La reconciliaci¨®n

Logro?o se reconcili¨® con Enrique Ponce y Ponce con Logro?o. La cosa no era sencilla porque el desencuentro empezaba a tener tintes melodram¨¢ticos. Una gran figura que llevaba dos a?os sin asomarse por esta ciudad y una afici¨®n que se preguntaba cada feria por las razones de la huida. Pero ayer, tras la monumental bronca que recibi¨® Curro V¨¢zquez, el terreno parec¨ªa abonado. El diestro de Chiva se encontr¨® con un toro de excelente presencia, muy bien armado, con el que dej¨® patente su plasticidad con el capote. Lo cuid¨® al m¨¢ximo en el caballo. En ¨¦stas, el animal perdi¨® una pezu?a, y se aplic¨® con la mano derecha a sobar la noble embestida. No hab¨ªa profundidad porque el toro no la consent¨ªa, pero por redondos lig¨® dos tandas soberbias, plenas de temple. No hubo continuidad con la izquierda, abundaron los enganchones y lleg¨® un desarme. Fall¨® con la espada, pero la plaza puesta en pie le pidi¨® la vuelta al ruedo.

El desastre lleg¨® con Curro y la bronca fue hist¨®rica. Su primero le puso en aprietos de salida y casi resulta volteado en las mismas tablas. Estuvo absolutamente precavido frente a un ejemplar noble, que hab¨ªa sido masacrado en varas. Pero salt¨® un sobrero basto y corraleado de casi seis a?os. Curro no lo quiso ni ver, y el pe¨®n Joselito Rus fue aclamado mientras lidiaba ante la indiferencia del diestro. Lo machete¨® por la cara y ofreci¨® una penosa impresi¨®n cuando se empecinaba en acuchillar al toro a paso de banderillas. Lo finiquit¨® de un bajonazo y tres descabellos y se fue entre una espesa nube de almohadillas. Finito tambi¨¦n dej¨® una impresi¨®n penosa. Con su primero, renqueante e inv¨¢lido, se puso flamenco hasta que se le col¨®. Con el sexto se tap¨® gracias a que las lanzas se hab¨ªan gastado con la bronca a Curro V¨¢zquez.