Ibarretxe busca atraer a los socialistas a sus tesis en los plenos parlamentarios

El Parlamento vasco aborda el viernes el primero de los actos del plan dise?ado por el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, para su segunda legislatura. Su objetivo es el de rebajar la crispaci¨®n de antes de las elecciones y conseguir un nuevo consenso pol¨ªtico, m¨¢s amplio que el pacto tripartito de su Gobierno (PNV-EA-IU) incorporando al PSE a su propuesta de pacificaci¨®n y normalizaci¨®n. Siguiendo el gui¨®n que tan buen resultado le dio en las elecciones, Ibarretxe pretende hacer compatible el rechazo de la violencia y la protecci¨®n de los amenzados por ETA con la reinvindicaci¨®n de mayores cotas de autogobierno.

El primero de los debates a los que se comprometi¨® Ibarretxe el d¨ªa de su investidura pondr¨¢ sobre la mesa la 'pacificaci¨®n' y la 'normalizaci¨®n', con la pretensi¨®n de precisar un nuevo acuerdo amplio sobre ambos conceptos. Un acuerdo que rompa la trinchera que dividi¨® a nacionalistas y no nacionalistas a partir del Acuerdo de Lizarra, en septiembre de 1998, y permita atisbar alguna v¨ªa de salida a la violencia de ETA, que contamina las relaciones pol¨ªticas y la propia vida social del Pa¨ªs Vasco.

La elecci¨®n del Parlamento para estos debates ya aporta una novedad en el panorama pol¨ªtico: la C¨¢mara vasca es el ¨²nico foro donde todos los partidos aceptan exponer y discutir conjuntamente todas sus propuestas sobre c¨®mo conseguir el cese de la violencia de ETA y alcanzar la normalizaci¨®n en base a las iniciativas que les exponga Ibarretxe, apoyado por su Gobierno tripartito (PNV-EA-IU). La asistencia de Batasuna, cuyos parlamentarios acaban de anunciar que estar¨¢n de forma estable en una C¨¢mara que rechazan -lo definen como 'frente institucional'- no deja la menor duda sobre el reconocimiento por parte de todos los partidos de que las elecciones del 13-M abrieron una nueva etapa en la que la iniciativa corresponde al lehendakari.

?En qu¨¦ se puede concretar un compromiso sobre conceptos como pacificaci¨®n y normalizaci¨®n, que nacionalistas y no nacionalistas interpretan de diferente manera? De acuerdo con lo expuesto por Ibarretxe en su discurso de investidura, el reto de la pacificaci¨®n de Euskadi exige un nuevo consenso que implique la aprobaci¨®n de un compromiso lo m¨¢s amplio y firme -'sin fisuras', se afirma- en defensa de la vida y las libertades, y de rechazo de la violencia y la persecuci¨®n a ETA, con independencia del proyecto pol¨ªtico que defienda cada partido.

Acercamiento de presos

En definitiva, un compromiso que podr¨ªa incluir como medidas concretas, entre otras, la persecuci¨®n implacable a ETA, reforzando la capacidad de intervenci¨®n de la Ertzaintza y su coordinaci¨®n con las fuerzas de seguridad del Estado, y la creaci¨®n de instancias de ayuda econ¨®mica y atenci¨®n psicol¨®gica a las v¨ªctimas. Pero los partidos del Ejecutivo tripartito podr¨ªan tambi¨¦n recuperar el requerimiento hecho la pasada legislatura al Gobierno central por el Parlamento vasco para que acerque a los presos etarras a las c¨¢rceles cercanas a Euskadi, con el fin de paliar los inconvenientes que para sus familiares suponen los largos desplazamientos. Los nacionalistas e IU consideran que este paso aportar¨ªa sosiego al entorno social de la izquierda radical vasca y desactivar¨ªa uno de los focos de agravio de los que se alimenta el entorno de ETA. En este sentido, Batasuna acaba de designar a Arnaldo Otegi y Jone Goiricelaia representantes de la comisi¨®n de Derechos Humanos en lugar del ex dirigente etarra Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, que lo fue en la anterior legislatura con gran esc¨¢ndalo de los no nacionalistas.

Un consenso sobre los principios generales que acercar¨ªan a la 'pacificaci¨®n' entendida como cese de la violencia de ETA no supone, seg¨²n la doctrina que se fragua en Ajuria Enea, alcanzar un acuerdo sobre la 'normalizaci¨®n', es decir, la aceptaci¨®n por todas las fuerzas de un marco y unas reglas de juego que garanticen la convivencia pol¨ªtica. Este ser¨ªa, seg¨²n fuentes pr¨®ximas al lehendakari, el segundo objetivo que se persigue en el pleno del viernes. Y se asegura que un acuerdo de principios para hacer frente a la violencia etarra, por muy firme que este sea, no resuelve el llamado 'contencioso' de fondo que reconoce el Pacto de Ajuria Enea de 1988 , el m¨¢s amplio diagn¨®stico alcanzado por los partidos y que naufrag¨® en la primavera de 1998.

La propuesta sobre normalizaci¨®n que har¨¢ Ibarretxe en el pleno tendr¨¢ su punto de partida en reconocer que existe 'un problema de convivencia pol¨ªtica con el Estado en relaci¨®n con las instituciones y sus competencias', aseguran. Y en este punto se engarzar¨ªa con la otra cuesti¨®n, la del 'incumplimiento' del Estatuto, que el nacionalismo en el Gobierno ha convertido en su principal factor de reivindicaci¨®n.

El lehendakari espera que los socialistas se incorporen a su planteamiento de reclamar con urgencia y en su integridad el cumplimiento del Estatuto. Concretamente, dan gran importancia a que el PSE respalde la creaci¨®n de la anunciada Comisi¨®n Pol¨ªtica desde la que Ibarretxe pretende abordar con el Gobierno de Aznar el desarrollo de las transferencias pendientes y cuyo impulso se debatir¨¢ en el pleno monogr¨¢fico sobre autogobierno que se celebrar¨¢ en octubre. El resultado incierto que esperan de ambos debates es la configuraci¨®n de una nueva plataforma de consenso de la que que se desgajar¨ªan, a ambos extremos, el PP y Batasuna.