El valor de decir no
Empiezan a ser incomprensibles las reacciones del se?or Carlos Fabra, presidente de la Diputaci¨®n Provincial de Castell¨®n, en contra de los que no apoyan su proyecto de aeropuerto. No repara en descalificaciones y ahora le ha tocado, ni m¨¢s ni menos, que al presidente de AENA (Aeropuertos Espa?oles y Navegaci¨®n A¨¦rea), o lo que es lo mismo, al Estado. AENA es una entidad p¨²blica, creada en plena democracia (1990) adscrita al Ministerio de Fomento y encargada de la gesti¨®n, mantenimiento y desarrollo de los aeropuertos civiles de inter¨¦s general y de las instalaciones y redes de ayuda a la navegaci¨®n a¨¦rea. Su objetivo b¨¢sico es prestar un servicio p¨²blico esencial, gestionando una red integrada de 47 aeropuertos y tiene fundadas razones para no querer incluir el aeropuerto del se?or Fabra en esta relaci¨®n. Despu¨¦s de mover el a?o pasado m¨¢s de 140 millones de pasajeros, 1,85 millones movimientos de aviones e ingresar 240.627 millones de pesetas, cabe pensar que esta Agencia sabe de lo que est¨¢ hablando. Sin embargo, seg¨²n se ha publicado, lo que diga AENA le importa, textualmente, un r¨¢bano al se?or Fabra.
Tampoco parece importarle al pol¨ªtico castellonense que Loyola de Palacio, comisaria europea de Transportes, tambi¨¦n de su mismo partido, acabe de apostar por un Libro Blanco, que habla de la necesidad de reducir aeropuertos y conectar n¨²cleos de poblaci¨®n, tales como Castell¨®n, con los grandes hubs aeroportuarios a trav¨¦s de l¨ªneas ferroviarias.
Los ciudadanos de la Comunidad Valenciana y de Castell¨®n en particular, deben saber que estos dineros p¨²blicos que pretende gastarse la Diputaci¨®n de Castell¨®n en infraestructuras aeroportuarias, tienen otros cap¨ªtulos relacionados con la movilidad, donde ser gastados. Repitamos argumentos: ?Qu¨¦ sentido tiene poner un aeropuerto en una ciudad a la que el Plan Ferroviario de Fomento promete unos tiempos de recorrido con Madrid y Barcelona de 85 y 125 minutos, respectivamente?. Incluso, aunque Fomento se equivocara en media hora, en sus promesas, nadie utilizar¨¢, por precio y confort, el avi¨®n para ir a estos dos destinos b¨¢sicos. Si hablamos de grandes distancias y esperando que la racionalidad que propugna la Comisi¨®n Europea acabe imponi¨¦ndose y se haga una conexi¨®n tren-avi¨®n, Castell¨®n queda a distancias ferroviarias ¨®ptimas con El Prat y con el futuro aeropuerto de Madrid.
En el caso que al se?or Carlos Fabra le preocupen los aviones charter que lleven turistas a la Costa Blanca, dos reflexiones: a) Castell¨®n ¨¦sta a 63 kil¨®metros del aeropuerto valenciano de Manises, una distancia an¨¢loga a los grandes destinos de Mallorca respecto a Son San Joan y all¨ª nadie habla de poner un aeropuerto al otro lado de la Isla y b) Tome nota que el TGV franc¨¦s, al llegar a Marsella, ha convertido en cuesti¨®n de meses su nada tur¨ªstico puerto comercial en un centro de salida de cruceros por el Mediterr¨¢neo. La industria tur¨ªstica del futuro se defiende con la intermodalidad del tren. Los datos dicen que Castell¨®n, la Comunidad Valenciana y todo el eje mediterr¨¢neo no tiene como prioridad un aeropuerto, sino un tren mejor que vertebre el territorio.
S¨®lo habr¨ªa una raz¨®n para justificar la posici¨®n del se?or Fabra, y ¨¦sta ser¨ªa que no se cree los planes de Fomento sobre el Plan Ferroviario. ?Ser¨¢ cierto, tambi¨¦n para el se?or ?lvarez Cascos, que los peores enemigos suelen estar en los propios compa?eros de partido? Por el momento, no desconfiemos de las promesas de Fomento, y por ello ser¨ªa bueno, que la Diputaci¨®n Provincial de Castell¨®n fuera llamada al orden, en aras de incrementar la racionalidad en el uso de recursos p¨²blicos.
A veces es dif¨ªcil decir no, pero el presidente de AENA lo ha hecho, el de la Generalidad no se ha atrevido.
Gregorio Mart¨ªn es director del Instituto de Rob¨®tica de la Universidad de Valencia.
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