'Por favor, que no maten a civiles'

Pendientes de la televisi¨®n, con la oreja pegada a peque?os transistores de radio y con mucho, mucho miedo, los afganos que residen en Espa?a -hay 32 con estatuto de refugiado, seg¨²n los datos del Ministerio del Interior- esperan expectantes las posibles acciones de represalia que ponga en marcha Estados Unidos despu¨¦s de los atentados del pasado 11 de septiembre contra las Torres Gemelas de Nueva York y la sede del Pent¨¢gono. En Afganist¨¢n est¨¢ refugiado desde 1996 Osama Bin Laden, supuesto cerebro de estos ataques que han conmocionado al mundo.

Shucufa Alamayar tiene 23 a?os, es afgana y lleva cuatro a?os viviendo en un modesto piso de Alcorc¨®n (Madrid) con su marido, Said Alamayar, que tambi¨¦n es de Afganist¨¢n y lleva 21 a?os en Espa?a. Ella trabaja como limpiadora en una casa de Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid) y ¨¦l recibe una pensi¨®n del Gobierno espa?ol porque est¨¢ enfermo de un ri?¨®n y necesita di¨¢lisis. 'Toda mi familia est¨¢ en Kabul y no me han llamado desde que pas¨® lo de Estados Unidos. Oigo las noticias en la radio y lloro. Estoy muy mal, pero ?qu¨¦ puedo hacer? Nada', explica, entre sollozos, Shucufa. Su marido, Said, de 41 a?os, tampoco ha podido hablar con su familia, que reside en la provincia de Logar (al sur de Kabul). 'Los afganos somos gente pac¨ªfica, no queremos a los talib¨¢n, que lo ¨²nico que nos permiten hacer es dejarnos la barba larga', explica mientras ense?a un ¨¢lbum con fotos de su familia, recortes antiguos de prensa y retratos de Masud, el l¨ªder de la oposici¨®n afgana asesinado el pasado 10 de septiembre por el r¨¦gimen talib¨¢n. Said asegura que nunca ha tenido problemas con los espa?oles por ser musulm¨¢n. 'Ni siquiera despu¨¦s de los atentados en Estados Unidos. La gente aqu¨ª es muy amable conmigo'. Sus vecinos bromean con ¨¦l sobre el tema que, desde hace una semana, le quita el sue?o. 'Hombre, Said, ?qu¨¦ pasa? ?te has metido ya en el b¨²nker para cuando bombardeen los americanos?', le comenta el empleado de una carnicer¨ªa donde Said suele comprar comida. Cuando se le pregunta a Said sobre si le gustar¨ªa regresar alg¨²n un d¨ªa a Afganist¨¢n, contesta con rapidez: 'Al cien por cien. Pero sin los talib¨¢n. La ¨²ltima vez que pude ver a mi madre fue en 1998 en Pakist¨¢n'. Este afgano no tiene miedo de hablar sobre su pa¨ªs y de que sus vecinos sepan que es afgano. Pero es de los pocos. La mayor¨ªa de sus compatriotas que residen en Espa?a tienen miedo a expresarse sobre los ¨²ltimos acontencimientos internacionales y lo achacan, sobre todo, a 'problemas de seguridad'.

'Los terroristas asesinaron a gente inocente, esperemos que los dem¨®cratas no hagan lo mismo'

Z. lleva tres a?os en Espa?a como refugiado. En diciembre de 1998, los talib¨¢n le metieron en la c¨¢rcel debido a la profesi¨®n liberal que all¨ª ejerc¨ªa y despu¨¦s le expulsaron del pa¨ªs. Despu¨¦s, Z. se fue a Pakist¨¢n y de all¨ª vol¨® hacia Espa?a. 'Mi madre y mis hermanos est¨¢n en Kabul', explica. 'Habl¨¦ con mi madre hace dos d¨ªas. Le he dicho que se vaya corriendo de all¨ª, que van a bombardear, pero me dice que ni hablar, que all¨ª hay miles de familias sin dinero para irse y que no se piensa mover'. Y a?ade: 'La gente es muy, muy pobre, pero con el coraz¨®n muy grande. Es la ¨²nica cosa que tienen'. Sobre los posibles ataques de Estados Unidos a Afganist¨¢n, Z. lo tiene claro: 'Los terroristas mataron a gente inocente, esperemos que los dem¨®cratas no hagan lo mismo'. Y advierte a los estadounidenses: 'Afganist¨¢n puede ser otro Vietnam para los americanos. Hay 10.000 minas antipersona sembradas por todo el territorio. Si hacen un ataque por tierra, los talib¨¢n se refugiar¨¢n en las monta?as y es imposible llegar all¨ª si no conoces el terreno'.

Shapiry Hakami, una mujer afgana miembro de la Plataforma por los Derechos Humanos de las Mujeres y de Ayuda a Afganist¨¢n, comparte con sus paisanos el miedo y la expectaci¨®n ante los futuros acontecimientos. 'Estoy todo el d¨ªa pendiente de las noticias, mi coraz¨®n empieza a hacer bum, bum cuando escucho la m¨²sica de los informativos'.

A Shapiry le ha resultado imposible hablar con su gente. 'Muchos afganos no tienen ni radio. Se han enterado de lo que puede pasarles por el boca a boca. Me han llegado noticias de que est¨¢n muy asustados. Cada vez que oyen un ruido creen que ya les est¨¢n bombardeando'. Y concluye: 'Por favor, que Estados Unidos sea inteligente: que busque a los culpables, pero que no mate a la poblaci¨®n civil'.