Toros verdaderos
Sali¨® el toro en Valencia; eran novillos reglamentarios, pero las hechuras eran de verdaderos toros. Eran toros por fuera y por dentro: de impecable presencia, lustrosos, serios y de comportamiento igualmente serio. Es decir, que ped¨ªan el carn¨¦ de profesional a todo aquel que iba por el ruedo vestido de torero, bien a pie o a caballo. As¨ª fue la novillada de Cebada Gago, nada f¨¢cil, desde luego, por lo que todo lo que se le hac¨ªa ten¨ªa m¨¦rito. No fueron novillos al uso, y al abuso en muchas ocasiones, sino todo lo contrario, que siempre mantuvieron a la gente en guardia, atenta a todo lo que ocurr¨ªa en el ruedo.
Esta novillada de Cebada puso a prueba a los lidiadores. Los hubo incluso con peligro, como los dos primeros y el quinto. El mejor fue el cuarto, que tuvo recorrido y fijeza. El sobrero de La Quinta tambi¨¦n tuvo trap¨ªo de toro, fue bravo con el caballo, pero se vino a menos en la muleta.
Cebada / Navarro, Quintana, Alberto
Cinco novillos de Cebada Gago y 6? de La Quinta, bien presentados y encastados; el mejor, el 4?. Sergio Navarro: dos pinchazos -aviso- y estocada (saludos); estocada ca¨ªda (oreja). Mart¨ªn Quintana: estocada (saludos); m¨¢s de media (silencio). Juan Alberto: casi entera desprendida (saludos); pinchazo -aviso- yy casi entera ca¨ªda (palmas). Plaza de Valencia, 16 de septiembre. Un cuarto de entrada.
De los tres espadas, el mejor parado fue Sergio Navarro, precisamente el menos toreado de la terna, ya que ¨¦sta era su primera actuaci¨®n de la temporada. Siempre estuvo firme, tanto con el peligroso primero como con el buen cuarto. Sin dudar, muy decidido y corriendo excelentemente la mano en su segundo, cort¨® una muy merecida oreja. El debutante Mart¨ªn Quintana no termin¨® de acoplarse en su lote. Y Juan Alberto le puso mucha voluntad y comenz¨® bien en el sexto hasta que fue volteado aparatosamente.
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