tradici¨®n. Pero lo cierto es que Pita ejerce las funciones de presidente de Galicia cuando su titular est¨¢ de viaje y que ser¨¢ uno de los tres ¨²nicos consejeros de la Xunta que figurar¨¢ de nuevo en las listas del PP en las elecciones auton¨®micas del pr¨®ximo 21 de octubre, justo detr¨¢s de Fraga.
Con el transcurrir del tiempo, la sucesi¨®n de Fraga, lejos de aclararse, se ha enredado cada vez m¨¢s. Porque no siempre ocurri¨® como ahora, que no se adivina en su entorno una persona con posibilidades de relevar al patr¨®n. Durante la primera mitad de su mandato, parec¨ªa haber dos aspirantes claros: el que luego fue ministro de Sanidad y antes consejero de la Xunta, Jos¨¦ Manuel Romay, y el que sigue como consejero de Pol¨ªtica Territorial y ejerci¨® durante varios a?os como secretario general del PP gallego, Xos¨¦ Cui?a. Ambos encarnaban dos sectores pol¨ªticos y hasta sociol¨®gicos: Romay, los llamados urbanitas o del birrete; Cui?a, los rurales o de la boina, seg¨²n la propia terminolog¨ªa que se instal¨® dentro del partido.
La animadversi¨®n entre Cui?a y Romay se fue cultivando con los a?os, y la batalla parec¨ªa ir decant¨¢ndose a favor del primero. Hasta que en 1999, Romay dio un paso en falso y trat¨® de promover al actual vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a una especie de presidencia adjunta del PP gallego que, en la pr¨¢ctica, le se?alar¨ªa como futuro sucesor. Fraga ataj¨® la operaci¨®n con un golpe salom¨®nico: oblig¨® a Romay y a Cui?a a dejar sus cargos en el partido.
De Romay no se han vuelto a tener noticias una vez que abandon¨® tambi¨¦n, hace ya m¨¢s de un a?o, el Ministerio de Sanidad. Cui?a se deja ver mucho m¨¢s. Volver¨¢ a encabezar las listas del PP por Pontevedra y su cargo en la Xunta es como una llave para abrir la caja de las inversiones p¨²blicas a las que han de recurrir todos los dirigentes locales. Mantiene el apoyo inquebrantable de los barones provinciales de Ourense, Jos¨¦ Luis Baltar, y Lugo, Francisco Cacharro, grandes recaudadores de votos en la Galicia rural. Desde el entorno de Cui?a se asegura incluso que ha logrado amortiguar los recelos que despertaba en la direcci¨®n nacional del partido. Pero tras haberse retirado de la carrera, no le va a resultar f¨¢cil reincorporarse sobre la marcha. Y hay bastante gente en el PP, tanto en Santiago como en Madrid, poco dispuesta a facilitarle la labor.
La elaboraci¨®n de las pr¨®ximas listas electorales ha sido otro ejercicio de equilibrio en el que Fraga intervino s¨®lo lo indispensable y en el que se han tratado de conjugar los deseos de las ejecutivas nacional y gallega con las inevitables concesiones a los dirigentes provinciales. Las candidaturas, que la ejecutiva regional aprobar¨¢ ma?ana, tampoco se prestan a interpretaciones en clave sucesoria. M¨¢s bien a?aden misterio.
En lo que se justifica como parte de un proceso 'renovador', se ha excluido de las listas a todos los consejeros excepto a tres: Cui?a, Pita y la titular de Familia, Manuela L¨®pez Besteiro. Tambi¨¦n quedar¨¢n fuera la mitad de los 42 diputados actuales, seg¨²n inform¨® ayer Europa Press.
La renovaci¨®n en las listas ha desatado especulaciones para el caso de que el PP revalidase en octubre su mayor¨ªa y alg¨²n imprevisto impidiese a Fraga agotar la legislatura (terminar¨ªa el mandato con 83 a?os). La ley establece que el presidente de la Xunta es elegido entre los diputados, y eso dejar¨ªa sin posibilidades a personajes a los que se hab¨ªa atribuido cierto ascenso en los ¨²ltimos a?os, como el consejero de Agricultura, Juan Miguel Diz Guedes, de 48 a?os, uno de los excluidos.
En una hipot¨¦tica emergencia como ¨¦sa, Cui?a estar¨ªa muy bien situado y con pocos competidores. De hecho, aparte de ¨¦l, la ¨²nica figura que se apunta entre los futuros diputados es la del hombre que le sustituy¨® en la secretar¨ªa regional del partido, Xes¨²s Palmou, de 52 a?os. Palmou es apreciado dentro y fuera del PP por su talante conciliador, no despierta las pasiones encontradas de Cui?a (o apoyos inquebrantables u hostilidades manifiestas), y tiene buenas relaciones con la ejecutiva nacional, a la que hoy precisamente informar¨¢ de los preparativos de la campa?a. Pero ¨¦l mismo se declara ajeno a cualquier ambici¨®n sucesoria y su presencia en las listas ser¨¢ discreta: el cuatro por Pontevedra.
Como siempre en v¨ªsperas electorales, estos d¨ªas crecen en el PP los comentarios sobre posibles novedades tras los comicios: que Fraga nombre por fin un vicepresidente o que ceda la presidencia del partido en el pr¨®ximo congreso. Ahora se habla menos del hipot¨¦tico regreso de Rajoy y se hace circular el nombre del ministro portavoz, P¨ªo Cabanillas. Pero Fraga s¨®lo confirma una cosa: que quiere gobernar otros cuatro a?os.
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