La CIA no ten¨ªa ni un agente capaz de infiltrarse en Kabul

Desde 1998, seg¨²n revel¨® ayer Bob Woodward en The Washington Post, la CIA ten¨ªa las manos libres para entrar a saco en la organizaci¨®n de Osama Bin Laden. Un presupuesto de miles de millones de d¨®lares, varias agencias de seguridad a cada cual m¨¢s secreta: pero todo fall¨®. Ahora todos los servicios de espionaje son blanco de las cr¨ªticas y los especialistas tienen claro cu¨¢l fue el fallo: el factor humano. Hubo demasiada tecnolog¨ªa y muy pocas infiltraciones.

En un largo art¨ªculo publicado en el n¨²mero de agosto de la revista Atlantic Monthly, mucho antes de la tragedia, un antiguo agente de la CIA, que trabaj¨® durante nueve a?os en el departamento de asuntos ¨¢rabes, Ruel Marc Gerecht, ya alertaba sobre la situaci¨®n: 'El programa antiterrorista de Estados Unidos en Oriente Pr¨®ximo es un mito'. Seg¨²n Gerecht, 'Estados Unidos ha gastado miles de millones de d¨®lares en antiterrorismo desde los ataques, en agosto de 1998, contra las embajadas de Tanzania y Kenia, sobre todo contra Osama Bin Laden y su organizaci¨®n, Al Qeda (La Base)'. Pero todas estas millonarias inversiones no sirvieron para detectar una operaci¨®n terrorista en la que estuvieron implicadas m¨¢s de cincuenta personas durante varios meses.

Gerecht cita dos testimonios de agentes que conocen el tema de cerca. Un antiguo miembro de la divisi¨®n para Oriente Pr¨®ximo dijo: 'La CIA probablemente no tiene ni un solo agente que pueda hacerse pasar por un musulm¨¢n fundamentalista y que est¨¦ dispuesto a pasar varios a?os de su vida con comida de mierda y sin mujeres en las monta?as de Afganist¨¢n. Por Dios, si la mayor¨ªa viven en Virginia'. Un oficial, todav¨ªa en activo, afirm¨®: 'Las operaciones que incluyen la diarrea como forma de vida no existen'.

La revista Jane, la biblia de los asuntos militares, lo tiene tambi¨¦n muy claro: 'Un motivo del fracaso de las agencias de seguridad puede ser la falta de recursos que EE UU ha destinado a la inteligencia humana (HUMINT) durante la ¨²ltima d¨¦cada'.

La principal cr¨ªtica que se ha hecho ha sido que las agencias de seguridad -CIA, FBI, NSA y NRO- han invertido sobre todo en medios electr¨®nicos para controlar las comunicaciones. Y, si hay alguna lecci¨®n que sacar de la historia del espionaje, es que un hombre vale por mil aparatos. Y all¨ª est¨¢ el ejemplo de Kim Philby. Pero EE UU no ten¨ªa ning¨²n c¨ªrculo de Cambridge en Al Qeda. 'Mi principal consejo para los americanos es que activen tan pronto como sea posible sus agentes en el Golfo, en Pakist¨¢n y en Afganist¨¢n y que encuentren hombres nuevos', ha dicho Oleg Gordievsky, antiguo agente doble del KGB que trabaj¨® para Occidente.

Muchos responsables de la CIA han reconocido el fallo; pero se han defendido asegurando que no se trata de una labor f¨¢cil. 'Son c¨¦lulas que est¨¢n basadas en clanes familiares y cuya condici¨®n para entrar es matar a alguien. Infiltrarse all¨ª no es un paseo por el parque', dijo el ex director de la CIA Robert Gates poco despu¨¦s de los atentados.

Otra clave, se?alada por varios agentes, es que es necesaria la colaboraci¨®n de Pakist¨¢n para lograr moverse e infiltrarse en Afganist¨¢n. Y, como afirmaba un especialista, 'en cuestiones de los talib¨¢n, Islamabad no es un aliado fiable'. Adem¨¢s, desde 1995, la CIA puso muchas trabas a la contrataci¨®n de agentes o informadores implicados en cr¨ªmenes de sangre o contra los derechos humanos. Se necesitaba la aprobaci¨®n de los superiores, la investigaci¨®n del posible agente y mucho papeleo. Y el espionaje de individuos capaces de estrellar aviones comerciales llenos de pasajeros contra las Torres Gemelas y el Pent¨¢gono requiere poco papeleo y menos escr¨²pulos.