Marruecos muestra su solidaridad con Washington pero es reacio a unirse a una coalici¨®n antiterrorista
'Manifestamos nuestra franca solidaridad con nuestros amigos norteamericanos que sufren'. Las palabras del rey Mohamed VI, le¨ªdas el domingo por uno de sus consejeros, no dejan lugar a dudas sobre el rechazo que inspiran en Marruecos los atentados de EE UU.
El marco da a¨²n mayor resonancia al mensaje del monarca. Andr¨¦ Azoulay, jud¨ªo y consejero real, habl¨® en la catedral San Pedro de Rabat ante buena parte de la clase pol¨ªtica marroqu¨ª y representantes de las tres religiones reunidos para honrar la memoria de las v¨ªctimas estadounidenses del terrorismo.
'Las tres grandes religiones', subray¨® el Gran Rabino de Marruecos, Aaron Monsenego, 'aquellas que se identifican con Abraham, se unen hoy para condenar el odio'. 'El Islam proh¨ªbe matar y aterrorizar a inocentes', enlaz¨® Mohamed Ysef, el jefe de los ulemas marroqu¨ªes.
La ceremonia simb¨®lica, retransmitida por televisi¨®n, puede llamar a enga?o. Por contundente que sea su condena, Marruecos no se libra de la disyuntiva en la que se encuentran los pa¨ªses ¨¢rabes moderados desgarrados entre su amistad con EE UU y una opini¨®n p¨²blica visceralmente antinorteamericana.
La prensa marroqu¨ª recuerda estos d¨ªas hasta la saciedad la responsabilidad de Washington en el conflicto palestino-israel¨ª. '(...) No hay que ignorar el terrorismo de Estado practicado por Israel contra el pueblo palestino', insist¨ªa ayer L'Opinion, el diario del partido nacionalista Istiqlal.
Los diarios temen, adem¨¢s,que, lejos de resolverlo, las represalias norteamericanas agudicen el problema. 'Am¨¦rica, que quiere deshacerse de Osama Bin Laden despu¨¦s de haberlo creado, se topar¨¢ con decenas de otros Bin Laden en diversos lugares y con m¨²ltiples aspectos', escrib¨ªa ayer el rotativo socialista Al-Ittihad Al-Ichtiraki que dirige el primer ministro, Abderraman Yussufi. 'El peligro es que Washington se deje arrastrar en una guerra de civilizaciones', editorializaba L'Economiste, el peri¨®dico de los empresarios. El Departamento de Estado norteamericano ha expresado su deseo de incorporar a Marruecos, junto con otros pa¨ªses ¨¢rabes moderados, a la gran coalici¨®n internacional antiterrorista. Hace una d¨¦cada Rabat ya particip¨® en la gran alianza que form¨® EE UU para liberar Kuwait de la ocupaci¨®n iraqu¨ª.
Tal alineamiento con Washington parece hoy en d¨ªa imposible. 'Solidaridad s¨ª, alianza no', titulaba en primera p¨¢gina el diario Al Alam, tambi¨¦n del Istiqlal, resumiendo el sentimiento mayoritario de los marroqu¨ªes. 'Si la opini¨®n p¨²blica de los Estados isl¨¢micos acepta la solidaridad, rechaza, en cambio, cualquier alianza militar'., a?ad¨ªa 'La guerra del Golfo contra Irak no debe repetirse'.
?Qu¨¦ ha cambiado en una d¨¦cada? 'Entonces', explica un diplom¨¢tico marroqu¨ª, 'hab¨ªa que recuperar la soberan¨ªa de un pa¨ªs, Kuwait, al que Irak hab¨ªa invadido'. 'Todo estaba muy claro'. 'Ahora', prosigue, 'se tratar¨ªa de sumarse a una coalici¨®n cuyos objetivos y m¨¦todos de actuaci¨®n distan mucho de estar claros'. 'Algunos, como Israel, quieren que entre los blancos de la alianza antiterrorista figuren grupos como Ham¨¢s y la Yihad Isl¨¢mica palestina o el Hezbol¨¢ liban¨¦s, que para la mayor¨ªa de los ¨¢rabes son movimientos de resistencia a la ocupaci¨®n'.
Su participaci¨®n en la alianza antiiraqu¨ª supuso, para las autoridades marroqu¨ªes, algunos quebraderos de cabeza. Entre 500.000 y un mill¨®n de personas -la mayor manifestaci¨®n jam¨¢s celebrada en Rabat- recorrieron en 1991 las calles de la capital coreando esl¨®ganes contra EE UU e Israel. Si ahora se incorporasen, con algo m¨¢s que palabras de apoyo, a la coalici¨®n en gestaci¨®n tendr¨ªan a¨²n un mayor problema de opini¨®n p¨²blica.
De ah¨ª que, al recibir el jueves pasado a la embajadora de EE UU en Marruecos, Margaret Tutwiller, Mohamed VI insistiese en 'la capacidad del mundo libre y democr¨¢tico para no ceder al v¨¦rtigo de los viejos temores y del nihilismo (...)'. Formulaba as¨ª un velado llamamiento para que con sus represalias Washington no indisponga a¨²n m¨¢s a los ¨¢rabes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.