Pedro del Hierro da una lecci¨®n de sabidur¨ªa po¨¦tica e imaginaci¨®n
El desfile de Miguel Palacio destaca por su severa sobriedad
La tercera jornada de la Pasarela Cibeles no decepcion¨®. Casi todos los desfiles tuvieron alg¨²n punto de inter¨¦s, sobre todo los de Miguel Palacio y Pedro del Hierro. El primero dio un recital de sobria coherencia y el segundo, de esplendor po¨¦tico. Felipe Varela, por su parte, se mostr¨® controlado y realista, y Carmela Rosso apost¨® por un lujo no exento de detalles llenos de glamour.
El color blanco ha irrumpido con fuerza en todos los desfiles y la gasas estampadas se vuelven un elemento recurrente. El donostiarra Lemoniez fue quiz¨¢ el menos brillante de la jornada, pues su intento narrativo como motivo del desfile (un d¨ªa de vertiginosos cambios en la vida de una mujer ejecutiva) no lleg¨® a trasladarse a la ropa con eficacia, aunque su ropa contin¨²a teniendo buena factura.
Miguel Palacio se circunscribi¨® al blanco, el negro y el algod¨®n engomado color celeste. Con esta estrecha paleta dio un recital de gusto severo. Minivestidos camiseros, faldas ligeramente trapezoidales, camisas y blusas de mangas con heridas a todo lo largo y un encaje abstracto sobre un lino de gruesa trama fueron algunos de sus meritorios detalles. El desfile de Palacio desconcert¨® al final con su serie de faldas largas con brocado isabelino m¨¢s propio de un sof¨¢ que de una prenda de vestir.
Felipe Varela propone una versi¨®n mucho m¨¢s serena de s¨ª mismo. Su colecci¨®n, inspirada en el universo simb¨®lico cyber, discurri¨® sin excesos. Varela hizo una primera serie blanca y gris impecable para hombre y mujer, bien cosida y combinando raso y lanas fr¨ªas. Muy neoyorquina y efectiva su gabardina blanca a la rodilla con ancho cintur¨®n r¨ªgido (Greta Garbo us¨® una as¨ª toda su vida) y, en el hombre, muy acertada la cazadora corta usando el raso por su lado mate. Esta vez su calzado de mujer fue espl¨¦ndido.
Carmela Rosso hizo una sobria presentaci¨®n de vestidos amplios escotados con faldas de media esfera y un sutil borde lateral de brillo en los pantalones. Tambi¨¦n us¨® el chinz pintado y el raso hasta llegar a unas lib¨¦lulas liberty serigrafiadas que recordaban los camafeos de Lalique. Con este motivo hizo una blusa quimono acompa?ada de pantal¨®n pirata tan chic como ex¨®tico.
Kina Fern¨¢ndez fue muy irregular, con un estilismo ca¨®tico y err¨¢tico en el que abund¨® el cuero, los plastificados y los ruedos en diagonal.
Al final, Pedro del Hierro destap¨® su sabidur¨ªa e invenci¨®n de gran maestro. Su desfile fue una org¨ªa de tejidos exquisitos y colores brillantes para la mujer y para el hombre: fucsia, azul mar, lim¨®n, naranja. Del Hierro propone un hombre atrevido, con camisas de seda que imitan serpiente, corbatas de gasa, pantalones de piel grabada o de corcho y un traje de terciopelo espejo texturado. Para la mujer consigue un lujo po¨¦tico, envolvente y atrevido en cortes y asimetr¨ªas de voz propia. Su magisterio es indiscutible y hoy su producto de pasarela est¨¢ a gran altura.
Babelia
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