D¨ªa sin coches

Estamos en septiembre, mes de sanos prop¨®sitos que caen en el olvido aproximadamente en octubre. Aun as¨ª, quisiera hacer una propuesta -una s¨²plica- que ya empieza a ser urgente. Se?ores y se?oras, hagan el favor de utilizar el transporte p¨²blico. Como ciudadano madrile?o estoy absolutamente harto de los atascos, del ruido, del mal humor y los peores humos. Prueben a caminar un poco, suban al autob¨²s, bajen al metro, atraviesen la ciudad en tren, lean durante el trayecto o miren las caras de sus conciudadanos cuando no est¨¢n atacados de estr¨¦s al volante. Imaginen una ciudad en la que s¨®lo hubiera transporte p¨²blico (¨¦ste es el nivel al que me veo obligado a degradar mis utop¨ªas). ?No se dan cuenta de que tardar¨ªan m¨¢s o menos lo mismo en llegar a sus destinos? Y gastar¨ªan menos dinero, que para eso es p¨²blico.

Civilizaci¨®n es, entre otras cosas, saber ordenar adecuadamente la convivencia de muchos. El pr¨®ximo d¨ªa 22 hay una nueva oportunidad para empezar a plantearse c¨®mo tendr¨¢n que ser las grandes ciudades de este siglo si es que pretendemos que sus habitantes no pierdan el juicio en ellas.

Nadie va a prohibir que todos saquemos el coche a la calle, y es mejor que as¨ª sea. Tenemos plena libertad para decidir que queremos seguir siendo unos b¨¢rbaros. S¨®lo espero que alguna voz rescate del olvido este prop¨®sito en octubre. A ser posible la de su sentido com¨²n.